El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, aseguró que su país está listo para la posibilidad de que el acuerdo de exportación de grano alcanzado entre Rusia y Ucrania acabe suspendido este lunes tras expirar su última prórroga, en lo que se trataría de un importante revés diplomático para Moscú.
El acuerdo, un pacto indirecto entre ambos países, es considerado uno de los mayores triunfos diplomáticos desde el inicio del conflicto y clave en la entrega de ayuda humanitaria a los países necesitados de África y el sureste de Asia.
En los últimos días, el presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó su disconformidad ante lo que considera un incumplimiento parcial del acuerdo, dado que los envíos de fertilizantes rusos siguen prácticamente paralizados. Putin, además, critica que estos cargamentos de grano no están llegando a países necesitados.
En este sentido, Sullivan indicó que Estados Unidos se enfrenta al “impredecible” carácter del presidente ruso. “Lleva diciendo de todo al respecto de esta iniciativa desde hace meses”, dijo el asesor en entrevista con la cadena CBS.
Rusia lleva sin registrar barcos nuevos desde el 27 de junio y la iniciativa expirará el lunes a menos que Moscú acepte extenderla. Moscú dijo repetidamente que no extenderá el acuerdo a menos que se cumplan sus demandas, incluida la garantía de que sus propios envíos agrícolas no se enfrenten a obstáculos internacionales.
Sullivan ha planteado que la suspensión del acuerdo supondría un nuevo varapalo a la reputación de Rusia. “El resto del mundo se va a dar cuenta de que Rusia ha dado la espalda a los países del sur, de África y Latinoamérica a la hora de entregar el alimento que necesitan”, ha indicado.
“Y me parece a mí que este escenario va a comportar un enorme coste diplomático para Rusia, así que le toca decidir a Putin”, añadió.
Por qué es clave el acuerdo
La Iniciativa de Cereales del Mar Negro ha permitido exportar desde Ucrania 32,8 millones de toneladas métricas (36,2 millones de toneladas) de alimentos desde el pasado agosto, más de la mitad a países en desarrollo, incluidos los que reciben ayuda del Programa Mundial de Alimentos.
Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, afirma que si no se renueva el acuerdo, “se producirá con toda seguridad un nuevo repunte” de los precios de los alimentos. “La duración de ese repunte dependerá mucho de cómo respondan los mercados”.
El Comité Internacional de Rescate califica el acuerdo sobre cereales de “salvavidas para los 79 países y los 349 millones de personas que se encuentran en primera línea de la inseguridad alimentaria”.
África oriental, por ejemplo, ha sufrido graves sequías e inundaciones que han destruido las cosechas de 2,2 millones de personas que dependen de la agricultura para subsistir, según Shashwat Saraf, director regional de emergencias del grupo para África oriental.
“Es fundamental que el acuerdo se amplíe a más largo plazo para crear cierta previsibilidad y estabilidad”, afirmó en un comunicado.
Los países que dependen de la importación de alimentos, desde Líbano a Egipto, tendrían que buscar proveedores fuera de la región del Mar Negro, lo que aumentaría los costes al estar más lejos, según los analistas.
Eso agravaría los costes para los países que también han visto debilitarse sus monedas y aumentar sus niveles de deuda porque pagan los envíos de alimentos en dólares.
Para los países y las personas de bajos ingresos, los alimentos “serán menos asequibles” si no se renueva el acuerdo sobre cereales, declaró a la prensa el economista jefe del Programa Mundial de Alimentos, Arif Husain.
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