El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), anunció este viernes un programa de asistencia para Ucrania en respuesta a la inundación causada por la destrucción de la presa de Kajovka el pasado martes.
“Mediante el uso de técnicas nucleares, determinaremos los efectos sobre el agua potable, la salud humana y la gestión del suelo y el agua y evaluaremos la integridad de las infraestructuras críticas”, dijo el director general del OIEA, Rafael Grossi, en un vídeo publicado en la red social Twitter.
Por otra parte, el director general de la agencia nuclear de la ONU recordó que la semana que viene viajará a Ucrania, en una misión que incluirá la planta nuclear de Zaporizhzhia, ocupada por tropas rusas desde marzo de 2022 y situada a unos 130 kilómetros al norte de la presa destruida.
“Ucrania puede contar con nuestra ayuda ahora y para lidiar con las consecuencias a largo plazo de este desastre”, aseguró Grossi.
La destrucción de la presa en la región de Kherson, al sur de Ucrania, ya es considerada uno de los mayores desastres industriales y ecológicos de Europa en las últimas décadas.
La subida de las aguas ha acabado con aldeas enteras, con tierras de cultivo y ha privado a decenas de miles de personas de electricidad y agua potable.
Ayer, Grossi informó que la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhia sigue usando agua del embalse de Kajovka para su sistema de refrigeración pese a la destrucción de la represa y la bajada del nivel del agua.
El embalse ha disminuido algo más de 4 metros desde que el dique fuera destruido el martes, y alcanza ahora los 12,7 metros, un nivel en el que se había estimado que la central no podría bombear agua para enfriar los seis reactores del complejo.
Según nuevos cálculos, “es probable que se pueda seguir bombeando aunque el nivel descienda a unos 11 metros o posiblemente menos”, indica un comunicado del OIEA.
La central se encuentra apagada, pero los seis reactores y el combustible usado aún requieren agua para enfriarse, lo que evita una posible liberación de material radiactivo.
Aunque la situación nuclear general sigue siendo precaria y potencialmente peligrosa, Grossi expresó que esta circunstancia proporciona algo más de tiempo antes de la posible transición a suministros alternativos.
“En estas circunstancias difíciles, esto está proporcionando algo más de tiempo antes de cambiar posiblemente a suministros de agua alternativos, incluyendo el embalse de refrigeración junto a la planta, así como sus estanques de refrigeración por aspersión más pequeños, los canales adyacentes y los pozos, que pueden proporcionar el agua de refrigeración necesaria para la central durante varios meses”, señaló Grossi.
También recalcó que aún no se conoce el alcance del daño de la represa y cuándo y a qué nivel se estabilizará el embalse.
(Con información de EFE)
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