La oficina de prensa del Vaticano reveló más detalles sobre el exabrupto ocurrido la víspera cuando un sujeto irrumpió con su vehículo a toda velocidad y circuló por las calles de la ciudad.
El hombre, cuyo nombre se desconoce aunque trascendió que ronda los 40 años y que posee nacionalidad italiana, fue detenido por uno de los oficiales de la Guardia Suiza cuando llegó al patio de San Dámaso, en el Palacio Apostólico.
Este viernes, tras pasar la noche en una celda de detención en los locales del Cuartel de la Gendarmería, fue llevado ante la Justicia para declarar sobre lo ocurrido y, posteriormente, los magistrados definieron ingresarlo en una institución psiquiátrica.
“Esta tarde, al término de su interrogatorio por el magistrado (del Vaticano) en presencia de su abogado, y una vez comprobado su estado, el conductor del vehículo que anoche entró ilegalmente en el Vaticano fue trasladado al departamento psiquiátrico del Hospital Santo Spirito in Sassia para recibir tratamiento médico obligatorio”, indicó la Santa Sede en un comunicado.
La decisión de la Justicia va en línea con lo constatado por los médicos de la Dirección de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano al ser detenido, que informaron que el sujeto se encontraba en “un grave estado de alteración psicofísica”.
De todas formas, aún no se conoce en qué medida este cuadro afectará a su sentencia final.
El hombre se presentó en la puerta de Santa Ana -una de las entradas de los muros vaticanos- cerca de las 20:00 horas en su vehículo e intentó dos veces ingresar, a pesar de no tener los permisos correspondientes, alegando que quería “hablar con el Papa”. Los miembros de la Guardia Suiza que custodian la zona le negaron el paso, ante lo que el sujeto retrocedió y, momentos más tarde, realizó una maniobra imprudente que le permitió ingresar.
De inmediato, con el respaldo del Cuerpo de Gendarmería, las fuerzas de seguridad comenzaron a perseguir al automóvil que recorría las calles a toda velocidad e intentaron detenerlo. Inclusive, uno de los oficiales “disparó con su pistola en dirección a los neumáticos delanteros” y logró alcanzar el alerón delantero izquierdo.
Sin embargo, esto no fue suficiente ya que el conductor continuó su marcha hasta llegar a San Dámaso, donde finalmente se detuvo y descendió del vehículo “de forma autónoma”. Sin ejercer ningún tipo de resistencia, a pesar de su estado de alteración, fue detenido por la Policía.
Mientras esta persecución tenía lugar, otro sector de la seguridad vaticana activó una alarma por radio que permitió cerrar a tiempo la puerta de la Casa de la Moneda y bloquear, así, el acceso a la parte trasera de la Basílica de San Pedro, los jardines vaticanos y la plaza de Santa Marta -donde se encuentra la residencia del Papa-.
Si bien no se trató de la primera vez que alguien intentaba ingresar en el Vaticano por la fuerza, este episodio fue inusual ya que es sabido que el ingreso a dicha zona de la ciudad está vetado al público en general, especialmente por la noche.
Inclusive, quienes desean visitar la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos en horario diurno, así como quienes acuden a la farmacia vaticana con sus recetas médicas, pueden hacerlo con libertad pero sí necesitan un permiso de entrada para otros edificios del enclave.
(Con información de EFE)
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