La Unión Europea invertirá “más de 100.000 millones” de euros (unos 110.000 millones de dólares) para producir chips electrónicos, declaró este jueves Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior.
Este anuncio forma parte de la estrategia europea para elevar la producción de semiconductores hasta el 20% de la capacidad mundial de aquí a 2030. Europa ha reducido drásticamente estos últimos años su capacidad de producción y, con ello, ha aumentado su dependencia respecto a los productores asiáticos, líderes del mercado: Taiwán (donde se producen 90% de los chips más avanzados del mundo), Corea del Sur y, cada vez más, China.
“Más de 100.000 millones de inversiones están previstas en territorio europeo”, declaró a la emisora francesa RTL el comisario europeo. “Mantendremos nuestro objetivo, incluso podemos alcanzarlo por adelantado”, agregó Thierry Breton.
“A día de hoy son más de 68 proyectos en 19 países que nos permitirán recuperar nuestra competitividad y también nuestra autonomía estratégica”, resumió el comisario.
Hasta el momento, se han destinado unos 43.000 millones de euros en subvenciones a la “Ley de chips”, votada este año por la UE.
Esta nueva cifra llega dos días después del anuncio del establecimiento de la primera fábrica europea del gigante taiwanés de chips electrónicos TSMC en Dresde, en el este de Alemania.
Al igual que Asia y Estados Unidos, la UE quiere lograr la autonomía en el sector crucial de los semiconductores, que ahora forman parte de la composición de la mayoría de los objetos cotidianos, como vehículos, teléfonos inteligentes u objetos conectados.
La pandemia de COVID, que paralizó en 2020 las cadenas de suministro en Asia, conllevó una escasez de estos insumos, indispensables para numerosos objetos corrientes (teléfonos, electrodomésticos) y para los centros de datos, entre muchos otros usos. Esta estrategia busca también proteger al continente de las sacudidas en el plano geopolítico, tras la guerra en Ucrania, que ha evidenciado la dependencia del bloque con el gas ruso.
Se trata de “hallar la capacidad de producción en territorio europeo los microprocesadores que necesitamos”, detalló Breton.
“Esta capacidad la teníamos hace 30 años, poco a poco la fuimos perdiendo en beneficio de Asia (…) hasta producir sólo el 9% de la capacidad mundial”, detalló.
“Ya no podemos seguir viviendo sólo con una especie de ingenuidad diciendo que, en última instancia, es el único mercado el que gana”, sino que “debemos apoyar estas inversiones” que “son muy grandes”, defendió el comisario europeo.
(Con información de AFP)
Seguir leyendo: