En el fragor de la invasión rusa a Ucrania, expertos de noticias internacionales de la prestigiosa revista británica The Economist compartieron sus perspectivas del conflicto que resaltan la resistencia ucraniana, la creciente tensión en Rusia y la incertidumbre geopolítica en el escenario mundial.
Shashank Joshi, editor de la sección Defensa y Seguridad de la revista, señaló avances significativos en la contraofensiva ucraniana, especialmente en el este del país. “Las líneas de defensa rusas son superiores, pero aún así, Ucrania está avanzando”, comentó en un debate online que fue moderado por la editora jefe de la publicación, Zanny Minton Beddoes. Y señaló que la aparente falta de reservistas rusos detrás de estas líneas defensivas es un punto a destacar.
A pesar de la superioridad defensiva rusa, Joshi destacó que hubo un cambio táctico en Ucrania que está dando buenos resultados. Sin embargo, advirtió que “Ucrania necesita mucha fuerza aérea para ganar la guerra”.
Con respecto a los miembros del Grupo Wagner, la organización paramilitar que operó en el este de Ucrania, Joshi dijo que “la mayoría aún se encuentra en los territorios ocupados por Rusia pero no participan en las actividades de defensa”.
Por su parte, Arkady Ostrovsky, editor de The Economist sobre Rusia y Europa del Este, se enfocó en la narrativa cambiante de la guerra desde el lado ruso. Destacó cómo el presidente ruso, Vladimir Putin, ha tenido que admitir el creciente número de bajas. “Putin ha cambiado la narrativa de la guerra”, dijo, y apuntó sobre la inquietud dentro de las filas rusas y señaló que el estado de alerta es tal que las tropas han sido reubicadas a las defensas.
Alertó que también es motivo de preocupación el misterio que rodea la figura de Yevgeny Prigozhin, el oligarca ruso con estrechos vínculos con Putin que dirigió el Grupo Wagner y recientemente tuvo una fallida rebelión. “Prigozhin ha desaparecido, nadie sabe nada de él”, advirtió Ostrovsky, y recordó que aparentemente la última vez que se le vio fue en una reunión con Putin en el Kremlin después de la revuelta en el sur ruso.
“La gente está aterrada de que un criminal como Prigozhin o alguien de los Wagner llegue al poder”, afirmó Ostrovsky.
Edward Carr, editor adjunto de The Economist, dijo que comparte la preocupación de Ostrovsky y añadió un nuevo elemento al análisis: la influencia de China. Carr sugirió que China podría aprovechar la guerra para fortalecer su relación con Rusia, lo que podría alterar aún más el equilibrio geopolítico.
Agregó además que hay un creciente sentimiento de frustración y cansancio entre los rusos y que la mentalidad de los ucranianos ha evolucionado, pasando de anticipar una solución rápida a prepararse para una resistencia a largo plazo.
Consideró también que Putin está cada vez más solo, que casi ninguno de sus jerarcas militares está cerca suyo y pierde la habilidad de controlar el país. “Su poder se basa en dejar que sus acólitos roben de manera impune”, dijo.
Por último, Carr expuso el temor de que Rusia pueda atacar la planta nuclear de Zaporizhzhia y la incertidumbre de cuándo las tropas ucranianas podrán romper las defensas rusas.
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