El dictador bielorruso, Alexandr Lukashenko, promulgó este sábado una nueva enmienda con la que intensificará la censura y la persecución de los opositores en el país.
La nueva legislación -una enmienda a la ley de medios- avala a las autoridades a prohibir las actividades de medios extranjeros en el país cuando considere que están llevando a cabo acciones hostiles contra sus instituciones.
La agencia oficial BELTA explicó que su objetivo es “perfeccionar los mecanismos de defensa de los intereses nacionales en la esfera mediática, así como ampliar los instrumentos para reaccionar ante acciones hostiles contra Bielorrusia”.
Asimismo, sumó que se introdujeron modificaciones en el estatus jurídico de los propietarios de los medios de noticias y se amplió la lista de causales para la anulación de sus licencias y para su bloqueo en el territorio.
“Hoy se hace evidente que Internet no siempre sirve a los intereses del desarrollo de la sociedad y el Estado. El espacio virtual se ha convertido en un instrumento de guerras informativas que apuntan, a veces, contra Estados enteros”, declaró el ministro de Información bielorruso, Vladimir Pertsov, tras presentar el proyecto que ya contaba con el visto bueno del Consejo de la República -la cámara alta del Parlamento-.
De todas formas, a pesar de los intentos del régimen por presentar la idea como una herramienta para la defensa de su soberanía, lo cierto es que -en la práctica- se tratará de un arma con la cual las autoridades podrán perseguir y silenciar a quienes alcen su voz contra las injusticias y las violaciones de los derechos humanos que tienen lugar a diario en el país.
Inclusive, la postura de Lukashenko se alinea con la de su aliado en Rusia, Vladimir Putin, quien lleva años en la lucha contra los medios opositores, y que se ha intensificado en el último año desde el inicio de la invasión a Ucrania.
Sin ir más lejos, este jueves, el Roskomnadzor -el ente regulador de las comunicaciones de Moscú- avanzó sobre el reconocido periódico independiente Novaya Gazeta Europe, fundado por el Premio Nobel Dmitri Muratov, y lo declaró “indeseable” por sus publicaciones que “representan una amenaza a los cimientos del orden constitucional de Rusia y a la seguridad del Estado”.
“Tras la revisión llevada a cabo por la Fiscalía General de Rusia se tomó la decisión de declarar indeseable en territorio de Rusia las actividades de la organización”, indicó el comunicado del organismo que señaló, a su vez, que sus acciones eran “tendenciosas y dañinas” y buscaban “difundir materiales de organizaciones extremistas” y “publicar regularmente materiales de organizaciones anteriormente declaradas indeseables”, como The Insider, Bellingcat y las relacionadas con el encarcelado opositor Alexei Navalny.
“En sus actividades participan antiguos miembros de la redacción del periódico Novaya Gazeta. Anteriormente, por decisión del Tribunal Basmanni de Moscú y el Tribunal Supremo de Rusia, a este medio le fue anulado el registro de inscripción (...) debido a violaciones de la legislación rusa”, continúa el escrito.
Por otro lado, fueron alcanzados por esta misma ola represiva cinco medios del grupo Patriot, vinculados al líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin.
El viernes, el Roskomnadzor bloqueó el acceso a los medios RIA FAN, Politika Segodnya, Ekonomika Segodnya, Nevskiye Novosti y Narodnye Novosti y los sumó en su lista negra tras la fallida rebelión de la pasada semana.
(Con información de EFE)
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