El hemisferio norte se encuentra, desde hace días, atravesando una intensa ola de calor, que no da tregua.
Las autoridades han elevado a roja la alerta en muchos lugares debido a la persistencia de estas altas temperaturas que, según los locales, ha sido descrita como “inhumana” y “asfixiante”.
Este verano, puntualmente junio, es el más caluroso en décadas según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, con una temperatura media superior al máximo anterior que data de junio de 2020. Inclusive, hay un 97% de probabilidades de que este 2023 sea uno de los cinco años más calurosos jamás registrados.
Esta ola de calor trajo consigo una ola de récords, aunque no meritorios de ningún premio. Múltiples ciudades de todo el mundo rompieron las métricas históricas de temperaturas máximas estas últimas semanas y se sumaron a la lista de los puntos más sofocantes de este verano.
Irán fue uno de los países que se sumó a este podio. El Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico experimentó el pasado domingo un calor histórico de 66,7C, registrado al mediodía.
Se trata de condiciones intolerables para la vida humana, que afectan severamente a la población del lugar.
Junto con el país persa, China rompió el récord de la temperatura más alta de su historia. Por encima del anterior máximo de 50,6C, que databa de julio de 2017, la Administración Meteorológica del país dio cuenta de 52,2C en el municipio de Sanbao, en Xinjiang, también el domingo.
Pero no es necesario irse tan lejos para experimentar este calor agobiante; Europa también tuvo su lugar en la lista.
Este martes, tanto Roma como Cataluña vivieron sus días más calurosos jamás registrados, con temperaturas de 42,9C y 45,3C respectivamente.
Ésta última se acerca a la más alta del continente de 48,8C -que se dio en Sicilia en agosto de 2021- y la cual los expertos temen pueda superarse con facilidad en los próximos días.
Por su parte, Estados Unidos también ha encendido las alarmas, particularmente en el Valle de la Muerte donde la situación es de las más delicadas de todo el país.
Este sitio está ubicado en la frontera entre California y Nevada y es considerado el lugar más caluroso de la Tierra. El récord allí data de 1913 y es de 56,6C, lo que es a su vez, la temperatura más alta del planeta.
Si bien esta ola de calor no ha logrado -aún- alcanzar este número, el pasado domingo el sistema meteorológico local informó que los termómetros marcaron 53,3C, lo que preocupó a las autoridades que, nuevamente, temen que pueda alcanzarse una marca superadora.
Inclusive, tal es la gravedad que durante el lunes el calor extremo se mantuvo y, para las horas de la madrugada apenas habían bajado unos grados, ubicándose en los 49C y siendo una de las noches más calurosas de la historia del planeta.
Otro de los puntos más afectados de Estados Unidos es Phoenix, en el estado de Arizona, donde hace 19 días se registran temperaturas superiores a los 43C, la primera vez que se vive este fenómeno en 49 años y cuyas estimaciones prevén que seguirá durante un tiempo más.
Junto con estas ciudades, la temperatura global de la superficie del mar (TSM) también batió su récord y alcanzó esta semana los 20,9C, 0,6C más que la media de 1991-2020.
A su vez, las aguas del Atlántico, frente a las costas de Florida, alcanzaron una temperatura sin precedentes de 32,2C.
Al respecto, los expertos de la ONU advirtieron que el mundo podría sufrir olas de calor más fuertes y que este tipo de situaciones sólo “continuarán creciendo en intensidad”.
“Uno de los fenómenos notables que hemos observado es que el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis de los años 1980. Esta tendencia no muestra ninguna señal de disminuir”, sostuvo John Nairn, experto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
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