La Universidad de Navarra en España invistió a 176 doctores de 27 países, entre los que destacan Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
En el acto, que contó con la presencia del Nobel de Química Morten Meldal, se invistieron a los académicos de distintas áreas como filosofía, comunicación, ciencias, teología, arquitectura, entre otras, que han defendido su tesis en el último año.
“Os animo a ser personas que no son anti-nada ni anti-nadie, comprometidas con la verdad y por eso, amantes de la libertad”, dijo la rectora de la universidad, María Iraburu, a los investigadores presentes en el acto de investidura de doctores.
La rectora, que presidió el evento, señaló que esas actitudes son propias del espíritu universitario: “Sea cual sea vuestro futuro profesional, os ayudarán a poner vuestras cualidades al servicio de la sociedad, formando vínculos, tendiendo puentes, ayudando a superar fracturas y a unir fuerzas para crear proyectos al servicio del bien común”.
En el acto intervino también el padrino y profesor de la Facultad de Derecho Canónico, Antonio Viana; y Marta Alonso Sanz, doctora por la Facultad de Económicas, que dirigió unas palabras en nombre de su promoción.
El Premio Nobel de Química 2022 Morten Meldal, visitó la Universidad para impartir una masterclass organizada por la Facultad de Farmacia y Nutrición.
Influencia de posicionamientos políticos o ideológicos
En su discurso, la rectora reflexionó sobre un tema central en la tarea investigadora y en la universidad como institución: la conexión entre libertad y verdad. “La docencia es búsqueda de la verdad y esa búsqueda solo es posible en un contexto de libertad”, afirmó.
Uno de los frentes que amenaza esta búsqueda, según la profesora Iraburu, es la influencia en la universidad de posicionamientos políticos o ideológicos.
Para asegurar una atmósfera de libertad, la rectora propuso, como decía el fundador de la Universidad, san Josemaría Escrivá, no ser “anti-nada ni anti-nadie”. “Los verdaderos buscadores de la verdad están dispuestos a establecer un diálogo abierto, paciente y respetuoso con todos y a reconocerla allí donde esté, venga de quien venga”.
Un tapiz como el de Penélope
Antonio Viana, padrino de la promoción, se refirió al principal beneficio del doctorado, que más allá del prestigio y las posibilidades profesionales, produce “una especie de transformación”.
“Cada trabajo doctoral bien orientado es una aportación que, unida a otras, permite ampliar la visión de la realidad, de las situaciones personales, de las necesidades reales y no caprichosas o meramente sentimentales de la sociedad. Es una aportación al progreso intelectual y social”, dijo.
“Antes que el último terminator elimine a Sarah Connor y la inteligencia artificial se ocupe de todo, contamos con excelentes universitarios que se han dejado transformar por el trabajo”, agregó.
Por su parte, la doctora Marta Alonso destacó que “la tesis ha sido un tapiz que ha necesitado ser tejido y destejido tantas veces como el de Penélope cuando esperaba a Ulises”. Asimismo, destacó que en la disposición de servir a los demás radica la diferencia entre hacer el mejor trabajo y hacer mejores a los demás con nuestro trabajo: “Si vivimos así, otros seguirán tejiendo el tapiz que un día empezamos con la tesis; seguirán custodiando la memoria, encontrándose con la verdad y con personas a las que ayudar”.
Las tesis defendidas en este último año se han realizado gracias a la aportación de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, Banco Santander, Fundación Científica Asociación Española contra el Cáncer y otros organismos públicos.
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