Desde el 24 de junio, cuando concluyó el fallido motín de Yevgeny Prigozhin sobre Rusia -o la “Marcha por la justicia”, como éste lo llamó- las dudas sobre el Grupo Wagner fueron muchas y las respuestas, escasas.
Una de las más recurrentes tenía que ver con su futuro, precisamente sobre su nuevo centro de operaciones y las tareas a desempeñar en adelante, luego de que trascendiera que como parte de la mediación del dictador bielorruso Alexandr Lukashenko aquel fin de semana, los paramilitares se asentarían en el país.
Hasta el momento las versiones sobre su presencia en Minsk eran cruzadas y se vieron acentuadas por el silencio de Prigozhin quien, desde el 26 de junio, cuando defendió sus acciones en Rusia, no ha vuelto a publicar mensajes en su canal de Telegram, pero acabaron por despejarse este jueves cuando Lukashenko aseguró que ni Prigozhin ni los miles de soldados a su cargo habían arribado a su territorio.
Sin embargo, este sábado, Anton Yelizarov, un comandante del Grupo, se explayó en los planes de la milicia y reconoció que aún no han salido de Rusia, aunque precisó que ocurrirá pronto.
En el canal “Yevgeny Prigozhin on Telegram”, el mercenario conocido como Lotus dijo que él y sus compañeros estaban de vacaciones hasta principios de agosto, por orden del líder, y que, en aproximadamente tres semanas, finalmente se concretará su traslado a Bielorrusia.
“Tenemos que preparar las bases, los campos de entrenamiento, coordinarnos con los gobiernos y las administraciones locales, organizar la interacción con las fuerzas del orden de Bielorrusia y establecer la logística”, escribió en la aplicación de mensajes.
Estos planes sugieren que la llegada de Wagner al país será definitiva y con miras al largo plazo, en lugar de tratarse tan sólo de una simple medida momentánea para poner paños fríos entre el Kremlin y la milicia.
Asimismo, los dichos coinciden con las imágenes satelitales difundidas la última semana en las que se ve una antigua base militar -abandonada hace años- completamente reformada y lista para recibir a decenas de soldados.
Se trata de un campamento ubicado a unos 21 kilómetros de la ciudad de Osipovichi, a unos 103 kilómetros de la capital y 230 kilómetros al norte de la frontera con Ucrania, en el que, hasta 2018, estuvo la 465° Brigada de Misiles del país, y sus modelos Iskander.
El lugar coincide con las palabras del dictador bielorruso de hace unas semanas cuando dijo que “les ofrecimos una de las bases abandonadas. Hay una valla, todo está allí. Adelante, instalen tiendas. Los ayudaremos con lo que podamos” y a lo que se suman las declaraciones de este viernes de un asesor del Ministerio de Defensa en las que sostuvo que nadie de Wagner había visitado aún el campamento militar que Lukashenko les había ofrecido -reconociendo que, en efecto, se preparan para su llegada-.
(Con información de Reuters)
Seguir leyendo: