Crece el temor de la ciudadanía rusa por la extensión de la guerra dentro de su país

A principio de julio los residentes rusos de Rostov, Belgorod y Voronezh vivieron por primera vez la guerra en primera persona

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Vista de un edificio dañado cerca del lugar de la explosión en el centro de Taganrog, Rusia 28 de julio de 2023.
Vista de un edificio dañado cerca del lugar de la explosión en el centro de Taganrog, Rusia 28 de julio de 2023.

Desde principios de Junio, Rusia vivió una serie de hechos inesperados y peligrosos. Por un lado los miembros de un grupo de voluntarios rusos que apoyan a Ucrania en la guerra en curso lanzaron una operación militar dentro de Rusia. Por otro, el cuerpo de voluntarios rusos y la legión de la libertad de Rusia avanzó desde el noreste de Ucrania hacia la provincia rusa de Belgorod.

Los grupos capturaron un puñado de pueblos en su despliegue y según las primeras informaciones de fuentes militares de Moscú, doce soldados murieron durante la incursión de Belgorod. El cuerpo de voluntarios rusos y la legión de la libertad también capturaron a efectivos militares de la guardia de frontera de Putin en la provincia aunque luego los liberaron por negociaciones de funcionarios del Kremlin. Ante los hechos, los residentes civiles rusos de la zona huyeron atemorizados, cientos de ellos abandonaron sus hogares y bienes.

Según informaciones de la prensa occidental ratificadas a principios de Julio por la agencia Reuters, las estaciones de radio rusas de Rostov, Belgorod y Voronezh transmitieron un discurso restringido para los habitantes de la zona del presidente ruso Vladimir Putin, el líder del Kremlin habría llamando a los rusos que evacuaron el área a regresar a sus hogares. Aunque no hubo un número oficial de civiles ni soldados muertos que el gobierno ruso haya reconocido desmintiendo así las noticias de fuentes militares que mencionaron soldados muertos. En este evento, los residentes rusos vivieron por primera vez la guerra en primera persona.

También a finales de junio cuando el Grupo mercenario Wagner lanzó un sorpresivo ataque publicitado como intento de golpe -luego negado- contra el gobierno de Putin. Durante ese hecho, las fuerzas de los Wagner dejaron sus posiciones al este de Ucrania y comenzaron un despliegue en dirección a Moscú, lo que configuró un hecho inédito y sorpresivo.

Cuando la Compañía Wagner llegó a Rostov, varios ciudadanos rusos, soldados y policías se unieron a esa fuerza a pesar que se enfrentaron con fuerte resistencia de las fuerzas rusas, lo que llevo a que se produzcan intercambios de disparos. El Grupo Wagner se adjudicó el derribo de seis aviones de la fuerza aérea rusa y ambos sectores, tanto el Grupo Wagner como el ejército de Putin sufrieron varias bajas que luego fueron minimizadas por la prensa oficial rusa. La insurrección fue negada en su real magnitud, pero el daño estaba hecho. Estas operaciones de junio por parte de los Wagner mostraron que Rusia era vulnerable, al mismo tiempo obligaron a un grupo importante de ciudadanos rusos a reconocer los efectos de la guerra dentro su país. Tanto las Brigadas de legiones extranjeras como los Wagner pudieron ingresar y atacar Rusia con facilidad para sorpresa de los rusos que vivían cerca de Belgorod.

En relación a esos incidentes los civiles rusos subieron a las redes sociales varios videos sobre los combates y comenzaron a cuestionar las acciones de su país en Ucrania, las que dieron lugar a que ellos vivieran esa realidad dentro de la propia Rusia. Sin embargo, la situación se agravó después de los ataques en Belgorod. Otros hechos similares ocurrieron durante el levantamiento de los Wagner a quienes se calificó por primera vez dentro de Rusia como mercenarios y la población pidió que se retiraran inmediatamente.

El gobierno ruso restó importancia a los hechos. Los funcionarios de Moscú trataron de enfatizar el buen actuar de las fuerzas del ejército ruso que negaron que haya habido soldados del ejército muertos a través de un comunicado en el que se indicaba que unos sesenta insurrectos habían sido abatidos y acusaron de traidores a varios oficiales que lideraron el levantamiento. El gobierno ruso también dijo que sofocó la insurrección con facilidad y que el golpe fue cancelado rápidamente. No obstante, el gobierno no pudo ocultar el hecho de que media docena de aviones rusos fueron destruidos en los incidentes.

La respuesta política de Moscú permitió ver que no era la primera vez que el gobierno ruso intentaba negar y ocultar información. Esta modalidad era muy común durante los tiempos de la ex URSS. En la era soviética los medios de prensa publicaban solo lo que el gobierno comunista permitía y docenas de medios fueron creados por el partido para que publiquen lo que se les indicaba para asegurar que la ciudadanía no tenga otro relato que el soviético. Aquellos que no se alineaban con lo dispuesto por el régimen y se desviaban de la narrativa oficial fueron perseguidos, encarcelados, marcharon al exilio o fueron asesinados. En el presente, la Rusia de Putin continúa manejando esa estrategia comunicacional en todo el tiempo que lleva la guerra en Ucrania y los pocos medios independientes existentes en Rusia están limitados en informar debido a un Decreto que el gobierno emitió en su tiempo y que establece “que los periodistas que se desvíen de las informaciones oficiales que ofrece el gobierno serán pasibles de sanciones con penas de prisión muy duras”.

El presidente ruso Vladimir Putin ha tomado medidas muy estrictas para ocultar las graves consecuencias de su invasión a Ucrania. Sin embargo, los ciudadanos rusos finalmente comienzan a ver los horrores de la guerra. La información que ha sido difundida por agencias y medios de prensa internacionales como también por datos que ofrece la OTAN e indican que a la fecha, han muerto o desaparecido en combate unos 210.000 soldados rusos y que Moscú perdió miles de millones de dólares en materiales y equipos militares convencionales destruidos en lo que va de la guerra.

No obstante, mientras miles de rusos han estado expuestos a la muerte, la mayoría de los ciudadanos continúan apoyando la guerra sobre Ucrania. Sin embargo, mas allá de las pérdidas, las sanciones económicas sobre su país y la destrucción causada por la guerra sobre sus vecinos, la mayoría de la población rusa en Rusia, apoya su continuidad.

En dirección a esa posición de la ciudadanía rusa por continuar la guerra contra Ucrania, varios analistas occidentales explican que esa posición es la vigente y mayoritaria entre la población. Otros expertos y analistas militares sostienen que los medios estatales rusos ejercen gran influencia sobre la ciudadanía rusa. No obstante, es baja la probabilidad que los medios estatales rusos hayan lavado completamente el cerebro a los 140 millones de habitantes de Rusia con su propaganda. Pero nadie ha analizado profundamente que en esta guerra se cometieron cantidades de atrocidades y crímenes en Ucrania que son investigados actualmente y que un 40% de la población ucraniana fue desplazada, cientos de civiles fueron asesinados y miles de soldados murieron defendiendo su país, donde gran cantidad de ciudades y pueblos fueron destruidos por completo.

Sin embargo, pareciera que recién ahora algunos rusos están tomando conciencia de las consecuencias de las decisiones y acciones de sus gobernantes. Cuando Putin ordenó la invasión los ciudadanos rusos celebraron y apoyaron la acción militar, pero ahora que la guerra entró en Rusia, desde los últimos dos meses, muchos rusos muestran su preocupación y temor.

El lector puede preguntarse si estos son los nuevos efectos de la guerra. La respuesta es sí. Ahora los rusos están muy molestos y preocupados por los eventos en Belgorod y Rostov, entonces para resolver sus temores y molestias deberían optar por devolver todo el territorio ocupado por Rusia en Ucrania y poner fin a la guerra.

Es claro también que desde que se produjeron los ataques de junio en Belgorod y estalló la insurrección de los mercenarios del Grupo Wagner hay nuevos desafíos para Putin, para su gobierno y para Rusia en esta guerra. El mayor problema para el Kremlin es que los ciudadanos rusos se sienten expuestos y vulnerables. De allí que los rusos tienen que aprender de los implicancias de esta guerra absurda y deben presionar a su gobierno para detener la confrontación militar. Si ello no ocurre y si la ilegal invasión sigue siendo apoyada para sostener la guerra en curso, se perderán muchas más vidas innecesariamente y puede que los civiles rusos no transiten tiempos de estabilidad. Ellos saben que el conflicto militar ya los ha alcanzado.

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