El rápido crecimiento del arsenal nuclear de China es una “preocupación para la estabilidad mundial y regional”, advirtieron el viernes los mandatarios del G7 de potencias occidentales reunidos en la ciudad japonesa de Hiroshima.
“La aceleración de la acumulación de arsenal nuclear por parte de China sin transparencia ni diálogo significativo plantea una preocupación para la estabilidad mundial y regional”, afirmó el G7 en un comunicado que también condenó la “retórica nuclear irresponsable” de Rusia.
Según el Instituto Internacional de Búsqueda de la Paz de Estocolmo, China dispone de un arsenal de 350 ojivas nucleares, muy por debajo de Rusia (4.477) y Estados Unidos (3.708).
Pero la potencia asiática podría tener hacia 2035 unas 1.500 ojivas, de acuerdo con una estimación publicada en noviembre por el ministerio estadounidense de Defensa.
Asimismo, el G7 anunciará este sábado, durante el segundo día de su cumbre en Hiroshima, nuevas herramientas para frenar la “coacción económica” de China y otros países, adelantó a la prensa un alto funcionario estadounidense.
Según esa fuente, los líderes abordarán durante una de las sesiones del foro la seguridad económica del grupo y hablarán sobre la actitud “coercitiva” de Beijing a la hora de abordar su comercio internacional desde una posición dominante como proveedor de ciertos componentes clave para diversas industrias.
Al finalizar la sesión, se emitirá un comunicado conjunto en el que se mencionará una “serie de herramientas” que el G7 empezará a utilizar para hacer frente a preocupaciones comunes sobre las prácticas comerciales de China y otros países, de acuerdo al citado funcionario.
Esa fuente rechazó detallar exactamente qué acciones anunciará mañana el Grupo de los Siete.
Desde que llegó al poder en enero de 2021, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha adoptado una postura firme hacia China, país al que ve como el gran competidor de Estados Unidos en la escena mundial, pero con el que ha dejado claro que no quiere un conflicto abierto.
En línea con esto, Biden ha anunciado medidas para restringir el intercambio de tecnología con China, como las restricciones anunciadas en octubre de 2022 para limitar la capacidad de Pekín de producir microchips avanzados, cruciales en campos como la inteligencia artificial.
Las potencias del G7 llevan abordando el tema de China desde hace meses en reuniones ministeriales previas a la cumbre de líderes, que comenzó este viernes y concluirá el domingo.
De manera paralela a la cumbre, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea (UE) planean hacer nuevos anuncios relacionados con el plan de infraestructuras lanzado por los líderes del G7 en su reunión del año pasado en Alemania, conocido como la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGII).
Mediante este plan, el G7 se comprometió a movilizar 600.000 millones de dólares en cinco años para contrarrestar el megaproyecto chino “One Belt, One Road” (Una Ruta, Un Cinturón), lanzado en 2013 por el presidente chino, Xi Jinping, con el objetivo de expandir la influencia de China en todo el mundo a través de inversiones en infraestructuras y telecomunicaciones.
Hasta ahora, el plan del G7 no ha logrado avances significativos. Sin embargo, en su reunión de abril en Japón, los ministros de Exteriores del grupo expresaron su intención de impulsar el PGII con mayores inversiones en áreas como energía, transporte y salud.
(Con información de AFP y EFE)
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