Tras una serie de incidentes ocurridos en los últimos años frente a las costas portuguesas y españolas, Portugal prohibió el martes a los barcos turísticos acercarse a grupos de orcas y publicó instrucciones sobre qué hacer en caso de que se acerquen a ellas.
El Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques de Portugal (ICNF, por sus siglas en portugués) declaró que la prohibición, que se aplica principalmente a los barcos que ofrecen viajes de observación de ballenas, estará en vigor hasta finales de año.
También indica que siempre que se avisten orcas e intenten acercarse, las embarcaciones deben alejarse para evitar el contacto y, si ya están cerca, deben detenerse, dejando el motor en marcha, hasta que los animales se marchen.
Las embarcaciones turísticas marítimas más pequeñas con licencia para la observación de ballenas también han sido blanco de ataques, según el ICNF.
Afirmó que “se desconoce la razón de este comportamiento reciente y repetitivo hacia las embarcaciones”, pero ahora está claro que el número de cetáceos implicados en tales interacciones ha aumentado desde los informes iniciales.
Este asunto tiene perplejos a autoridades y científicos.
“Atacaron directamente al timón: no dieron vueltas al barco, no jugaron, nada... Embistieron a toda velocidad el timón”, relató el mes pasado a la agencia de noticias AFP el alemán Friedrich Sommer, describiendo los daños causados por las orcas a su velero “Muffet”.
Sommer aguardó en Barbate (provincia española de Cádiz) a que reparen su barco, como otro propietario extranjero, que pidió no ser identificado, cuya embarcación perdió el timón en un ataque similar.
“Ha perdido el timón completamente” y “han hecho un destrozo en el casco que es estructural”, explicó Rafael Pecci, encargado de los astilleros, señalando los daños en un velero.
Desde 2020 se han registrado una serie de incidentes en los que se han visto implicadas orcas y veleros, en su mayoría, frente a las costas de la península ibérica y el estrecho de Gibraltar, en los que las orcas han golpeado los cascos y timones de las embarcaciones, causando daños que en algunos casos han provocado su hundimiento o que los guardacostas hayan tenido que remolcar las embarcaciones hasta la orilla.
El año pasado se registraron más de 200 interacciones entre orcas y embarcaciones frente a la costa atlántica de Portugal y España, según datos del grupo de investigación GTOA, que realiza un seguimiento de las poblaciones de la subespecie de orca ibérica.
Según la organización de rescate en mar española Salvamento Marítimo, en 2023 se han producido 28 “interacciones” entre barcos y orcas, y en el periodo 2020-2022 ascenderían a casi 500, estimó Alfredo López, del Grupo de Trabajo de la Orca Atlántica (GTOA), en una conferencia sobre el tema celebrada en marzo en Portugal.
Algunos especialistas explican que este fenómeno responde a la alta presencia en la zona de una de las presas favoritas de las orcas, los atunes rojos, que atraviesan el estrecho en primavera procedentes del océano Atlántico para ir a desovar al mar Mediterráneo.
Las orcas adultas pueden alcanzar hasta nueve metros de longitud y pesar más de seis toneladas. Muy sociables, pertenecen a la familia de los delfines. Suelen alimentarse de peces, pingüinos y focas. En libertad, no se sabe que ataquen a los humanos.
(Con información de Reuters y AFP)
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