Autoridades ucranianas revelaron detalles del momento en que un soldado se entregó en el frente de batalla haciendo señas a un drone, una escena de mayo que se viralizó y que arroja luces como un caso sobre el engaño al que fueron sometidos muchos civiles reclutados del Kremlin.
“En ese momento, teníamos un helicóptero con explosivos preparado para eliminarle”, aseguró Yuriy Fedorenko, comandante de la división de aviones no tripulados de asalto “Aquiles” de la 92ª brigada, en entrevista con CNN.
“Cuando se dio cuenta de que iba a morir, tiró su ametralladora a un lado, levantó las manos y dijo que no seguiría luchando”. Si tomaba esa decisión segundos después, tal vez ya hubiese sido demasiado tarde.
“Pero como el enemigo tiró su arma e hizo el gesto de que se iba a rendir, se decidió darle la orden de rendirse”, explicó Fedorenko.
El video muestra al soldado ruso huyendo de los drones de asalto ucranianos en las trincheras del campo de batalla de Bakhmut. Viéndose sin salida, se detuvo e intentó comunicarse con los operadores el drone mediante gestos.
Posteriormente, las fuerzas ucranianas lo tomaron bajo su custodia y lo llevaron a un centro de detención en la región de Kharkiv.
“Se trata probablemente de un caso sin precedentes en el que, gracias al trabajo coordinado de la brigada y del componente de reconocimiento aéreo, logramos capturar al ocupante”, declaró Fedorenko a la CNN.
Según contó Anitin a The Wall Street Journal, él y dos compañeros fueron enviados a una trinchera cerca de las líneas ucranianas. Durante una noche, sufrieron un intenso bombardeo de morteros y drones. En medio del caos y los ataques constantes, Anitin resultó herido en la mañana siguiente y perdió contacto con sus superiores. Se encontraba solo y agotado.
Los ucranianos que manejaban los drones observaban todos los movimientos de los soldados rusos. Anitin se trasladó a otra posición. Su amigo y compañero Dmitri Ivanov, de 21 años, sacó el pasador de una granada de mano y la detonó junto a su cabeza. El tercer hombre de su grupo resultó gravemente herido. Más tarde se disparó con su propio rifle, dijeron los ucranianos, según The Wall Street Journal.
El piloto del drone, identificado como Boxer y entrevistado por el Journal, había contado algo similar a lo detallado por el comandante. Según dijo, ya tenía decidido matar a Anitin, pero tras verlo en las imágenes en alta definición suplicando por su vida, abortó su misión. “A pesar de que es un enemigo, a pesar de que ha matado a nuestros chicos, me dio pena”, dijo.
El relato de Ruslan Anitin a The Wall Street Journal revela la difícil situación que enfrentan muchos soldados rusos en el conflicto con Ucrania. El hombre de 30 años que anteriormente trabajaba como alguacil en una prisión fue movilizado por Rusia y enviado a luchar en Ucrania.
Un domingo, al terminar su turno en una licorería en la que trabajaba en Idritsa, recibió un llamado que le exigía presentarse en la oficina de reclutamiento de su localidad. Le dijeron que se presentara el lunes listo para salir. De lo contrario, se enfrentaría a penas de cárcel por evasión. Se despidió de su esposa el domingo por la noche y no la despertó ni a ella ni a su hija de 3 años antes de marcharse. “No le veía sentido”, revela al Journal.
La historia de Anitin también grafica la eficacia de los drones en el conflicto. Los vehículos voladores ucranianos han utilizado su capacidad de observación y ataque para infligir bajas a las tropas rusas, especialmente a los reclutas menos experimentados. Estas tecnologías de drones están cambiando el panorama del conflicto y representan un desafío significativo para las tropas de Putin.
Anitin podría enfrentarse a la cárcel si es devuelto a Rusia en un canje de prisioneros. Aseguró que eso es todo lo que quiere ahora.
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