Los equipos de rescate italianos trabajan a contrarreloj para poder llegar a pueblos y localidades al norte del país que quedaron aislados por las fuertes lluvias e inundaciones, mientras la cifra de víctimas aumenta día a día.
El último tiempo, la región norte de Italia se vio severamente afectada por condiciones meteorológicas extremas. Una prolongada sequía, una intensa lluvia durante 36 horas y múltiples aguaceros, provocaron el desbordamiento de más de una veintena de ríos y afluentes.
Como consecuencia, el agua arrasó con ciudades enteras de Emilia-Romaña, inundó negocios y sótanos, y dejó -hasta el momento- 13 muertos. Este jueves, el gobierno local informó del hallazgo de nuevos cadáveres en Rávena, entre ellos, los de una pareja de 70 años que perdieron la vida en su departamento inundado en Russi.
Esta cifra, sin embargo, podría aumentar en los próximos días ya que hay localidades que han quedado asiladas por completo por los aludes, con el paso en las principales vías bloqueado y daños en los servicios de comunicación. Ante esto, a pesar de los esfuerzos, los socorristas se enfrentan a grandes dificultades para llegar a los residentes y asistirlos en sus necesidades más urgentes, comentó Monica Rossi, alcaldesa de Mercato Saraceno.
“Si llueve más, la situación será trágica”, advirtió a continuación en diálogo con la cadena local Sky TG24.
Faenza es una de las ciudades que, para este jueves por la mañana, permanecía bajo el agua, con automóviles completamente sumergidos y sótanos anegados por el barro. A su vez, los vecinos comentaron que aún no se ha restituido el suministro de gas o luz y tampoco tienen comida para alimentarse.
Sin embargo, los soldados que pudieron acceder a la zona, asisten a los residentes que se acercan a un gimnasio local donde se han colocado camas en una de las canchas.
“En un momento dado nos dijeron que abandonáramos la zona y, una hora más tarde, escuchamos un fuerte estruendo”, recordó Claudia, una vecina de Faenza de 29 años, sobre la mañana del miércoles cuando el río Lamone se desbordó. “El agua lo inundó todo”, lamentó.
Unas 10.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y todas sus pertenencias aunque algunas de ellas no evacuaron a tiempo y fueron sacadas por los techos o los balcones con la asistencia de helicópteros de rescate y botes. Entre ellos, el alcalde de Cesena, Enzo Lattuca, destacó el caso de una familia con un bebé de 20 días que fue puesta a resguardo gracias a los esfuerzos de las fuerzas de rescate.
En otras ciudades, como Castel Bolognese, el agua ya ha comenzado a ceder y los vecinos han podido comenzar con las tareas de limpieza de calles, sótanos y negocios.
De todas formas, no se prevé que la tarea sea sencilla ya que se han estimado pérdidas por varios millones de euros, según comentó el presidente regional Stefano Bonaccini, que se suman a los 1.000 millones que ya habían dejado las lluvias torrenciales de principios de mes.
(Con información de AP)
Seguir leyendo: