Los rumores sobre el estado de salud del dictador de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, comenzaron el pasado el 14 de mayo, Día de la Bandera, el Escudo y el Himno del país, cuando no apareció para conmemorarlo.
Luego de informaciones sobre un posible ingreso en un hospital, el dictador reapareció al día siguiente en el puesto de mando central del Ejército del Aire y de las Fuerzas de Defensa Aérea. Y el 23 voló a Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, de quien es el aliado más estrecho en la invasión rusa a Ucrania.
Este sábado, el político opositor Valery Tsepkalo, ex candidato presidencial bielorruso, publicó en su cuenta de Twitter un mensaje que reaviva los rumores en torno a la salud de Lukashenko. “Según información preliminar, sujeta a confirmación adicional, Lukashenko fue trasladado de urgencia al Hospital Clínico Central de Moscú después de su reunión a puertas cerradas con Putin. Actualmente, permanece bajo atención médica allí. Se han movilizado destacados especialistas para abordar su estado crítico”, expresó en la red social.
Y siguió: “Se han llevado a cabo procedimientos de purificación de sangre y se ha considerado que por su condición, Lukashenko no es transportable. Los esfuerzos para salvar al dictador bielorruso tenían como objetivo disipar las especulaciones sobre la supuesta participación del Kremlin en su envenenamiento”.
“Independientemente de si se recupera o no, los médicos advierten sobre la posibilidad de recaídas. Como representantes del Foro Democrático de Bielorrusia de la República de Bielorrusia, instamos a los líderes occidentales a convocar una sesión estratégica en los próximos días para discutir la iniciativa ‘Elecciones’ y otras medidas que deben tomarse para asegurar el período de transición”, manifestó Tsepkalo.
Luego expresó: “Afirmamos firmemente que las tecnologías existentes son adecuadas para llevar a cabo elecciones justas y transparentes en Bielorrusia de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos, sin interferencia directa del Kremlin. Al hacerlo, estableceremos una institución legítima a los ojos de todos los bielorrusos y de la comunidad mundial en general”.
Por último, sostuvo: “La celebración de elecciones durante una coyuntura tan crítica no solo ayudará a restablecer la ley y el orden en la futura Bielorrusia, si no que también sentará las bases para estabilizar la situación en las fronteras de la Unión Europea y del mundo”.
Ni Minsk ni el Kremlin brindaron datos sobre el estado de salud del dictador.
El régimen bielorruso informó en la semana que el avión en el que viajó Lukashenko partió de Minsk a la capital rusa el pasado martes, donde participó el miércoles en la sesión plenaria del II Foro Económico Euroasiático de la Unión Económica Euroasiática (UEE) junto con Putin y otros líderes de la alianza formada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia.
De acuerdo con Minsk, Lukashenko y Putin se reunireron “en los margenes” de este evento y de la cumbre de los líderes de la UEE.
Sí se sabe que se trató del primer viaje del bielorruso a Moscú desde el que realizó el pasado 9 de mayo con motivo de la parada militar del Día de la Victoria, donde su aparente frágil estado físico desató las alarmas sobre su estado de salud, especialmente tras declarar un diputado ruso que Lukashenko había “enfermado”.
El martes pasado aclaró por primera vez en una reunión con expertos sobre temas de salud que sufrió una infección por adenovirus. Subrayó “que eso no es nada” y enfatizó que “no se va a morir”. “Los seguiré molestando durante mucho tiempo”, añadió con sorna.
El traslado de armas nucleares rusas a Bielorrusia
El dictador de Bielorrusia anunció el pasado jueves el comienzo del traslado de las armas nucleares tácticas rusas a territorio de la antigua república soviética, que comparte frontera con Ucrania. “Teníamos que preparar el lugar para su almacenamiento y demás. Lo hicimos. Por eso, ya ha comenzado el traslado de las cargas nucleares”, dijo Lukashenko a la televisión rusa.
Lukashenko aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, le informó durante los actos de la Unión Económica Euroasiática en el Kremlin que ya había firmado el decreto sobre el emplazamiento de armas nucleares en Bielorrusia. “Hablamos de un documento concreto. Se tomó la decisión de desarrollar lo que se dijo verbalmente”, afirmó.
Se negó a precisar el número de cabezas nucleares que acogerá su país, aunque aseguró haber acordado con Putin todos los detalles. “No voy a revelar el número y su emplazamiento. Hemos acordado el despliegue de las armas nucleares: dónde, cuándo, las ojivas. Había que tomar una decisión y esta corresponde al presidente ruso. Con Rusia cualquier cuestión que hoy presentamos, se decide en cuestión de unos pocos días”, explicó.
También garantizó la seguridad de dicho armamento destacando que los bielorrusos son “gente cuidadosa”.
“Por eso, por las armas nucleares no se preocupe. Somos responsables de ello. Es cosa seria. Todo irá bien”, apuntó.
Cuando un reportero le preguntó si dicho armamento ya había llegado a territorio bielorruso, el mandatario respondió: “Es posible. Llegaré y lo comprobaré”.
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