El mandatario francés Emmanuel Macron exigió este sábado a su homólogo iraní, Ebrahim Raisi, que deponga su actitud y cese de inmediato su asistencia a Rusia para hacer frente a la guerra en Ucrania.
El líder del Elíseo instó a Raisi a que ponga fin a los envíos de drones a Moscú, que son utilizados en las operaciones de ataque contra las tropas de Volodimir Zelensky, y alertó de la “gravedad de las consecuencias” -tanto en materia de seguridad como humanitarias- de dichas acciones.
Según se ha podido comprobar, los aviones no tripulados Shahed son construidos en Irán y enviados a través del mar Caspio.
En los últimos meses, el Kremlin se ha visto obligado a recurrir a sus aliados para hacerse de recursos y material para llevar a cabo los combates, luego de que Occidente dispusiera una larga lista de sanciones armamentísticas y de componentes industriales, por sus crímenes.
A raíz de ello, Teherán se ha convertido en uno de sus principales proveedores de tecnologías armamentísticas clave que compiten con los equipamientos enviados por la OTAN.
Inclusive, Estados Unidos alertó recientemente por la instalación de una fábrica de estos potentes aviones no tripulados en tierra rusa que “podría estar plenamente operativa para principios del próximo año”, señaló el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
La advertencia de Washington llegó luego de que se publicara una imagen satelital de la posible ubicación de esta planta, en la zona económica especial de Alabuga -a unos 900 kilómetros al este de Moscú-, junto con denuncias de envíos de materiales necesarios para la construcción de la fábrica.
“La asociación militar Rusia-Irán parece estar profundizándose”, comentó Kirby mientras un informante anónimo de seguridad internacional aseguró que “la conexión es mucho más grande que sólo drones”.
Este acercamiento amenaza la paz y la seguridad, no sólo de la región sino de todo el mundo, y podría ser clave en los esfuerzos de Teherán por fortalecer su programa nuclear.
Casualmente, éste fue otro de los temas abordados en la comunicación telefónica entre Macron y Raisi. El Presidente francés transmitió a su homólogo su “inquietud” por el avance de su proyecto luego de que, diez días atrás, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) revelara que el país aumentó casi un tercio sus reservas de uranio enriquecido con una pureza del 60% entre mediados de febrero y mediados de mayo.
Macron remarcó su voluntad de “encontrar una solución diplomática” pero se mantuvo firme en su reclamo a Teherán por “medidas de desescalada concretas y verificables”, así como un ajuste “sin dilaciones” a sus obligaciones internacionales y los compromisos ya asumidos con el OIEA.
El régimen persa había aceptado, el pasado 4 de marzo, una serie de condiciones como la activación de cámaras de vigilancia en sus instalaciones nucleares, que permitan a los expertos del organismo supervisar las tareas a distancia, y la ampliación de permisos de inspección in situ.
Sin embargo, ha estado faltando a su palabra, lo que dificulta el control apropiado de este compuesto, utilizado en la fabricación de bombas atómicas.
Por último, en la conversación se abordaron otros temas de agenda como la situación de cuatro franceses “rehenes de Estado” en Irán, de los cuales Macrón exigió su liberación inmediata, y la situación en Oriente Medio. Sobre esto último, el funcionario europeo reiteró su “compromiso constante por la estabilidad y la seguridad” y la importancia de reforzar la cooperación regional en torno a los “desafíos comunes”.
(Con información de EFE y AFP)
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