El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, se reunió este jueves en Washington con su homólogo israelí, Tzachi Hanegbi, y con el ministro de Asuntos estratégicos, Ron Dermer, en un encuentro cuyo tema central fue la “amenaza” de Irán.
A través de un comunicado, el estadounidense explicó que las relaciones bilaterales entre ambos países deben aumentar para “prevenir que Irán adquiera armas nucleares”, así como para combatir “amenazas de Irán y sus aliados”.
Sullivan también expresó preocupación en lo que se refiere a las relaciones entre Rusia e Irán, así como el impacto en el conflicto en Ucrania de los drones iraníes, operados por Moscú y utilizados principalmente para llevar a cabo ataques aéreos.
Además, Estados Unidos se ha comprometido a apoyar la integración económica y en materia de seguridad de Israel en Oriente Medio, aunque Sullivan ha pedido al Gobierno de Benjamin Netanyahu que tome medidas adicionales para “mejorar la vida de los palestinos”, algo que resulta “crítico” para la paz y estabilidad de la región.
El régimen de Irán aumentó significativamente en los últimos meses sus reservas de uranio enriquecido, aunque continúa negando querer dotarse de la bomba atómica, según un informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
La agencia de la ONU apuntó no obstante los “avances” en la cooperación y decidió cerrar el expediente sobre la presencia de materia nuclear en uno de los tres sitios no declarados, un tema que entorpecía desde hacía años las relaciones entre el OIEA y el régimen iraní.
El año pasado, las relaciones entre Irán y las potencias occidentales se deterioraron y la República Islámica limitó sus comunicaciones con el OIEA y desenchufó las cámaras de seguridad.
Además, continuó incumpliendo sus compromisos adoptados en el acuerdo internacional de 2015 a raíz de la salida unilateral de Estados Unidos del pacto, en 2018.
Sus reservas de uranio enriquecido son ya más de 23 veces superiores al límite autorizado: el 13 de mayo, alcanzaban los 4.744,5 kg, frente a los 3.760,8 kg reportados en octubre; según el informe presentado a los Estados miembros días antes de la reunión del Consejo de Gobernadores del OIEA.
El régimen de Irán continúa enriqueciendo el uranio a unos niveles altos, superiores al umbral fijado (3,67%): tiene 470,9 kg enriquecidos al 20% (frente a los 434,7 kg con que contaba hasta ahora) y 114,1 kg enriquecidos al 60% (en comparación con los 87,5 kg registrados en octubre).
Respecto al sitio de Marivan, en el sur de Irán, el OIEA indicó que Teherán le había comunicado “explicaciones plausibles” y que la organización “no tiene más cuestiones” sobre ese asunto, “considerado como solucionado por el momento”.
Sin embargo, el organismo se atiene a sus precedentes evaluaciones sobre la cuestión, según las cuales, Irán había previsto en 2003 almacenar allí materias nucleares para pruebas de explosivos.
Según lo acordado con el director general OIEA, Rafael Grossi, en un declaración conjunta en marzo, Irán ha permitido la reinstalación de cámaras de vigilancia en dos plantas de enriquecimiento y en un taller donde produce compuestos para el procesamiento de uranio
En todo caso, destaca Grossi en el informe, siguen abiertas y pendientes dudas acerca de trazas encontradas en otras dos instalaciones no declaradas como atómicas en Irán.
(Con información de AFP, EP y EFE)
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