México fue, especialmente en la Guerra Fría, uno de los epicentros del espionaje mundial, con su cercanía a Estados Unidos, a Cuba, y el especial interés de los agentes soviéticos. Ahora, con la guerra en Ucrania, los espías rusos vuelven a fijar su atención en el país como un lugar valioso para la inteligencia de Vladimir Putin.
Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad ruso, es quien encabeza “una oscura red de espionaje que intenta socavar los intereses de Estados Unidos”. Así lo asegura Mary Anastasia O’Grady, editorialista del diario The Wall Street Journal, en una columna titulada Los numerosos espías de Rusia en México en la que señala que estos esfuerzos se refuerzan para asentar la imagen del presidente ruso en momentos en que su autoridad se vio tambaleada por la revuelta del Grupo Wagner.
“La estrategia Putin-Patrushev en las Américas es más que un esfuerzo por contrarrestar el apoyo estadounidense a la democracia en Europa. La desestabilización de la democracia occidental en la región es fundamental para el sueño común de ambos de restaurar el poder mundial de la Madre Rusia”, indica la prestigiosa periodista, que es miembro del consejo editorial del periódico desde 1999.
Moscú tiene una “obsesión por alimentar silenciosamente la ideología antidemocrática en otras partes de las Américas, con poca resistencia por parte de Estados Unidos”, indica la columnista. Pero entre sus múltiples focos de atención, señala a México como “un objetivo especialmente valioso” y sostiene que el espionaje allí puede ser el más peligroso.
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En ese marco, recordó que el general Glen VanHerck, comandante del Mando Norte de Estados Unidos y del Mando de Defensa Aeroespacial, declaró en 2022 ante un comité del Senado que “la mayor parte” del personal de inteligencia ruso “en el mundo está en México ahora mismo” y “vigilan muy de cerca sus oportunidades de influir en las oportunidades y el acceso de Estados Unidos”.
“La actividad de la inteligencia rusa en México puede ser la más peligrosa”, dijo O’Grady. “En un testimonio del 24 de marzo de 2022 ante el Comité de Servicios Armados del Senado, el general Glen VanHerck, comandante del Mando Norte de Estados Unidos y del Mando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, dio la voz de alarma. ‘Hay actores que son muy agresivos y activos en todo el’ Mando Norte, dijo, ‘incluyendo las Bahamas y México, China y Rusia’. Señaló que ‘la mayor parte’ del personal de inteligencia ruso ‘en el mundo está en México ahora mismo’ y ‘vigilan muy de cerca sus oportunidades de influir en las oportunidades y el acceso de EE.UU.’.
Patrushev en marzo incitó un antiguo foco de conflicto, cuando dijo que México recuperaría “tarde o temprano” las tierras que perdió a manos de Estados Unidos en 1848. En esa línea, dijo que Estados Unidos se enriqueció apoderándose de territorios y explotando pueblos, un intento por refrescar la vieja herida. O’Grady puso en duda que Patrushev pueda tener éxito en ese sentido, pero aseguró que el espía ruso “se irá a la tumba intentando conseguirlo”.
Patrushev es, como Putin, un ex agente de inteligencia. Entre 1999 y 2008, fue director de la FSB, la ex KGB, y se le atribuye el haber llevado a Putin al poder. No solo eso, es voceado como un posible sucesor del presidente en caso de un retiro. Antes de ese impensado escenario, es actualmente el hombre fuerte en inteligencia internacional. “Es el principal espía de Putin, que recorre el mundo para ayudar a sofocar revoluciones de colores, organizar elecciones y desafiar el sistema multilateral unipolar que se ha arraigado desde el colapso de la Unión Soviética”, indica O’Grady.
La columna repasa las actividades de Patrushev a nivel regional, como su visita en febrero a Venezuela (reunido con Nicolás Maduro), en marzo a Cuba (donde conversó con Miguel Díaz Canel y Raúl Castro) y los lazos con la dictadura del nicaragüense Daniel Ortega. Pero también hizo foco en Colombia, donde dos espías rusos fueron expulsados en 2020 y Moscú fue acusada de lanzar una campaña de desinformación en la contienda presidencial de 2022, a favor del ahora mandatario Gustavo Petro.
“Algunas de las actividades de Patrushev en América son públicas, como las consultas que mantuvo en febrero en Caracas con el hombre fuerte de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre cuestiones de seguridad”, detalla O’Grady respecto a la dictadura chavista. “Moscú es uno de los principales proveedores de equipos y servicios militares de Venezuela. El trabajo de los mercenarios de Wagner es más entre bastidores. Se han enfrentado a los militares rusos sobre Ucrania, pero es dudoso que salgan al extranjero sin la ayuda de las embajadas rusas, donde el Sr. Patrushev tiene una influencia considerable. En 2019 Wagner fue traído a Venezuela como un ejecutor del régimen y para entrenar a las fuerzas especiales. Personas familiarizadas con el asunto dicen que Wagner también ha proporcionado seguridad a la compañía petrolera venezolana”, indicó The Wall Street Journal.
Respecto a Cuba, la periodista recordó que en marzo “Patrushev visitó a Raúl Castro en Cuba” y que entonces “Rusia condonó 32.000 millones de dólares de deuda cubana en 2014 y, en la década transcurrida desde entonces, la familia criminal Castro y sus asociados se han acercado cada vez más al Sr. Patrushev. En mayo, La Habana anunció que enviará tropas a entrenar a Bielorrusia para solidarizarse con la invasión de Ucrania. La semana pasada, Cuba y Rusia anunciaron que trabajarían para estrechar la cooperación técnico-militar”.
“El apoyo de Rusia al déspota nicaragüense Daniel Ortega también es un secreto a voces. Menos notoria es la obsesión de Moscú por alimentar silenciosamente la ideología antidemocrática en otras partes de las Américas, con poca resistencia por parte de Estados Unidos”, concluyó O’Grady.
Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el que más espías recibe, como publicara Infobae semanas atrás. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México tendió la mano a Rusia y acreditó el ingreso de 36 nuevos diplomáticos en el país -muchos de los cuales podrían ser los expulsados de Europa-. Éstos, sumados a los 49 que ya había previo a la invasión a Ucrania, dan un total de 85 empleados diplomáticos en suelo mexicano.
A cargo de los visados estuvieron el secretario de Exteriores, Eduardo Villegas Megías; la directora de la Oficina de Protocolos, Susi Iruegas; y la Dirección de Servicios Consulares.
Por más que el Kremlin quiera camuflar sus operaciones bajo los cargos de “consejeros de asuntos políticos”, “consulados honorarios”, “agregadurías militares” y “oficinas comerciales”, el repentino aumento del 60% en la plantilla oficial de la Embajada de Rusia en México sólo puede dar cuenta de los deseos de Putin de expandir sus maniobras en el continente americano.
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