Al menos once personas han sido detenidas solo en París y sus alrededores en la que es ya la sexta noche consecutiva de protestas y disturbios relacionados con la muerte el pasado martes de un adolescente de 17 años por un disparo de un agente la Policía durante un control de tráfico.
Hasta el domingo por la mañana, esta violencia dejó 3.200 detenidos, más de 700 agentes heridos, unos 5.000 vehículos incendiados, 10.000 contendedores de basura quemados y casi 1.000 edificios dañados, detalló el ministerio del Interior.
Fuentes de la Jefatura de Policía de París confirmaron la cifra a la televisión BFMTV, dato correspondiente a un informe emitido a las 22.00 horas.
Mientras, el presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro del Interior, Gérald Darmanin, visitaron por sorpresa la comisaría del barrio parisino de Bessières, en el distrito XVII, donde tiene su base una Brigada Contra el Crimen, cuyos agentes suelen trabajar de paisano.
Macron pudo hablar con agentes, gendarmes, miembros de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), de las Brigadas Investigación e Intevención (BRI) y bomberos, según fuentes del Elíseo citadas por BFMTV.
Macron “quería estar presente a su lado (...) para escucharles, agradecerles su movilización en los últimos días y garantizarles su apoyo”.
Este mismo lunes Darmanin visitó la comisaría de Torcy, en Sena y Marne, uno de los objetivos de los alborotadores, y había anunciado que se mantenía por tercera jornada consecutiva la movilización de 45.000 policías y gendarmes en respuesta a los disturbios.
Por otra parte, los alcaldes de Francia expresaron este lunes su rechazo a la ola actual de violencia urbana en respuesta al duro ataque a la casa de un regidor, tras casi una semana de disturbios nocturnos que parecen empezar a remitir.
“Desde el martes, las noches son difíciles para los vecinos (...) Los sucesivos actos de violencia son inaceptables”, declaró el alcalde de Nanterre (al oeste de París), Patrick Jarry, quien realizó de nuevo un llamado a la calma.
En la región parisina, según la autoridad local de transportes, los disturbios causaron daños por “al menos 20 millones de euros”, unos 22 millones de dólares, en los transportes públicos, según una primera estimación. En total, se incendiaron 39 autobuses en esa zona.
Y aunque el número de detenidos se redujo a 157 en la noche del domingo al lunes, cuando se desplegaron 45.000 policías y gendarmes, Macron pidió mantener una “presencia masiva” en el terreno.
Para este lunes, las autoridades decidieron mantener el mismo dispositivo de seguridad, con el fin de “asegurar el retorno del orden republicano”, indicó la primera ministra, Élisabeth Borne.
La Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) había convocado concentraciones el lunes a mediodía ante los ayuntamientos de todo el país por los “graves disturbios” que atacan “símbolos” como escuelas, ayuntamientos, bibliotecas y policía municipal.
Sin embargo, para muchos políticos, el fin de semana se cruzó una línea roja con el ataque con un coche al domicilio del alcalde derechista de L’Haÿ-les-Roses (10 kilómetros al sur de París), Vincent Jeanbrun.
“La propia democracia está siendo atacada”, dijo Jeanbrun a las puertas de su ayuntamiento, durante una marcha en la que participaron unas mil personas, entre ellas destacados políticos de la oposición de derecha y del oficialismo.
El alcalde estaba en la sede de su gobierno en el momento de los hechos, mientras que su esposa tuvo que huir de la casa junto a sus dos hijos, fracturándose la tibia. La justicia lo investiga como un “intento de asesinato”.
(Con información de Europa Press y AFP)
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