Desde su estallido, el pasado mes de abril, los enfrentamientos en Sudán han obligado a más de tres millones de personas a desplazarse de sus hogares en busca de refugio.
La ONU precisó en su último informe que 3.1 millones de ciudadanos debieron huir de sus domicilios en los últimos tres meses, de los cuales 724.000 se fueron al extranjero mientras que los restantes 2.4 millones se mantuvieron en el interior del país. Entre ellas, se encontraron 484.000 familias.
“Se ha superado la cifra de tres millones de desplazados debido al conflicto en Sudán. Esto es más que una cifra, son personas que han sido desarraigadas, que huyen para salvar sus vidas, de personas que fueron separadas de sus hijos y de niños que no podrán ir a la escuela”, señaló Safa Msehli, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que forma parte de las Naciones Unidas.
Los desplazados provienen principalmente de los ocho estados más azotados por la violencia de los enfrentamientos, como la capital Khartoum y la región de Darfur.
Entre quienes se reubicaron en el exterior, la mayoría eligió Egipto y Chad como destinos principales, con 255.565 y 238.218 refugiados respectivamente, seguidos de Sudán del Sur -con 160.798-, Etiopía -62.509-, la República Centroafricana -16.719- y Libia -2.992-.
Asimismo, las estadísticas expusieron que el 65% de éstos son de nacionalidad sudanesa y los restantes son “extranjeros o retornados”.
En tanto, los desplazados internos se asentaron en estados más seguros como los de Río Nilo, Norte y Nilo Blanco.
De todas formas, estos números muy probablemente aumenten ya que no se ven indicios de un pronto cese de esta violencia.
Junto con las cifras, la agencia de la ONU manifestó su preocupación por la “crítica” intensidad de los combates y ataques contra civiles en Darfur, donde las FAR han rodeado la localidad de Moroni -al este de Al Geneina-.
Allí, la presencia de milicias ha crecido considerablemente, añadió el informe, y se ha comprobado la devastación del estado.
Sudán está, desde el pasado 15 de abril, inmerso en combates cruzados entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que buscan hacerse con el control del territorio.
Sus líderes Abdel Fatah al Burhan y Mohamed Hamdan Daglo han intentado, sin éxito, establecer treguas en el pasado para permitir la evacuación de civiles así como el ingreso de voluntarios de organizaciones humanitarias, aunque siempre fueron rotas al cabo de unas horas.
En gran parte del país, los habitantes rehenes de estas fuerzas viven sin agua, electricidad o acceso a otros bienes básicos como alimentos, suministros médicos y combustible.
En un nuevo intento por restituir la paz en el territorio, los países que lindan con Sudán celebrarán este jueves una cumbre en Egipto en la que abordarán “las formas de poner fin al conflicto” y buscarán maneras de mitigar las “repercusiones negativas” de la guerra.
En ese sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertó el pasado domingo que el país está al borde de una guerra civil de plena escala y señaló su preocupación por la desestabilización que ello pueda tener en la región. En ese sentido, llamó a una desescalada urgente y el respeto a los derechos humanos.
(Con información de AFP y EFE)
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