La contraofensiva ucraniana está encontrando una férrea defensa rusa mientras se esperan las operaciones de la artillería más frontales para fines de esta semana. En este momento hay tres frentes abiertos y un cuarto posible. El primero es alrededor de la tan disputada ciudad de Bakhmut. El segundo, en la frontera de las regiones de Zaporizhzhia oriental y Donetsk occidental, incluidos intensos combates alrededor de la ciudad de Makarivka. Y un tercero en Zaporizhzhia occidental hacia Mala Tokmachka. Aunque en las últimas horas también se hablaba de otro desembarco anfibio en la inundada ciudad de Nova Kakhovska –donde los rusos dinamitaron la represa sobre el río Dnipro- con combates en las tierras más altas. La ofensiva se enfrenta a “encarnizados combates y a la superioridad aérea y artillera del enemigo, que se mantiene en sus posiciones”, dijo a un grupo de periodistas ucranianos en la zona de combate un alto comandante del que no se reveló su nombre.
Todo indica que las fuerzas ucranianas todavía no llegaron a las líneas de defensas levantadas por los rusos donde se esperan los combates más encarnizados. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) cree que eso sucederá a fin de esta semana y allí recién se verá si los rusos lograron reforzar sus unidades mal entrenadas y si el armamento occidental hace la diferencia en manos de los ucranianos.
Según el análisis del seguimiento de las tropas que hace la empresa especializada Rochan Consulting, la ofensiva en Donetsk parece haber sido hasta ahora la más exitosa. El ejército ucraniano utilizó siete brigadas cerca de Velyka Novosilka para liberar unos 60 kilómetros cuadrados de territorio en cuatro días. Esto incluye un grupo de aldeas situadas a orillas del río Mokri Yaly, entre ellas Blahodatne, liberada el 11 de junio; Storozheve, donde imágenes de vídeo mostraban a infantes de marina caminando por la aldea y enarbolando una bandera ucraniana en el centro; y Makarivka, al sur. Las pequeñas aldeas de Urozhaine y Staromaiorske también estarían en manos de sus liberadores.
“Estamos viendo muchas acciones al mismo tiempo, pero se trata de operaciones tácticas de engaño y podemos esperar operaciones adicionales y de mayor envergadura a medida que avance la campaña. Esa es una de las principales ventajas de estar al ataque: tienes la capacidad de elegir el momento y el lugar a tu favor mientras mantienes al adversario adivinando”, explicó a la AFP, Dylan Lee Lehrke, analista de la agencia británica de inteligencia de seguridad Janes.
Más al sur, en el eje que comienza en la ciudad de Orikhiv y termina en la estratégica Tokmak, fundamental para seguir avanzando hacia Melitopol y cortar la línea de suministros que viene desde la península de Crimea, la situación no es tan alentadora para Kyiv. Allí se registraron combates frontales muy duros y los ucranianos sufrieron importantes pérdidas de blindados y personal. De allí son las imágenes que aparecieron en la plataforma Telegram mostrando tanques alemanes Leopard y vehículos blindados estadounidenses Bradley atrapados en campos de minas y alcanzados por la artillería. También un video de un soldado ruso junto a un Leopard con el motor aún en marcha. Aunque desde Moscú admiten pérdidas similares en sus filas. Incluso, Vladimir Putin dijo en una reunión con blogueros militares que Rusia había perdido 54 tanques durante la ofensiva ucraniana.
“La defensa rusa está organizada en capas. No es sofisticada, pero el adversario debe superar sus obstáculos, uno tras otro, y eso lleva tiempo y un gran esfuerzo. Los ucranianos pueden abrirse paso, pero por el momento no pueden forzar el colapso de esta masa de unidades rusas”, explica Alexander Grinberg, analista del Jerusalem Institute for Strategy and Security (JISS).
La escala del despliegue a lo largo del eje de Tokmak -y el papel estratégico de la ciudad como nudo ferroviario y puerta de entrada para atacar la carretera principal de Rusia a Crimea- sugieren que podría convertirse en la principal línea ofensiva. Pero la mayoría de los ataques hasta ahora se llevaron a cabo con unidades ucranianas que ya estaban en el lugar y están dirigidos a identificar debilidades en la línea rusa, en lugar de romper con una fuerza abrumadora. “La ofensiva está en marcha, pero no creo que se trate todavía del ataque principal”, comentó a The Economist, Ben Hodges, general retirado que estuvo al mando del ejército estadounidense en Europa. “Cuando veamos grandes formaciones acorazadas unirse al asalto, entonces creo que sabremos que el ataque principal comenzó realmente”.
Los rusos tampoco sacaron a relucir toda su capacidad de defensa de los territorios ocupados. Montaron lo que los analistas militares llaman una defensa en profundidad: replegarse a terreno más favorable en la retaguardia. Al mismo tiempo tratan de cubrir sus baterías de largo alcance que son en este momento la prioridad para derribar de los ucranianos. En unas de estas maniobras sufrieron una sensible baja. Los blogueros militares rusos informaron de que en uno de esos ataques contra una unidad de misiles habían matado al general de división Sergei Goryachev, jefe del Estado Mayor del 35º Ejército de Armas Combinadas de Rusia, el primer general ruso que muere este año.
También se está viendo un inusual movimiento aéreo con helicópteros rusos tomando un papel que no habíamos visto hasta ahora en esta guerra. Y los están combinando con el ataque masivo de drones del tipo Lancet de fabricación rusa, aunque también lanzaron drones kamikazes chinos. Los analistas militares hablan de ataques masivos con 10 o 20 drones al mismo tiempo y unidades de francotiradores que utilizan las imágenes que los vehículos espaciales les mandan para atacar a distancia. Sin embargo, continúa siendo este un conflicto carente de la participación masiva de la aviación. Los aviones rusos, que superan en todos los aspectos a los que tiene Ucrania, siguen operando desde dentro del territorio ruso, lanzando a distancia y seguros, misiles de largo alcance. Pero no se registran bombardeos aéreos masivos de ningún tipo. Una particularidad que aún sigue siendo un misterio para la mayoría de los analistas militares occidentales.
En tanto, continúan ocurriendo algunos incidentes que muestran que las tropas rusas persisten en sus acciones poco profesionales. Según fuentes rusas se habría producido un ataque ucraniano a un cuartel ruso en el frente mientras los soldados estaban en formación esperando que un comandante les diera una arenga. Esto provocó una masacre con la muerte de al menos 100 soldados rusos. El hecho se produjo cerca de Kreminna, en el óblast (región) de Luhansk, cuando miembros del 20º Ejército de Armas Combinadas se reunieron en un gran grupo no lejos de las líneas del frente y al alcance de los cohetes HIMARS ucranianos durante dos horas. Un alto comando ucraniano confirmó lo sucedido en una entrevista con el Kyiv Post. “Estuvieron dos horas expuestos. Es tiempo suficiente para fijarlos, transportar los misiles HIMARS, introducir las coordenadas y atacarlos”, dijo.
Los milbloggers rusos (propagandistas del Kremlin que acompañan a las tropas rusas) mostraron su furia por lo sucedido diciendo que su ejército está “en guerra contra nuestra propia estupidez y dejadez”. Uno de estos blogueros que escribe bajo el seudónimo de Rybar dijo en un video: “Un trágico incidente ocurrió en una de las divisiones que estaban a punto de pasar a la ofensiva. Durante dos horas, los combatientes esperaron a que el comandante de la división pronunciara sus palabras motivadoras. Pero lo que verdaderamente recibieron fueron los dichos de los HIMARS MLRS. En la dirección de Yuzhnodonetsk, en pocos días hubo menos víctimas en los combates que por la estupidez criminal del comandante de la división”. Otro milblogger, Dva Majors, fue más explícito: “Estamos en guerra con nuestra propia pelotudez, untadas desde arriba con bonitos informes”. Y un tercero, Vysokygovorit, pidió que los comandantes rusos responsables “sean fusilados”. No es la primera vez que sucede algo semejante. En las primeras horas del Año Nuevo 2023, las fuerzas ucranianas atacaron un complejo desprotegido que albergaba a cientos de tropas rusas recién movilizadas en la ciudad ocupada de Makiivka, en la región de Donetsk. Las autoridades rusas reconocieron que murieron al menos 89 personas, pero fuentes ucranianas y varios blogueros rusos afirmaron que el número de víctimas se acerca más a las 400 personas. Fue la mayor tragedia de esta invasión.
Esto ocurre mientras ambos bandos se preparan para el asalto y la defensa que prometen ser la esencia de los combates en este verano de las estepas ucranianas. Según todos los analistas militares, lo que se viene es “la madre de todas las batallas” de este conflicto con “combates feroces”.
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