El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, abordó este sábado con el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, el “desbloqueo” del corredor de cereales del mar Negro, después de que Rusia abandonara un acuerdo crucial para garantizar el paso seguro de los buques.
“Compartimos evaluaciones de la situación actual en el mar Negro y los riesgos que plantea para la seguridad alimentaria mundial”, dijo Zelensky en Twitter tras una llamada telefónica con Stoltenberg.
“También identificamos con el Sr. Stoltenberg los pasos prioritarios y futuros necesarios para el desbloqueo y el funcionamiento sostenible del corredor de cereales del mar Negro”, precisó el presidente.
Por su parte, el jefe de la OTAN destacó la conversación con Zelensky.
“Buena llamada con el presidente Zelensky sobre la retirada de Rusia del acuerdo de cereales en el Mar Negro. Condenamos enérgicamente el intento de Moscú de convertir los alimentos en armas. Los aliados están con Ucrania todo el tiempo que haga falta y, tras la cumbre de la OTAN, Ucrania está más cerca que nunca de la OTAN”, escribió Stoltenberg en su cuenta de Twitter.
Al respecto, la ONU acusó a Rusia de poner en riesgo la seguridad alimentaria mundial -principalmente en los países en vías de desarrollo- luego de que el lunes Moscú optara unilateralmente por retirarse del acuerdo del grano del Mar Negro en lugar de renovarlo. “El acuerdo del grano ha terminado de facto”, había dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Tras la decisión de esta semana, que según el vocero responde a una falta de cumplimiento de las exigencias rusas, las tropas de Vladimir Putin han llevado a cabo, a su vez, una serie de bombardeos contra puertos ucranianos, en señal de descontento con la situación.
“La nueva oleada de ataques contra puertos ucranianos puede tener gran impacto en la seguridad alimentaria global, en particular, en los países en desarrollo”, señaló la jefa de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo, y sumó que los ataques a “puertos cruciales” y barcos en Ucrania constituyen una forma de “amenaza inaceptable” que no hará más que agravar la crisis.
El pacto alcanzado hace un año, en julio de 2022, gracias a la mediación de Turquía, permitió a Kiev continuar con sus envíos de granos. Así, fueron cerca de 33 millones las toneladas métricas de maíz, trigo y otros cereales que llegaron a sus destinos desde entonces.
Como consecuencia, no sólo se mantuvo constante el flujo de alimentos en diversas regiones sino que, también, se pudo reducir el precio de estos productos en más de un 20 por ciento.
Sin embargo, la salida de Rusia pone en riesgo esta situación y amenaza con una vuelta a la situación de principios de 2022, cuando el conflicto bélico estaba en sus primeros meses.
“Los acontecimientos de la última semana son sólo los últimos desarrollos en la guerra sin sentido de la Federación Rusa contra su vecino, una guerra cuyas consecuencias se sienten alrededor del mundo”, sumó DiCarlo.
El jefe humanitario de la Organización, Martin Griffiths, apoyó estas declaraciones de su par y precisó que África y Oriente Medio serán los principales afectados por esta situación ya que “los precios globales del grano se han disparado” y ello supone una amenaza al “progreso logrado durante el año pasado, a medida que los mercados se estabilizaron”.
La reiterada rusa fue “inmensamente decepcionante” y los recientes acontecimientos “han sido alarmantes (...) Podría llevar a millones de personas al hambre, se trata del futuro de familias, hijos. Están preocupados, es una amenaza para su futuro”, enfatizó al respecto.
Los granos como el trigo y el maíz forman parte de los productos básicos de los que gran parte del mundo depende y los cuales las familias no pueden evitar consumir, en muchos casos, debiendo destinar la mayoría de sus ingresos a ellos.
Lejos de reconocer estas acusaciones, el Kremlin se mantuvo firme en sus exigencias a Occidente por el cese de restricciones a los pagos, la logística y los seguros de los envíos de sus alimentos y fertilizantes al extranjero y redobló la apuesta al manifestar su predisposición a suministrar grano gratis a países africanos.
Esta propuesta, no obstante, forma parte de la estrategia de Putin emprendida desde el inicio de su ofensiva, con la que busca evitar que el impacto internacional del conflicto lo lleve a perder el apoyo del sur global -una zona clave para sus planes y maniobras-.
(Con información de AFP y EFE)
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