La Unión Europea declaró este sábado que no reconocerá a los golpistas de Níger que tomaron el poder esta semana y que suspenderá la cooperación en materia de seguridad con el país azotado por el yihadismo.
Abdourahamane Tchiani, un general que ha dirigido la guardia presidencial de Níger desde 2011, se autoproclamó jefe del convulsionado país de África Occidental en la televisión nacional el viernes.
La guardia presidencial había detenido el miércoles al presidente, Mohamed Bazoum, elegido democráticamente, y lo había confinado en su residencia oficial de la capital, Niamey, en el último golpe de Estado que ha asolado la región africana del Sahel.
Los vecinos Mali y Burkina Faso han sufrido dos golpes militares desde 2020, mientras los países luchan contra insurgencias de larga duración llevadas a cabo por yihadistas vinculados al grupo Estado Islámico y Al Qaeda.
“La Unión Europea no reconoce ni reconocerá a las autoridades del golpe de Estado en Níger”, dijo el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell, en un comunicado.
“Toda cooperación en el ámbito de la seguridad queda suspendida indefinidamente con efecto inmediato”, además del fin de la ayuda presupuestaria, añadió.
Bazoum “sigue siendo el único presidente legítimo de Níger”, señala el comunicado, que pide su liberación inmediata y responsabiliza a los golpistas de su seguridad y la de su familia.
La Unión Europea, Estados Unidos y otros países han pedido la liberación incondicional de Bazoum y el restablecimiento del orden democrático en el país.
Borrell afirmó que la UE está dispuesta a apoyar las futuras decisiones que tome el bloque regional de África Occidental, “incluida la adopción de sanciones”.
Los dirigentes de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental se reunirán el domingo en Abuja para debatir el golpe, según declaró el presidente nigeriano, Bola Tinubu.
Níger es considerado el último socio confiable de Occidente frente a los yihadistas ligados a la red Al Qaeda y al grupo extremista Estado Islámico en la región del Sahel, donde Rusia y Occidente se disputan la influencia en la lucha contra el extremismo. Francia, que gobernó el país como colonia hasta 1960, tiene allí hasta 1.500 soldados que participan en operaciones conjuntas con las fuerzas locales.
Extremistas en Níger han atacado a personal militar y civiles, pero la situación general de seguridad no es tan drástica como en los vecinos Mali y Burkina Faso, que han expulsado a las fuerzas francesas. Mali ha recurrido a la milicia privada rusa Wagner y se cree que los mercenarios llegarán próximamente a Burkina Faso.
Ahora existe el temor de que Níger siga su ejemplo. Incluso antes del golpe, el Grupo Wagner, que ha enviado a mercenarios por todo el mundo al servicio de los intereses de Rusia, ya había puesto la mirada en Níger, en parte porque es un gran productor de uranio.
“No podemos continuar con los mismos enfoques propuestos hasta ahora, bajo el riesgo de presenciar la muerte gradual e inevitable de nuestro país”, dijo Tchiani en su discurso. “Por eso decidimos intervenir y asumir la responsabilidad”.
“Pido a los socios técnicos y financieros que son amigos de Níger que comprendan la situación concreta de nuestro país y le den todo el apoyo necesario para permitirle enfrentar los retos”, añadió.
(Con información de AFP, AP y Reuters)
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