Mil kilómetros de “dientes de dragón” y otras trampas de Putin en la frontera cuya eficacia ya está en duda

Mientras las tropas de Ucrania continúan su preparación para su contraofensiva sobre los invasores, éstos se fortificaron con líneas de trincheras, campos minados y barricadas. La incursión de una brigada de partisanos en Belgorod, dentro del propio territorio de la Federación Rusa, puso en jaque la estrategia

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Línea de defensa antitanques de "dientes de dragón" levantada en la región de Luhansk, en Ucrania. (Alexander Kats/Reuters)
Línea de defensa antitanques de "dientes de dragón" levantada en la región de Luhansk, en Ucrania. (Alexander Kats/Reuters)

Múltiples líneas de zanjas antitanque, laberintos de trincheras, barricadas de hormigón en forma de “dientes de dragón”, obstáculos de acero en forma de “erizo”, alambres de púa (espinos) y campos minados. Una franja de mil kilómetros de una defensa que estuvieron levantando los rusos en estos últimos meses para evitar la tan esperada contraofensiva ucraniana. Una estructura antigua pero aun militarmente eficiente si está bien construida. Y ahí está el punto. La incursión de una brigada de rusos en Belgorod, dentro del propio territorio de la Federación Rusa, pone en duda su eficacia.

Una serie de fotos satelitales analizadas por expertos cartógrafos militares del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) muestran cómo los pontoneros rusos aprovecharon la poca movilidad del frente para levantar una barrera ante el inminente avance ucraniano. “Se dieron cuenta que gran parte del terreno iba a ser difícil de defender sin posiciones atrincheradas”, explicó al Financial Times, Brady Africk, analista del American Enterprise Institute. “Aunque queda por ver si serán suficientes para los tanques americanos del tipo Abrams o los Leopard alemanes que ahora tienen los ucranianos y que están preparados para superar esos obstáculos”.

Las fuerzas del Kremlin ocupan una superficie de unos 100.000 kilómetros cuadrados, la mayoría protegidos por la barrera natural del río Dnipro y otros estuarios, pero que, en la zona más sensible como es la de Zaporizhzhia, en el sur, se convierte en una llanura. Y es por allí por donde se prevé que podría entrar el grueso del ejército ucraniano para intentar cortar la línea de suministro rusa que viene desde la ocupada península de Crimea. En esa región es que las fuerzas rusas levantaron la defensa de varios niveles compuesta por zanjas antitanque, trincheras en zigzag, y las barricadas de hormigón en forma de “dientes de dragón” (estructuras de tres caras).

Imagen satelital que muestra la línea de defensa que están levantando los pontoneros rusos en la región de Zaporizhzhia. (Maxar)
Imagen satelital que muestra la línea de defensa que están levantando los pontoneros rusos en la región de Zaporizhzhia. (Maxar)

Esta estructura tiene como epicentro el aeropuerto de Berdyansk, sobre la margen del Mar de Azov, que viene siendo utilizado por la aviación rusa como puente para el abastecimiento. Las defensas se extienden desde Armyansk, en el norte, hasta Dzhankoi, en el noroeste. Ambos son nudos de transporte cruciales y puertas de entrada a la península de Crimea. El objetivo es que los tanques no puedan llegar hasta la carretera terrestre que une ambos territorios.

Lo mismo ocurre en la región de Luhansk, en el noroeste, donde se vienen fortificando las posiciones en las ciudades de Severodonetsk, Lisichansk y Popasna, desde que fueron capturadas por las tropas de ocupación entre mayo y junio de 2022. “Hubo una breve pausa en el invierno, probablemente debido a que el suelo se congeló y se hizo más difícil excavar”, explicó Africk. “Pero desde que el suelo se ablandó, hemos visto que la excavación de fortificaciones se intensificó drásticamente”.

Sin embargo, la aparición la última semana de una fuerza rusa que cruzó sin dificultad la frontera y atacó en territorio ruso, puso en duda la efectividad de la defensa levantada. Una denominada Legión de la Rusia Libre, munida de al menos un tanque y varios carros de asalto, tomaron el puesto fronterizo y atacaron objetivos en tres pueblos rusos: Grayvoran, Kozinka y Shchetinovka. Nada está muy claro sobre lo que sucedió después, pero 48 horas más tarde permanecían en el territorio ruso y sus líderes aseguran que se trata de soldados disidentes rusos que estuvieron luchando en los últimos meses a favor de las tropas ucranianas y que su objetivo final es derrocar al régimen de Vladimir Putin en Moscú.

