“Los hombres del Grupo Wagner capturaron a un teniente coronel del ejército ruso, que disparó contra su patrulla durante la retirada de Bakhmut”,denunció el servicio de prensa de los mercenarios en su canal de Telegram.
El mensaje venía acompañado de imágenes del prisionero.
El militar ruso pertenecería a la 72ª Brigada Rusa de Motorizados y en el interrogatorio al que lo habrían sometido los mercenarios habría admitido haber ordenado a las tropas rusas que abrieran fuego contra el vehículo de Wagner cerca de Bakhmut el 17 de mayo.
No es la primera vez que el grupo paramilitar liderado por Yevgeny Prigozhin denuncia que las fuerzas oficiales de Rusia intentan boicotear las tareas de los mercenarios. Hace semanas que expone públicmaente una guerra interna que amenaza con hacer tambalear al Kremlin. Días atrás, de hecho, propio Prigozhin afirmó que militares rusos colocaron explosivos en la ruta de retirada de los combatientes Wagner de la ciudad de Bakhmut.
El viernes pasado el jefe del temido grupo confirmó que, tras semanas de advertirlo, sus tropas finalmente se habían retirado por completo del campo de batalla. Tras esa declaraciones, el mercenario arremetió contra el Kremlin, tal como ha estado haciendo las últimas semanas, y lo acusó de haber colocado artefactos explosivos en la ruta emprendida por sus oficiales para la retirada.
“Hay que tener en cuenta que, del otro lado, nos esperaban sorpresas”, ironizó. “No mucho antes de nuestra salida, detectamos cierta actividad sospechosa en las rutas de nuestro movimiento. Al notar estas operaciones llamamos a las fuerzas del orden y empezamos a inspeccionar las vías de nuestra retirada a lo largo de la carretera”, continuó. Fue entonces que, aseguró, hallaron “unos 10 lugares” con diferentes artefactos listos para detonar como “minas antitanques hasta toneladas de explosivos plásticos y cargas antiminas”.
Frente a este episodio, que Prigozhin aseguró haber mantenido bajo control, los oficiales procedieron a documentar todo y guardarlo como evidencia que será incluida en la investigación que ya está en curso.
“Los que colocaron esos explosivos eran representantes del Ministerio de Defensa. Suponemos que fue un intento de flagelación pública”, acusó, sin embargo, antes de aguardar los resultados preliminares de la investigación.
Las denuncias del Grupo Wagner contra las tropas de Putin se dieron tras semanas de intercambios y cruces entre los altos mandos militares que llevan adelante la ofensiva en Ucrania. El líder de los mercenarios acusa a Moscú de no proveerle las suficientes armas para poder llevar a cabo su ofensiva exitosamente, lo que deja a sus oficiales como “carne de cañón” y responsabiliza, además, al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, de las reiteradas derrotas en el campo de batalla.
Prigozhin, además, fustigó a Putin por haber destinado a las fuerzas del líder checheno Ramzan Kadyrov para reemplazar a su hombres en el frente.
El despliegue de las tropas de Kadyrov, que oficialmente forman parte de la guardia nacional pero responden directamente ante él, podría socavar la posición de Prigozhin tanto en el campo de batalla como en la sociedad rusa en general, afirma Thomas Grove en un artículo de The Wall Street Journal. El perodista también escribe que Moscú podría estar interesada en intensificar la enemistad entre ambos militares.
“El Kremlin también puede estar intentando romper la relación de Kadyrov con el financiero del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y volver a enfatizar la autoridad federal sobre las fuerzas chechenas”, afirmó el Instituto para el Estudio de la Guerra esta semana.
Kadyrov se convirtió en líder de Chechenia en 2007. Se llama a sí mismo un soldado de Putin, de quien depende totalmente. Apuesta a la polémica con Prigozhin para tratar de ganarse aún más la confianza del presidente.
Desde el principio de la invasión, Putin le ha dado órdenes a Kadyrov para que tome el control de Kiev, e incluso ha trascendido que su principal misión era asesinar al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, según alegan los funcionarios de inteligencia y seguridad ucranianos. Asimismo, el checheno ha enviado miles de soldados a las líneas del frente para cometer actos atroces contra la población civil ucraniana.
Sus tropas - al igual que las del Grupo Wagner- han sido acusadas de crímenes de guerra en Ucrania
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