Funcionarios estadounidenses se reunieron con representantes talibanes en Doha, donde denunciaron el deterioro de la situación de los derechos humanos en Afganistán, particularmente para mujeres y niñas, según un comunicado del Departamento de Estado el lunes.
La delegación estadounidense, durante las discusiones en la capital de Qatar el domingo, expresó “su profunda preocupación por la crisis humanitaria y la necesidad de continuar apoyando a las organizaciones de ayuda y los organismos de la ONU que brindan asistencia de acuerdo con los principios humanitarios” en Afganistán.
El encuentro, poco habitual, tuvo lugar el 29 y 30 de julio en Catar, con la presencia del alto representante de Estados Unidos para Afganistán, Thomas West, y la enviada especial estadounidense para las Mujeres Afganas, Karen Decker.
El comunicado no identificó a los representantes talibanes que asistieron a las conversaciones, describiéndolos solo como “importantes” y “profesionales tecnocráticos”.
Desde que regresaron al poder en agosto de 2021, las autoridades talibanes han lidiado con una crisis humanitaria en un país azotado por la pobreza que emerge de décadas de guerra, al tiempo que imponen su austera marca del Islam en la sociedad.
Han prohibido a niñas y mujeres asistir a la escuela secundaria y la universidad, les han prohibido visitar parques, ferias y gimnasios, y les han ordenado que se cubran en público.
A las mujeres también se les ha impedido en su mayoría trabajar para las Naciones Unidas o las ONG, y miles han sido despedidas de trabajos gubernamentales o se les paga para quedarse en casa.
A principios de este mes, las autoridades talibanes cerraron una de las últimas áreas de trabajo y socialización abiertas a las mujeres bajo su gobierno: los salones de belleza.
La delegación estadounidense en Doha “instó a los talibanes a revertir las políticas responsables del deterioro de la situación de los derechos humanos en Afganistán, en particular para las mujeres, las niñas y las comunidades vulnerables”, dijo el comunicado del Departamento de Estado.
También “expresó su apoyo a las demandas del pueblo afgano de que se respeten sus derechos y de que sus voces den forma al futuro del país”.
Estados Unidos también pidió la “liberación inmediata e incondicional” de los ciudadanos estadounidenses detenidos en Afganistán, según el comunicado.
Al mismo tiempo, la delegación “tomó nota” del “compromiso continuo” de los talibanes de no permitir que Afganistán sea utilizado como plataforma para ataques contra Estados Unidos y sus aliados, reconociendo “una disminución de los ataques terroristas a gran escala contra afganos”. civiles”.
Y Estados Unidos dijo que reconoció una “disminución significativa en el cultivo” de amapolas en esta temporada de crecimiento.
Los combatientes talibanes utilizaron la planta, de la que se extrae el opio, para ayudar a financiar su insurgencia durante años (para 2020, el 85 por ciento del opio del mundo salía de Afganistán, según la ONU), pero desde que tomaron el poder, las autoridades han prohibido la cosecha.
La delegación estadounidense también se reunió con representantes del banco central afgano y del Ministerio de Finanzas, y el Departamento de Estado dijo que “tomó nota” de la caída de la inflación y el aumento de las exportaciones e importaciones en 2023.
Dijo que estaría abierto a “un diálogo técnico sobre temas de estabilización económica pronto”, según el comunicado.
(Con información de AP)
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