El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, anunció este domingo que representantes de la Corte Penal Internacional (CPI) visitaron recientemente la región de Kherson después de que la Fiscalía ucraniana le solicitara iniciar una investigación por la destrucción de la represa de Kajovka.
“Es muy importante que los representantes de la justicia internacional hayan visto con sus propios ojos las consecuencias de este acto de terrorismo ruso y escuchen por sí mismos que el terror ruso continúa”, sostuvo el presidente ucraniano durante su discurso vespertino diario.
Zelensky indicó que las autoridades ucranianas están facilitando la investigación “más independiente y objetiva” de la CPI. “Todas nuestras fuerzas de seguridad y otras instituciones participan en este proceso en la mayor medida posible”, agregó.
“Facilitamos pleno acceso a las zonas afectadas, a los testigos, a toda la información y a las pruebas. Esta investigación es muy importante para la seguridad de todo el mundo”, afirmó, al tiempo que reiteró la necesidad de la “plena y justa rendición de cuentas” como “requisito previo para evitar que semejante maldad vuelva a repetirse en el mundo”.
El mandatario ucraniano cifró en 4.000 las personas que la Fuerza Armada del país ha conseguido evacuar de las zonas anegadas tras la destrucción de la represa. “Docenas de ciudades y pueblos siguen inundados, y la peor situación aún se encuentra en la parte temporalmente ocupada de la región de Kherson”, lamentó Zelensky.
Además, insistió en que las tropas rusas “continúan bombardeando rutas de evacuación”, en referencia a un ataque perpetrado este domingo que dejó un saldo de tres personas muertas
“Los ocupantes crearon este desastre volando una presa, abandonando a la gente a su suerte en ciudades y pueblos inundados, y luego bombardeando los barcos que intentan llevarse a la gente... Incluso las bestias tienen más moral que tú, Estado ruso”, recriminó.
Kiev ha incluido a cerca de 200 personas en su lista de individuos sancionados tras la invasión rusa de Ucrania “contra aquellos que ayudaron a destruir la libertad en Rusia y desempeñan un papel clave en las represiones en el territorio temporalmente ocupado”.
“Haremos todo lo posible para que todos y cada uno de estos cómplices de la dictadura rusa rindan cuentas por todo lo que han hecho contra el pueblo y la libertad”, señaló, detallando que 178 personas han sido añadidas a petición del Servicio de Seguridad de Ucrania.
La represa de la central hidroeléctrica de Kajovka, a 60 kilómetros de la ciudad de Kherson, fue destruida el martes durante la madrugada y dejó inundados numerosos asentamientos, provocando la muerte de al menos cinco personas. Las autoridades de ambos países están evacuando a los habitantes de las zonas afectadas.
Tanto Rusia como Ucrania se han acusado mutuamente de la destrucción de la represa, que pone en peligro el bombeo de agua a la central nuclear de Zaporizhzhia, el abastecimiento de agua a la península de Crimea, bajo control ruso, y la destrucción de poblaciones y tierras de cultivo a ambas orillas del río.
Niveles de agua
El nivel del agua en la represa de Kajovka descendió un metro más en las últimas 24 horas hasta situarse en los 9,35 metros en el área de Níkopol, según informaciones de la empresa hidroeléctrica ucraniana Ukrhidroenergo.
El flujo de pérdida de agua está descendiendo, aunque la situación sigue siendo compleja y la evolución difícil de prever, apunta ese organismo, según refleja el portal Ukrinform.
En total, desde la voladura de la presa el nivel ha descendido más de siete metros
La tasa de drenaje media del sábado fue de 4-5 centímetros por hora, mientas que el día anterior había sido de 5-6 centímetros por hora.
Discrepancias en Zaporizhzhia
El OIEA advirtió este fin de semana que hay una discrepancia en las diferentes mediciones de nivel de agua del estanque que se usa para refrigerar los reactores nucleares de la central atómica ucraniana de Zaporizhzhia, ocupada por Rusia, y pidió acceso para poder comprobar que la situación es segura.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) señaló que las mediciones muestran que el nivel está cayendo continuamente en otro punto del estanque de forma que hay una discrepancia de hasta dos metros en las mediciones.
El nivel de agua es esencial para determinar hasta cuándo podrán operar las bombas que envían el agua para enfriar la central, y que los expertos creen pueden funcionar mientras haya una profundidad de once metros, o incluso menos.
“Es posible que esta discrepancia en los niveles medidos se deba a una masa de agua aislada y separada de la masa mayor del embalse. Pero sólo podremos saberlo cuando tengamos acceso a la central térmica”, declaró el director general del OIEA, Rafael Grossi.
Con el actual nivel de agua, las bombas pueden trabajar, aunque de momento no operan continuamente ya que, según el OIEA, tanto el canal como el estanque de refrigeración cerca de la planta tienen reservas de agua para varios meses.
Con todo, Grossi, que viajará a Zaporizhzhia la semana que viene, insistió en la necesidad de que los expertos del OIEA puedan acceder a la central térmica, a varios kilómetros de la planta nuclear, para poder evaluar la situación.
El director del OIEA pidió también que los técnicos puedan visitar la subestación eléctrica, desde la que se ha suministrado electricidad a la planta los meses pasados.
Grossi recordó que la línea de 330 kw quedó desconectada hace meses y que la única conexión para recibir electricidad externa que queda ha quedado cortada varias veces desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2020.
Aunque los reactores llevan meses en parada técnica y Zaporizhzhia no genera energía, esa electricidad externa es esencial para mantener operativos los sistemas de seguridad y evitar un accidente nuclear.
(Con información de EFE y Europa Press)
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