El jefe del temido grupo paramilitar Wagner, Yevgeny Prigozhin, confirmó este viernes que, tras semanas de advertirlo, sus tropas finalmente se han retirado por completo del campo de batalla.
En su lugar, tomaron las posiciones de Bakhmut -uno de los focos más calientes de la guerra- los soldados de las Fuerzas Armadas rusas, coordinadas por el Ministerio de Defensa.
“De momento, 2 de junio, el 99% de las unidades del Grupo Wagner han abandonado Bakhmut. Todas las posiciones fueron transferidas al Ministerio de Defensa en orden, sin preguntas ni problemas”, declaró Prigozhin y sumó que, desde la contraparte, las Fuerzas Armadas de Ucrania no embistieron contra ellos ni “se ha observado ninguna provocación hasta el día de hoy”.
Sin embargo, el mercenario arremetió contra el Kremlin, tal como ha estado haciendo las últimas semanas y lo acusó de haber colocado artefactos explosivos en la ruta emprendida por sus oficiales para la retirada.
“Hay que tener en cuenta que, del otro lado, nos esperaban sorpresas”, comenzó mencionando. “No mucho antes de nuestra salida, detectamos cierta actividad sospechosa en las rutas de nuestro movimiento. Al notar estas operaciones llamamos a las fuerzas del orden y empezamos a inspeccionar las vías de nuestra retirada a lo largo de la carretera”, continuó.
Fue entonces que, asegura, hallaron “unos 10 lugares” con diferentes artefactos listos para detonar como “minas antitanques hasta toneladas de explosivos plásticos y cargas antiminas”.
Frente a este episodio, que Prigozhin aseguró haber mantenido bajo control, los oficiales procedieron a documentar todo y guardarlo como evidencia que será incluida en la investigación que ya está en curso.
“Los que colocaron esos explosivos eran representantes del Ministerio de Defensa. Suponemos que fue un intento de flagelación pública”, aseguró, sin embargo, antes de aguardar los resultados preliminares de la investigación.
Asimismo, mencionó que al confrontar a los altos mandos de Defensa rusos, éstos se limitaron a señalar el cielo con sus dedos y evitaron brindar una respuesta concreta.
Algunas teorías apuntan a que sí es cierto que los detonantes habían sido colocados por la cartera militar pero no para atentar contra la vida de los mercenarios de Wagner sino para frenar el avance de las tropas de Kiev.
Prigozhin ha expresado su desconfianza ante esta hipótesis ya que, comentó: “No había necesidad de poner esos explosivos para contener al enemigo ya que se trata de una zona rara”.
“Es posible suponer que, con esas cargas, querían saludar a los convoyes del Grupo Wagner”, insistió en sus acusaciones.
De todas formas, ningún paramilitar resultó herido.
Las declaraciones de Prigozhin se dieron tras semanas de intercambios y cruces entre los altos mandos militares que llevan adelante la ofensiva en Ucrania. El líder de Wagner acusa a Moscú de no proveerle las suficientes armas para poder llevar a cabo su ofensiva exitosamente, lo que deja a sus oficiales como “carne de cañón” y responsabiliza, además, al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, de las reiteradas derrotas en el campo de batalla.
Es por ello que, como señal de oposición a la postura adoptada por el Kremlin, anunció la retirada de sus tropas y dejó los combates en manos de las diezmadas Fuerzas Armadas rusas.
El líder de la república rusa de Chechenia, Ramzán Kadírov, anunció la movilización de las unidades de sus fuerzas especiales Ajmat a la zona en conflicto para respaldar a los soldados de su amigo Vladimir Putin.
“Los combatientes de las unidades chechenas deben comenzar a actuar y liberar una serie de localidades. Nos aburrimos de esperar. Los satanistas recibirán su merecido castigo”, comentó la víspera Kadírov en su canal de Telegram luego de hacer pública la decisión.
Por su parte, Rusia tiene -ahora- un nuevo frente abierto de conflicto, que surgió al interior de su propio país. Se trata de un grupo armado de voluntarios rusos opositores al Kremlin -conocidos como la Legión Libertad de Rusia- que ha estado llevando ataques contra las tropas rusas y representan una seria amenaza para las estrategias de Putin.
“Tenemos combates activos en las afueras del pueblo de Novaya Tavolzhanka (en la región de Belgorod). Por desgracia, hay legionarios heridos, pero la libertad se gana con sangre”, señaló el grupo anti-Kremlin en un comunicado, luego de una serie de exitosos ataques.
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