A poco más de tres años de ocurrido, la comunidad internacional permanece unida y firme en su reclamo contra Irán por el avión de bandera ucraniana que derribó en 2020.
Este miércoles, Canadá, Ucrania, Suecia y el Reino Unido ratificaron su denuncia ante la Corte Penal de Justicia por el accionar del régimen persa y las violaciones a “una serie de obligaciones” en aquel momento, que acabaron con la vida de 176 personas, y exigieron al tribunal en La Haya reparaciones en nombre de sus familias.
Para comprender las demandas cabe remontarse a la madrugada del miércoles 8 de enero de 2020, a la ciudad capital iraní de Teherán.
Por esas horas, el régimen estaba bajo una fuerte presión ya que Estados Unidos había llevado a cabo un ataque con drones que alcanzó al líder militar iraní Qassim Suleimani, acabando con su vida.
Como respuesta, la Guardia Revolucionaria lanzó misiles balísticos contra bases militares de Washington en Irak.
La tensión no bajaba y el miedo por un posible segundo ataque estadounidense en el país seguía latente. En este contexto transcurrieron las primeras horas del miércoles en las esferas del régimen.
Mientras tanto, la vida en Teherán continuaba con bastante normalidad y, tal como estaba previsto, cerca de las 06:00 horas el vuelo PS752 de Ukraine International Airlines (UIA) se preparaba para despegar.
Sin ninguna complicación, a las 06:12 horas el Boeing 737 despegó del Aeropuerto Internacional Imam Khomeini con destino a Kiev, en Ucrania. A bordo iban 176 personas aunque casi ninguno era ucraniano; sólo los nueve tripulantes y dos pasajeros. Los restantes eran canadienses (63) e iraníes (82).
Según se pudo comprobar, la nave tomó su curso en dirección noroeste y datos de la torre de control demostraron que el transponder enviaba señales normales.
Sin embargo, pocos minutos después, el aparato dejó de funcionar. A las 06:15 horas el Boeing fue alcanzado por un misil Debris, a unos 2.500 metros de altura, proveniente de una base militar cercana.
Como consecuencia del impacto, el transponder quedó inhabilitado aunque el avión logró continuar su curso. O eso intentó. Unos 30 segundos más tarde, el centro de operaciones de las Fuerzas Armadas lanzó un segundo misil que, nuevamente, alcanzó a la nave aunque, en esta oportunidad, el daño fue mayor.
Para este momento, la nave ya se encontraba severamente dañada y en llamas. Con seguridad no podía llegar a su destino final. Es por eso que, si bien se desconoce con exactitud la ruta que tomó a continuación, sí se pudo verificar que el piloto dio la vuelta en un esfuerzo por volver al aeropuerto.
Videos difundidos por civiles capturaron el momento en el aproximadamente a las 06:19 horas el avión intenta regresar al Imam Khomeini pero, desafortunadamente, sólo pierde altura, en lo que ya se ve como un final anunciado.
Inclusive, otras imágenes sugieren que hubo una última explosión antes de que, finalmente, el Boeing se desplomara en Parand, en las afueras de Teherán, a unos 16 kilómetros de la capital.
Una cámara de seguridad logró captar el momento del impacto contra el suelo y el fuego que se desató posteriormente.
A los pocos minutos, unas 10 ambulancias se presentaron en el lugar pero desde un primer momento se descartó la posibilidad de sobrevivientes ante la magnitud de la escena.
“Obviamente, es imposible que los pasajeros estén vivos”, declaró entonces un alto funcionario de la Media Luna Roja.
Mientras tenían lugar estas tareas de auxilio, el régimen de Teherán se desentendía de las acusaciones en su contra. Según medios iraníes, el accidente había sido causado por un problema técnico aunque la aerolínea desmintió esta versión ya que afirmó que el avión había sido sometido a una revisión técnica dos días atrás.
Con el correr de los días, las evidencias eran cada vez mayores -inclusive se hallaron partes de los misiles cerca de los restos del avión- y las autoridades debieron salir a admitir los hechos.
Fiel a su estilo, sin embargo, el general Amir Ali Hajizadeh reconoció los impactos pero los minimizó explicando que se trató de una confusión del sistema de defensa, que captó al jet como un misil de crucero.
Esta postura y su posterior accionar son uno de los pilares de la denuncia presentada ante la CIJ, en la que se sostiene que Irán incumplió un tratado multilateral de 1971 sobre amenazas a la violación civil.
Ahora, aunque poco haya cambiado en el país -o, por el contrario, la situación sólo haya empeorado- el régimen deberá rendir cuentas ante la Justicia y asumir su responsabilidad por la muerte de 176 inocentes que quedaron atrapados en su ambición de poder y supremacía.
Seguir leyendo: