Estados Unidos expresó este lunes su esperanza de que el éxito de la ofensiva ucraniana obligue al presidente ruso Vladimir Putin a dialogar sobre el fin de su invasión.
Hablando junto a su homólogo italiano, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que Washington estaba “confiado en que seguirán teniendo éxito” después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, indicara que una ofensiva largamente discutida estaba en marcha.
“El éxito de la contraofensiva tendría dos efectos: reforzaría su posición en cualquier mesa de negociación que se establezca y podría provocar que Putin se centrara por fin en negociar el fin de la guerra que él mismo inició”, afirmó Blinken.
“En ese sentido, en realidad puede acercar la paz, no alejarla”, agregó el jefe de la diplomacia norteamericana en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani.
Blinken dijo que la ofensiva mostraba la necesidad de “maximizar nuestro apoyo a Ucrania ahora, para que pueda tener éxito en el campo de batalla”.
Rusia se ha mostrado públicamente partidaria de las negociaciones, y China lidera los llamamientos internacionales a la mediación.
Estados Unidos se ha mostrado escéptico ante tales esfuerzos, al considerar que Rusia no se toma en serio las negociaciones y sólo está interesada en reivindicar sus conquistas territoriales.
La paz debe ser “justa y duradera”
“Por duradera entendemos una paz que no deje simplemente las cosas en un lugar en el que Rusia pueda descansar, rearmarse y volver a atacar seis meses después, un año después, dos años después”, señaló el secretario de Estado norteamericano.
Ucrania abrió una nueva fase de la guerra al reconquistar cinco localidades en el marco de la contraofensiva que inició hace más de una semana, a la que Rusia se resiste por todos los medios, incluido, según Kiev, con la voladura de una segunda presa.
Zelensky cumplió con su palabra de que Kiev no esperaría más por el armamento de Occidente a la hora de poner en marcha el esperado contraataque, aunque ha pedido a Alemania nuevas partidas de tanques Leopard 2 y blindados Marder.
Según han reconocido ambos bandos, los combates más cruentos tienen lugar en las regiones de Donetsk y Zaporizhzhia, algo de lo que se libra la anegada Kherson, intransitable por el momento debido a las inundaciones por la destrucción de la Central Hidroeléctrica de Kajovka.
A las dos aldeas liberadas el fin de semana en Donetsk -Blahodatne y Neskuchne-, se sumaron hoy otros dos bastiones controlados por las tropas en esa misma región -Storozhove y Makarovke- y un quinto en Zaporizhzhia (Novodarivka).
“La bandera vuelve a ondear en Storozhove. Y eso mismo ocurrirá con todos los pueblos hasta que no liberemos todo el territorio ucraniano”, proclamaron los marines del puerto de Odesa, que habrían liquidado a medio centenar de soldados rusos, de los que cuatro fueron hechos prisioneros.
En el caso de Zaporizhzhia, controlada en un 80% por los rusos, el objetivo de la operación es alcanzar el Azov, convertido en mar interior por Moscú, y recuperar los puertos de Mariupol y Berdiansk.
Además, Kiev también ha anunciado avances de sus tropas en los flancos de Bakhmut, ciudad que perdió hace un mes a manos de los mercenarios de Wagner.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Ucrania podría haber logrado también réditos territoriales cerca de Velika Novosilka (Donetsk) y en torno a Orijiv, localidad que conduce a la principal ciudad de Zaporizhzhia bajo control ruso, Melitopol.
Rusia admitió hoy estar utilizando helicópteros de asalto y drones para ralentizar el avance ucraniano en la frontera administrativa entre Donetsk y Zaporizhzhia.
(Con información de AFP y EFE)
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