El Partido Conservador podría estar a las puertas de una nueva investigación judicial en el marco del escándalo del Partygate, que de alguna forma u otra, se mantiene vigente tras casi tres años de comenzado.
Este sábado, el medio local The Mirror difundió el primer video que se conoce del caso, en el que se ve a un grupo de simpatizantes conservadores festejando en la sede del partido en la noche del 14 de diciembre de 2020, 10 días antes de Navidad.
Las imágenes fueron tomadas en un momento en el que Londres aún lidiaba con la enfermedad y por lo cual seguían vigentes las restricciones de reunión. Inclusive, ese año los británicos no pudieron organizar grandes festejos por fin de año.
Unas 24 personas asistieron -por lo menos- a esta fiesta, confirmó The Mirror, entre ellas, Ben Mallet y un segundo individuo, que conformaban la lista de honor del entonces primer ministro Boris Johnson.
Según trascendió, el evento fue organizado por el equipo de campaña del candidato a la alcaldía de Londres, Shaun Bailey -ahora Lord Bailey-, dirigido por Mallet. Bailey había abandonado el partido antes de que se grabara el video.
El video muestra a estas personas bailando alegremente y riendo, rodeados de copas, alcohol y bocadillos.
Una pareja protagoniza casi toda la secuencia bailando al ritmo de Fairytale of New York, de The Pogues, haciendo caso omiso al cartel justo detrás suyo en el que se lee: “Por favor, mantenga la distancia”.
También se puede apreciar un máquina de karaoke y luces intermitentes, y la secuencia hasta capta un diálogo entre tres de los invitados en el que se burlan de las restricciones impuestas por el Ejecutivo, en colaboración con el Ministerio de Salud.
“Oh Cristo”, dice el primero al ver el celular grabando mientras el segundo pregunta: “¿Estás grabando esto?”.
Enseguida, el tercero responde que “es para uso de la fiesta” y, tras una breve risa, se oye una voz que dice en tono irónico: “Mientras no hagamos una transmisión y mostremos que nos estamos saltando las normas…”.
El video no tardó en generar indignación en los familiares de las miles de víctimas que dejó el virus, así como de los ciudadanos que no pudieron festejar como deseaban aquel fin de año y, por supuesto, del arco político.
La viceportavoz laborista Angela Ryanair dijo que “los invitados (a la fiesta) se burlaron abiertamente de las normas que seguía el pueblo británico. Los conservadores creen que hay una regla para ellos y otra para el resto”.
“En lugar de obligarlos a afrontar las consecuencias, Rishi Sunak cedió ante Boris Johnson y optó por recompensarlos con honores. Es un insulto repugnante”, sentenció a continuación.
En tanto, un portavoz del Partido Conservador reconoció que “el personal superior del CCHQ tuvo conocimiento de una reunión social no autorizada en la calle Matthew Parker organizada por la campaña de Bailey en la noche del 14 de diciembre de 2020. Se tomaron medidas disciplinarias formales contra los cuatro miembros del personal que estaban adscritos a la campaña de Bailey”.
Por su parte, la Metropolitan Police (Met) aseguró que evaluará el video para determinar si se lo puede incorporar a la investigación.
Las imágenes aparecieron tras una semana ajetreada para los involucrados del caso luego de que este jueves la Comisión de Privilegios expusiera en un informe que Johnson había engañado en repetidas oportunidades a los diputados sobre las reuniones durante los confinamientos y que se lo acusara de haber sido “cómplice” de una “campaña de abuso e intento de intimidación” contra los siete miembros de la Comisión.
El documento señala que, de no haber renunciado antes, el ex Primer Ministro se habría enfrentado a una suspensión de 90 días en el Parlamento.
Además de este video -el primero conocido del caso- la Justicia británica había incluido en el caso una imagen publicada por el Daily Mirror en diciembre de 2021 en la que también se veía a miembros y voluntarios del partido celebrando con copas de vino y mesas con comida a su alrededor.
Si bien la imagen era incriminatoria de por sí, la Met concluyó que “la foto por sí sola no es prueba suficiente para determinar que se ha cometido un delito”.
“La investigación revisó todo el material minuciosamente y, tras una cuidadosa consideración, se determinó que no había pruebas suficientes para refutar la versión de los hechos proporcionada por los asistentes a un nivel que cumpliera el umbral requerido”, dijeron.
Seguir leyendo: