A más de un año de la invasión a Ucrania, la resistencia que enfrenta Vladimir Putin en su ambición expansionista es cada vez más contundente. Pero no sólo por parte de las fuerzas ucranianas. Asqueados por las atrocidades que están cometiendo las tropas rusas, miles de rusos decidieron romper las cadenas de la opresión que viven en su país y, arriesgando su propia vida, se unieron para evitar que Putin se salga con la suya en la vecina Ucrania.
Este grupo de incógnitos conforman la Legión de la Rusia Libre y el Cuerpo de Voluntarios Rusos, los grupos que en las últimas horas reivindicaron los ataques contra la región rusa de Belgorod -limítrofe con Ucrania-, en los que murieron al menos dos soldados rusos y otros cuatro resultaron heridos.
El lunes, tras los primeros ataques, Moscú acusó a Kiev de estar detrás de esa incursión por parte de un grupo de sabotaje. Inmediatamente la Dirección de Inteligencia Militar ucraniana salió a desmentir las acusaciones, afirmando que se trataba de dos grupos de voluntarios rusos que se oponen al régimen de Putin. Horas después llegaron las reivindicaciones de esas dos unidades insurgentes.
En su página web la Legión de la Rusia Libre revela que el grupo se formó la primavera boreal pasada y comenzó a luchar en el verano “por el deseo de los rusos de luchar contra la banda armada de Putin”.
Al principio operaron como “pequeños grupos de combate”, pero ahora participan activamente en las duras batallas.
“Luchamos en plena cooperación con las Fuerzas Armadas de Ucrania y bajo la dirección del mando ucraniano”, agrega la Legión en su portal oficial.
Al igual que el Cuerpo de Voluntarios Rusos, no se trata de una formación dentro de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sino de un grupo que combate junto al Ejército ucraniano.
En agosto de 2022, un anuncio del Cuerpo de Voluntarios publicado en Telegram decía: “Nosotros, voluntarios rusos que vivimos en Ucrania, decidimos tomar las armas y crear una formación militar, el Cuerpo de Voluntarios Rusos, para, junto con nuestros camaradas ucranianos, defender la patria que nos dio cobijo y continuar la lucha contra el régimen criminal de Putin y sus secuaces”.
El pasado mes de febrero el diario The New York Times publicó un artículo en el que brinda testimonios de algunos combatientes de la Legión.
Son varias las razones por las que decidieron alzarse en armas contra Putin: algunos por un sentimiento de indignación ante la orden de invadir Ucrania; otros por el mero hecho de defender a la patria que les dio cobijo; y algunos por el simple desprecio que dicen sentir por el jefe del Kremlin.
Sin embargo, su adhesión a la lucha no fue algo sencillo. Al inicio de la guerra, la ley ucraniana impedía a los ciudadanos rusos alistarse. Recién en agosto la Legión se pudo unir de forma legal a la lucha.
Los propios soldados rusos reconocen, y comprenden, la desconfianza que puede existir en el seno de las fuerzas ucranianas. De hecho, hubo varios intentos de espías rusos de infiltrarse en las filas de la Legión.
Para poder alistarse en alguno de estos grupos y obtener el reconocimiento de Kiev, los combatientes deben presentar una solicitud y someterse a un exhaustivo análisis de antecedentes. Una vez que las autoridades ucranianas determinan que está todo en orden, pueden comenzar con el adiestramiento básico.
Estos grupos evitan mostrarse y adquirir una mayor visibilidad simplemente por temor a represalias del Kremlin contra ellos y sus familias.
Por ese motivo, los combatientes que hablaron meses atrás con The New York Times lo hicieron utilizando sus alias militares. Uno de ellos fue César, quien reconoció que se unió a las filas de la Legión en absoluto repudio a las atrocidades que estaban cometiendo las tropas rusas en Ucrania: “Un ruso de verdad no se involucra en una guerra tan agresiva, no viola niños, no asesina mujeres ni ancianos. Por eso no tengo remordimientos. Hago mi trabajo y he matado a muchos”.
Para sumarse al combate, César abandonó su San Petersburgo natal junto a su esposa y sus cuatro hijos para llegar en verano a Ucrania. Así como ocurre con tantos otros combatientes, no se trata de ciudadanos rusos que buscan occidentalizar el país. Todo lo contrario. César se declaró un nacionalista ruso, que en el pasado perteneció al Movimiento Imperial Ruso, una organización que Estados Unidos calificó como una organización extremista violenta.
Sin embargo, aclaró que, desde su visión, la Rusia moderna de Putin descarriló. Su descontento comenzó a gestarse años atrás ya con la anexión de la península de Crimea en 2014. Eso lo motivó a separarse del Movimiento Imperial Ruso, por su apoyo a la operación militar rusa en la península.
“Soy un ejemplo de un hombre ruso y un ejemplo de los hombres sobre los que escribieron Tolstoy y Dostoyevsky. Ese es el tipo de hombre que soy. Ellos no. No son rusos”, afirmó.
Otro soldado que combate bajo el nombre clave de Zaza dijo que, además de ayudar a Ucrania a lograr la retirada de las fuerzas rusas, lo que buscan es “la futura desputinización de Rusia”. En esa línea se pronunció Andriy Yusov, vocero del servicio de inteligencia militar de Ucrania, quien apuntó que estos legionarios rusos se suman a la guerra “con un enorme deseo de detener a la horda de Putin y liberar a Rusia de una dictadura”.
“Al ser tan joven es un poco temprano para hablar sobre mis opiniones políticas y mi visión del mundo, porque todavía las estoy formando (...) Pero cuando un hombre malo se ha apoderado de tu país, debes empezar a hacerte cargo”, agregó Zaza.
Esta difícil decisión también lleva a muchos hombres a enfrentarse a sus propias familias. Como el caso de Miami, un combatiente de 32 años cuyos padres le exigían alistarse a las filas de las tropas rusas: “Les dicen que aquí vive gente mala y lo creen. No piensan que el segundo ejército más grande del mundo pueda matar a gente de a pie”.
“Fueron destruidos”
Este martes Rusia anunció que dio por finalizada la operación para neutralizar la brigada de partisanos en Belgorod. El Ministerio de Defensa aseguró haber liquidado a todos los saboteadores que atacaron Belgorod.
“Los grupos armados nacionalistas fueron rodeados y eliminados. Han sido liquidados más de setenta terroristas ucranianos”, informó Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio.
La Legión afirmó en su canal de Telegram que junto al Cuerpo de Voluntarios siguen operando en la zona de Belgorod y que su objetivo es “liberar” la región.
“Se trata de patriotas rusos, tal y como nosotros lo entendemos. Personas que realmente se rebelaron contra el régimen de Putin”, dijo la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar.
En una nueva muestra de la disputa de poder que hay con los altos mandos militares rusos, el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, arremetió en las últimas horas contras las tropas de Putin por los ataques en Belgorod: “Que yo sepa, el ejército ruso no hace nada para reforzar nuestras fronteras en las direcciones por las que puede entrar el ejército ucraniano. Debe hacerlo (el Ministerio), es su responsabilidad directa. No son el Ministerio de Delitos, por lo que no pueden delinquir, sino el Ministerio de Defensa, por lo que están obligados a defender el país”.
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