La denominada Legión de la Rusia Libre, munida de al menos un tanque y varios carros de asalto, tomaron los puestos fronterizos y atacaron objetivos en tres pueblos rusos: Grayvoran, Kozinka y Shchetinovka. (Reuters)
La denominada Legión de la Rusia Libre, munida de al menos un tanque y varios carros de asalto, tomaron los puestos fronterizos y atacaron objetivos en tres pueblos rusos: Grayvoran, Kozinka y Shchetinovka. (Reuters)

El hecho más extraordinario se produjo unas horas más tarde cuando aviones rusos comenzaron a bombardear dentro del propio territorio ruso para repeler a la brigada de hombres que había entrado desde Ucrania. Fue cuando aparecieron videos en las redes sociales de largas colas de autos en las autopistas cercanas con la gente que trataba de huir de la guerra que hasta ahora sólo habían visto por televisión y que de pronto se les venía encima. También videos de propaganda de la Legión. Avanzando a toda velocidad en vehículos de asalto por rutas provinciales con sus cascos atravesados por cintas amarillas, disparando su cañón y sus misiles y lanzando consignas contra el Kremlin.

Un informe de la inteligencia británica afirmó que Rusia se enfrenta a una creciente amenaza a la seguridad en la frontera con “pérdidas de aviones de combate, ataques con artefactos explosivos improvisados en las líneas ferroviarias, y ahora la acción directa de partisanos”. Para el Kremlin, sólo se trata de una maniobra de distracción para desviar la atención de Bakhmut, que Rusia llama Artiómovsk, y que aparentemente fue conquistada por las tropas rusas después de meses de durísimos combates que terminaron destruyendo toda la ciudad. “Entendemos perfectamente el propósito de tales sabotajes... minimizar el efecto político de la pérdida de Artiómovsk”, explicó Dimitri Peskov, el inefable portavoz de Putin.

Los primeros indicios de la contraofensiva ucraniana ya pueden observar en lo que los expertos militares denominan “operaciones de conformación”, tácticas de distracción y de observación de la reacción del enemigo que se utilizan antes de un ataque a gran escala. En las dos últimas semanas, las fuerzas ucranianas realizaron pequeños ataques con misiles y sabotearon centros de mando y control, depósitos de armas y sistemas de artillería rusos a lo largo de la región del Donbás, en el oeste, y el sur. Aunque por ahora no se produjo una carga masiva similar a la contraofensiva ucraniana del pasado otoño, cuando las fuerzas de Kyiv barrieron la región nororiental de Kharkiv y reconquistaron la ciudad meridional de Kherson.

Mercenarios del grupo Wagner liderados por el amigo de Vladimir Putin, Yevgeny Prigozhin, enarbolan las banderas rusa y del batallón tras la conquista de un sector derruido de la ciudad de Bakhmut. (Press service of "Concord"/REUTERS)
Mercenarios del grupo Wagner liderados por el amigo de Vladimir Putin, Yevgeny Prigozhin, enarbolan las banderas rusa y del batallón tras la conquista de un sector derruido de la ciudad de Bakhmut. (Press service of "Concord"/REUTERS)

La gran diferencia, aseguran los analistas del ISW, es que, durante la contraofensiva anterior, los rusos no habían podido levantar su línea de defensa como lo hicieron ahora. “Estos obstáculos hacen que las unidades terminen concentrándose y eso da al enemigo la facilidad de una intensidad de fuego sobre una superficie más pequeña. Y como las líneas de defensa son escalonadas, los ucranianos tendrán que ir perforando una a una, ralentizando el avance de las tropas”, explicó Rob Lee del Instituto de Investigación de Política Exterior de Washington.

Sin embargo, los ucranianos creen que las defensas rusas están demasiado alejadas unas de las otras y que por esa razón no son efectivas. “La longitud de la línea del frente juega a nuestro favor”, afirmó Andriy Zagorodnyuk, presidente del Centro Ucraniano de Estrategias de Defensa y ex ministro de Defensa de Ucrania. “Las tropas rusas están dispersas por esta línea del frente y siempre podremos encontrar zonas donde no nos esperen”.

Y sobre todo habrá que ver la efectividad de estas estrategias de defensa que hacen recordar más a escenas de la Primera Guerra Mundial que a la Guerra de las Galaxias. Con la visibilidad que dan los drones y la efectividad de tiro a kilómetros de distancia de los sistemas de misiles con los que ahora cuenta Ucrania, las líneas de defensa de “dientes de dragón” parecen ser obsoletas. Ucrania se juega todo su capital político y militar en esta contraofensiva. El éxito de la operación podría darle un impulso significativo en su intento de expulsar a las tropas rusas, convencer a los socios occidentales de que continúen su apoyo militar y dar a Kiev una ventaja en cualquier negociación futura con Moscú. También ayudaría a mantener alta la moral de la desafiante pero fatigada población ucraniana, que viene soportado el horror de la invasión rusa desde hace 15 meses.

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