Las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) condenaron el ataque a la represa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, en Kherson, y advirtieron por el desastre humanitario y ambiental que esto desencadenará.
“Estamos profundamente preocupados por la seguridad de cientos de personas afectadas por la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en la región de Kherson, Ucrania, y por la gran devastación medioambiental que causarán las inundaciones”, lamentó el director de Medioambiente y Derechos Humanos de HRW, Richard Pearshouse.
Desde el ataque, a primera hora de este martes, el nivel del agua ya ha subido más de 10 metros en las localidades cercanas y ha obligado a la evacuación de más de 17.000 residentes.
“Hasta ahora, 24 localidades de Ucrania han sido inundadas. El Ministerio del Interior ya ha evacuado a unas mil personas. La evacuación continúa”, comentó el líder de la cartera ucraniana, Igor Klymenko, horas después de la explosión, mientras que el fiscal general ucraniano, Andrii Kostin, actualizó más tarde que “más de 40.000 personas podrían estar en zonas inundadas y las autoridades evacúan a más de 17.000 personas”.
Zelensky sumó que “entre 35 y 70 ciudades quedarán inundadas” en los próximos días.
En ese sentido, Pearshouse pidió la colaboración de las autoridades tanto de Kiev como de Moscú en la movilización de los civiles de las áreas afectadas hacia zonas seguras y que les garanticen, asimismo, atención médica y humanitaria a quienes lo necesiten.
La directora regional de Europa del Este y Asia Central de AI, Marie Struthers, se sumó a este reclamo e instó a la comunidad internacional a que ahonde sus esfuerzos por llevar a los responsables de este “enorme desastre humanitario” ante la Justicia y que no salgan impunes.
“Las normas del Derecho Humanitario protegen específicamente las presas debido a los peligros que su destrucción representa para la población civil”, dijo y remarcó que este ataque representa una “catástrofe que pone en peligro la vida, la seguridad y el bienestar de cientos de miles de personas”.
A raíz de este “desastre humano y ambiental”, la población se verá “privada del suministro de agua potable, incluso en las principales ciudades y en la península de Crimea, ocupada por Rusia”, continuó.
Otro de los aspectos señalados por los expertos es el efecto que esta destrucción tiene sobre la central nuclear de Zaporizhzhia, la más grande de Europa.
Por su ubicación, sobre el río Dniéper, la planta de Kajovka suministra agua a Crimea y a la central, donde tiene un rol clave en la refrigeración de sus instalaciones. Sin embargo, los “graves daños” sobre la presa han provocado una “reducción significativa” del agua almacenada en el embalse, advirtió el director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Por último, Struthers exigió una investigación “independiente” e “imparcial” sobre lo ocurrido. “Reiteramos nuestro llamamiento a que todos los presuntos responsables de agresiones, crímenes de guerra y otros crímenes del Derecho Internacional comparezcan ante la Justicia en juicios justos, para que las víctimas y los sobrevivientes reciban una reparación completa”, concluyó.
Las declaraciones de las ONG se sumaron a las múltiples condenas de la comunidad internacional, que repudió este avance de Rusia.
“La destrucción de la presa de Kajovka es un acto abominable. Atacar intencionadamente infraestructuras exclusivamente civiles es un crimen de guerra”, sentenció el ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly, a lo que le siguió el mensaje del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg: “La destrucción de la presa pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños medioambientales. Se trata de un acto indignante que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”.
Por su parte, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, lamentó que “la tragedia de hoy es un ejemplo más del horrible precio de la guerra para las personas. Las compuertas del sufrimiento se han desbordado durante más de un año. Esto debe terminar” y el Consejo de Seguridad definió una reunión de emergencia para este mismo martes, mientras ninguna de las partes implicadas en el conflicto bélico se adjudica lo ocurrido y, en cambio, apunta contra su oponente.
(Con información de Europa Press)
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