La retirada del grupo de mercenarios Wagner de la ciudad ucraniana de Bakhmut evidenció las diferencias entre su fundador, Yevgeny Prigozhin, y el líder checheno Ramzan Kadyrov, en un momento en que la contraofensiva ucraniana pareciera acercarse.
Durante meses, Prigozhin arremetió duramente contra el Ministerio de Defensa ruso. El líder de Wagner sostenía que desde el Kremlin no le proporcionaban el armamento necesario para hacerse con el control de Bakhmut.
Esta semana, luego de que sus tropas fueron reemplazadas por las fuerzas de Kadyrov, Prigozhin cuestionó la capacidad de las fuerzas chechenas para capturar la totalidad de la provincia ucraniana de Donetsk.
“En cuanto a la liberación de varias ciudades y pueblos, creo que tienen fuerzas para ello, pero no les merece la pena liberar toda la República Popular de Donetsk”, dijo el líder mercenario en Telegram.
Un viejo aliado de Kadýrov, Adam Delimjánov, recogió el guante y lo llamó a reunirse persona para aclarar sus dichos.
“Por supuesto, Yevgeny, tú no entiendes esto, y no tienes por qué entenderlo. Puedes ponerte en contacto cuando quieras y decirnos el lugar donde podemos reunirnos para explicarte lo que no entiendas”, respondió Delimjánov en Telegram.
El despliegue de las tropas de Kadyrov, que oficialmente forman parte de la guardia nacional pero responden directamente ante él, podría socavar la posición de Prigozhin tanto en el campo de batalla como en la sociedad rusa en general, afirma Thomas Grove en un artículo de The Wall Street Journal. El perodista también escribe que Moscú podría estar interesada en intensificar la enemistad entre ambos militares.
“El Kremlin también puede estar intentando romper la relación de Kadyrov con el financiero del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y volver a enfatizar la autoridad federal sobre las fuerzas chechenas”, afirmó el Instituto para el Estudio de la Guerra esta semana.
Kadyrov se convirtió en líder de Chechenia en 2007. Se llama a sí mismo un soldado de Putin, de quien depende totalmente. Apuesta a la polémica con Prigozhin para tratar de ganarse aún más la confianza del presidente.
Desde el principio de la invasión, Putin le ha dado órdenes a Kadyrov para que tome el control de Kiev, e incluso ha trascendido que su principal misión era asesinar al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, según alegan los funcionarios de inteligencia y seguridad ucranianos. Asimismo, el checheno ha enviado miles de soldados a las líneas del frente para cometer actos atroces contra la población civil ucraniana.
Kadyrov ha utilizado repetidamente las redes sociales para jactarse de la supuesta actuación de los combatientes chechenos contra las tropas ucranianas y para hacer otras declaraciones no confirmadas sobre la guerra en Ucrania.
Sus tropas han sido acusadas de crímenes de guerra en Ucrania. Se sabe que el propio líder acompaña a sus soldados en sus maniobras, aunque ha negado haber participado en alguna ejecución extrajudicial.
Las fuerzas chechenas participaron en el asedio de Mariupol y estaban entre las fuerzas de ocupación que mataron a civiles en los suburbios de Kiev.
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