La Organización de las Naciones Unidas expresó su preocupación este miércoles luego de alertar que la situación en Kherson, en torno a la destruida represa de Kajovka, “probablemente se agrave en las próximas horas” y ello genere un mayor impacto humanitario y aumente seriamente los riesgos de salud de las personas.
“Nos dicen que el desastre probablemente empeorará en las próximas horas, a medida que sigue subiendo el nivel del agua y más pueblos y aldeas se inundan. Eso afectará el acceso de la gente a servicios esenciales y aumentará seriamente riesgos para la salud”, dijo el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Comentó, a su vez, que desde la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y otras cinco agencias ya están evaluando los daños y coordinan la respuesta humanitaria junto con ONG locales y con las autoridades de Kherson.
La explosión de la represa, a primera hora del martes, inundó las zonas cercanas, alcanzando a decenas de casas y más de 10.000 hectáreas de tierra agrícola que se asientan en el margen occidentral del río Dnieper.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones informó que la víspera unas 1.500 personas tuvieron que ser evacuadas de sus hogares y fueron llevadas a la ciudad cercana de Mykolaiv mientras que el Gobierno ucraniano actualizó la cifra y contabilizó más de 17.000 civiles que abandonaron sus hogares.
Junto con las tareas de evacuación, la ONU y las organizaciones han asistido a las personas en cinco localidades de Kherson y Mykolaiv con miles de botellas de agua y tabletas de purificación, así como con suministros esenciales para niños y comida.
En ese sentido, uno de los aspectos más advertidos por los expertos es el acceso a agua potable ya que miles de personas dependían de la reserva de Kajovka para satisfacer esta necesidad básica. Los niveles “están bajando rápidamente”, lo que disminuye la cantidad de agua apta para ser bebida.
“La destrucción de la presa probablemente afectará a la seguridad alimentaria” ya que en la superficie anegada había cultivos recién plantados y, además, no solo se han dañado los sistemas de irrigación de la región de Kherson sino -también- los de Dnipro y Zaporizhzhia, continuaron enumerando.
Es por ello que, como consecuencia, podría secarse la región agrícola sur del país y darse un traslado de los contaminantes hacia las vías fluviales; inclusive, funcionarios ya han advertido que unas 150 toneladas de petróleo de la planta fueron arrastradas hacia el agua. Esto, a su vez, alteraría los ecosistemas cercanos y obligaría a una reconfiguración del mapa de Ucrania en base a nuevos equilibrios ecológicos.
“Hay consecuencias catastróficas para el medio ambiente. Algunos de nuestros ecosistemas los hemos perdido para siempre”, lamentó el ministro de la cartera ucraniano, Ruslan Strilets.
En tanto, el coordinador de emergencia, Martin Griffiths, comentó que la destrucción de esta presa es “posiblemente el incidente más importante de daños a infraestructura civil” desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania, hace poco más de un año.
El presidente Volodimir Zelensky, que apuntó contra su homólogo Vladimir Putin por estar detrás de este atentado, pidió a la comunidad internacional que inicie una investigación y condene este crimen.
“La destrucción deliberada de la presa y de otras infraestructuras de la central hidroeléctrica a manos de ocupantes rusos es una bomba ambiental de destrucción masiva. El mundo debe reaccionar”, sentenció.
(Con información de EFE)
Seguir leyendo: