Los mercenarios rusos fuertemente armados que recorrieron la mayor parte del camino desde Rostov hacia Moscú en 24 horas comenzaron a retroceder este sábado, desescalando un importante desafío al presidente Vladimir Putin, en un movimiento que su líder dijo que evitaría el derramamiento de sangre.
Yevgeny Prigozhin, antiguo aliado de Putin y fundador del ejército Wagner, dijo que sus hombres habían llegado a 200 km de la capital. Anteriormente, Moscú había desplegado soldados para preparar su llegada y había pedido a los residentes que evitaran salir a la calle.
Desde el anuncio de la sublevación el viernes en el suroeste de Rusia, los hombres de Wagner alcanzaron tres regiones rusas (Rostov, Voronej y Lipetsk).
El Grupo Wagner capturó la ciudad de Rostov, a cientos de kilómetros al sur de Moscú, antes de recorrer el país en caravana, transportando tanques y camiones blindados y rompiendo las barricadas levantadas para detenerlos, según mostró un video.
El sábado por la noche, los combatientes de Wagner cargaron tanques en remolques y comenzaron a retirarse del cuartel militar de Rostov que habían tomado, dijo un testigo de Reuters.
“En 24 horas llegamos a menos de 200 km de Moscú. En este tiempo no derramamos ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes”, dijo en un video Prigozhin, vestido con uniforme de combate completo en un lugar no revelado. “Comprendiendo (...) que se derramará sangre rusa por un lado, estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a los campamentos de campaña según lo previsto”.
Reuters no pudo verificar de forma independiente hasta dónde habían llegado los mercenarios de Prigozhin. Un video anterior mostró caravanas de vehículos de Wagner a menos de 500 km de Moscú.
La oficina de Alexander Lukashenko dijo que la decisión de detener el movimiento de los combatientes de Wagner fue negociada por el presidente bielorruso, con la aprobación de Putin, a cambio de garantías para su seguridad.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que el propio Prigozhin se trasladará a Bielorrusia en virtud del acuerdo. Peskov dijo que Lukashenko se había ofrecido a mediar porque conocía personalmente al líder mercenario desde hacía unos 20 años.
Conforme al acuerdo alcanzado, Prigozhin podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, al igual que sus combatientes, tenida cuenta de los “méritos en el frente” ucraniano del grupo paramilitar. “El principal objetivo era evitar un baño de sangre (...) y enfrentamientos con resultados impredecibles”, señaló Peskov.
Prigozhin no dijo si el Kremlin respondió a su demanda de expulsar al ministro de Defensa, Sergei Shoigu.
Escaso respaldo de las Fuerzas Armadas
La insurrección relámpago de Wagner pareció desarrollarse con escasa resistencia de las fuerzas armadas regulares rusas, lo que suscita dudas sobre el poder de Putin en un país que posee un arsenal nuclear, incluso después de la brusca detención del avance de Wagner.
Anteriormente, Prigozhin dijo que lo que denominó una “marcha por la justicia” pretendía destituir a los mandos rusos corruptos e incompetentes a los que culpa de errores en la guerra de Ucrania.
En un discurso televisado desde el Kremlin, Putin dijo antes que la rebelión de los Wagner ponía en peligro la propia existencia de Rusia.
“Estamos luchando por la vida y la seguridad de nuestro pueblo, por nuestra soberanía e independencia, por el derecho a seguir siendo Rusia, un Estado con una historia milenaria”, dijo Putin, prometiendo castigar a quienes “prepararon una insurrección armada”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, afirmó que la revuelta de Wagner, que provocó una oleada de llamadas de alto nivel entre líderes occidentales, puso de manifiesto la agitación en Rusia. “Hoy el mundo puede ver que los amos de Rusia no controlan nada. Y eso significa nada. Simplemente un caos total. Ausencia de toda previsibilidad”, dijo Zelensky en su discurso nocturno por video.
En un video obtenido por Reuters se veían transportes de tropas y dos camiones de plataforma con un tanque cada uno circulando 50 km más allá de la ciudad de Vorónezh, a más de medio camino de Moscú.
Un helicóptero disparó contra ellos cerca de Vorónezh, donde un depósito de combustible explotó poco después de que el helicóptero pasara volando.
¿Guerra civil?
Los combatientes liderados por Prigozhin, un exconvicto, incluyen a miles de ex presos reclutados en las cárceles rusas.
Sus hombres libraron las batallas más sangrientas de los 16 meses de guerra en Ucrania, incluida la de la ciudad oriental de Bakhmut.
Durante meses arremetió contra la cúpula militar, especialmente contra el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, acusándoles de incompetencia y de negar munición a sus combatientes.
Este mes, desafió las órdenes de firmar un contrato que ponía a sus tropas bajo el mando del Ministerio de Defensa.
El viernes lanzó el aparente motín tras alegar que los militares habían matado a muchos de sus combatientes en un ataque aéreo. El Ministerio de Defensa lo negó.
Prigozhin dijo que había capturado el cuartel general del Distrito Militar Sur de Rusia sin disparar un tiro en Rostov, que sirve como principal centro logístico de retaguardia para toda la fuerza de invasión rusa en Ucrania. La zona circundante es también una importante región petrolera, gasística y cerealera.
Los residentes de la ciudad se habían congregado tranquilamente, filmando con teléfonos móviles mientras los combatientes de Wagner en vehículos blindados y carros de combate tomaban posiciones.
Un tanque estaba encajado entre dos edificios con carteles que anunciaban un circo. Otro tenía “Siberia” pintado de rojo en la parte delantera, una aparente declaración de intenciones de cruzar toda Rusia.
“¿Habrá guerra civil?”, preguntó una mujer a los mercenarios en Rostov. “No, todo irá bien”, respondió uno de ellos.
Ucrania ataca cerca de Bakhmut
Las capitales occidentales dijeron estar siguiendo de cerca la situación. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló con los líderes de Francia, Alemania y el Reino Unido, mientras que el Secretario de Estado, Antony Blinken, habló con sus homólogos del G7.
El máximo responsable militar estadounidense, el general del ejército Mark Milley, canceló un viaje previsto a Oriente Medio debido a los acontecimientos.
“Esto representa el mayor desafío al Estado ruso de los últimos tiempos”, declaró el Ministerio de Defensa británico el sábado, mientras los cazas de Prigozhin se acercaban a Moscú.
La insurrección podría dejar desorganizada a la fuerza de invasión rusa en Ucrania, justo cuando Kiev está lanzando su contraofensiva más fuerte desde que comenzó la guerra en febrero del año pasado.
El Ejército ucraniano declaró este sábado que sus fuerzas habían avanzado cerca de Bakhmut, en el frente oriental, y más al sur. El viceministro de Defensa, Hanna Maliar, dijo en Telegram que se lanzó una ofensiva cerca de un grupo de aldeas que rodean Bajmut, que fue tomada por las fuerzas de Wagner en mayo después de meses de lucha.
“En todas estas zonas hemos logrado avances”, escribió Maliar.
Oleksandr Tarnavskiy, comandante del frente sur, dijo que las fuerzas ucranianas habían liberado una zona cerca de Krasnogórivka, al oeste del centro regional de Donetsk, en manos rusas.
Dijo que la zona había estado bajo control ruso desde que las fuerzas separatistas respaldadas por Moscú la capturaron en 2014.
Con información de Reuters y AFP
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