Más de 300.000 personas, según estimaciones independientes, se manifestaron este domingo en Varsovia contra la política del Gobierno y su nueva ley, que investigará la supuesta influencia rusa en gobiernos anteriores. Los polacos movilizados exigieron, además, un país “democrático y europeo”.
En todas las grandes ciudades del país tuvieron lugar manifestaciones masivas convocadas por Donald Tusk, líder del principal partido de la oposición, Plataforma Cívica, al que se han unido casi todas las formaciones políticas con representación parlamentaria contrarias al Gobierno.
El centro de la capital polaca quedó desbordado por la afluencia de manifestantes, que en su recorrido hicieron una parada frente al Palacio Presidencial para lanzar consignas contra el presidente, Andrzej Duda.
Se trata de las protestas más importantes desde las marchas feministas contra la prohibición del aborto en 2020.
La fecha de estas manifestaciones fue escogida para coincidir con el 34° aniversario de las primeras elecciones democráticas en Polonia y para resaltar uno de sus principales objetivos: “Reivindicar el Estado de Derecho y rehabilitar el estado de la democracia polaca, cada vez más degradada por las decisiones del actual Gobierno”, en palabras de uno de los asistentes.
Las primeras elecciones multipartidistas en Polonia se desarrollaron en 1989 tras décadas de régimen comunista. En la manifestación de este domingo, en tanto, también ha estado muy presente la principal figura de la transición, Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad y posteriormente presidente del país.
El detonante de estas protestas ha sido la reciente creación de una comisión que investigue la posible injerencia del Kremlin en los Gobiernos de entre 2007 y 2022 y que, mediante poderes extraordinarios como registrar e interrogar a sospechosos, podría conducir a la inhabilitación de cualquier rival político del Gobierno.
En una alocución ante los manifestantes, Donald Tusk señaló la “ira pero también la esperanza” que según él “se mostró este domingo a Polonia, Europa y todo el mundo”, y subrayó la “disposición para luchar por la democracia y una Polonia libre”.
Por su parte, el portavoz del partido gubernamental polaco Rafal Bochenek declaró este viernes a la prensa de Varsovia que “aparte de declaraciones de odio, agresividad y blasfemias que denotan el nivel cultural de sus convocantes” no vio que saliese “ninguna propuesta” de las manifestaciones “y en todo caso”, añadió, “las elecciones se ganan en las urnas, no en las protestas”.
El primer informe de la comisión contra la influencia rusa, conocida como “Lex Tusk”, se presentará el próximo 17 de septiembre, cuando Polonia estará en plena campaña electoral, lo que según la oposición será usado por el Gobierno para perjudicar a sus rivales, especialmente a Donald Tusk, quien presidió el Gobierno polaco entre 2007 y 2014 y será uno de los principales investigados.
Desde la oposición, Bruselas o Washington han alertado de que la ley podría utilizarse para lanzar campañas de señalamiento y humillación pública. Además, sus competencias se solapan con las de otros organismos estatales y las de los tribunales.
A la protesta se han sumado organizaciones de la sociedad civil, feministas y activistas LGTB, colectivos afectados por las leyes ultraconservadoras impulsadas por el Gobierno del PiS.
(Con información de EFE y Europa Press)
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