El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, acusó este jueves a Rusia de preparar un “atentado terrorista” que implica una fuga radiactiva en la central de Zaporizhzhia, ocupada por las tropas rusas en el sur de Ucrania.
“Nuestra inteligencia obtuvo información de que Rusia está considerando el escenario de un atentado terrorista en la central de Zaporizhzhia, un ataque con liberación de radiación. Han preparado todo para ello”, dijo en Telegram.
“Por desgracia, he tenido que recordarles en repetidas ocasiones que la radiación no conoce fronteras estatales y que a quién alcanzará sólo lo determina la dirección del viento”, añadió el mandatario ucraniano.
Según afirmó, ha compartido esa información de inteligencia con sus socios en el mundo. “Todas las pruebas. Europa, América, China, Brasil, India, el mundo árabe, África... todos los países, absolutamente todos deben saberlo. Organizaciones internacionales. Todos ellos”, repasó.
“Nunca debería haber ataques terroristas contra centrales nucleares en ningún lugar. Esta vez no debería ser como en Kajovka: el mundo ha sido advertido, así que el mundo puede y debe actuar”, alertó.
Por su parte, el Kremlin rechazó las afirmaciones del presidente ucraniano. “Esto es otra mentira. Sólo hubo contactos con el OIEA en el lugar, una evaluación muy alta del OIEA. Lo vieron todo, todo lo que querían ver”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Los temores por la mayor central nuclear de Europa, que han persistido durante toda la ofensiva de Moscú en Ucrania, se han visto exacerbados por la destrucción de una presa que suministraba el agua de refrigeración a la planta.
La semana pasada, el director general del OIEA, Rafael Grossi, afirmó que la situación de la planta nuclear era seria pero estable tras la voladura de la presa de Kajovka y la reducción del nivel de agua del embalse, vital para el enfriamiento de la planta.
Grossi señaló a los medios tras su visita del jueves a la central que hay suficiente agua en el estanque de enfriamiento de la central nuclear y que actualmente no hacen falta medidas adicionales.
Eso sí, aseguró que el OIEA seguirá vigilando la situación.
Según los medios rusos, los expertos del OIEA visitaron las piscinas de aspersión y un estanque de enfriamiento, que han estado operando en modo independiente desde la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, cuyas aguas solían ser bombeadas a la planta para su enfriamiento.
El nivel del agua del embalse ha bajado drásticamente por la voladura de la presa el pasado 6 de junio, si bien en el canal del que se alimenta el depósito de la central nuclear se encuentra en 11,21 metros y en el propio estanque de enfriamiento en 16,67 metros.
Grossi afirmó al respecto que actualmente no es realista la firma entre Rusia y Ucrania de un acuerdo sobre la seguridad de la central nuclear de Zaporizhzhia, por lo que los inspectores del OIEA en la planta vigilarán de cerca el cumplimiento de las directrices. El argentino reforzó el equipo en la central al duplicar el número de inspectores hasta cuatro.
Recientemente el jefe del OIEA fijó cinco principios que Ucrania y Rusia deberán respetar para garantizar la seguridad de la central nuclear, ante la imposibilidad de crear una zona de seguridad en torno a la misma como él pretendía inicialmente.
Esos principios son los siguientes: no lanzar ningún tipo de ataque contra la planta, que ésta no se use para almacenar armas pesadas o tropas con capacidad ofensiva, que no se ponga en riesgo el suministro eléctrico a la instalación, que se protejan todas sus estructuras, sistemas y componentes esenciales y que no se haga nada que mine estos compromisos.
(Con información de AFP y EFE)
Seguir leyendo: