Corea del Sur enviará una delegación de 21 expertos a inspeccionar el plan de vertido de agua de la accidentada central nuclear japonesa de Fukushima, según anunció este viernes el Gobierno.
La delegación estará liderada por el presidente de la Comisión de Seguridad Nuclear de Corea, Yoo Guk-hee, y llegará el 21 de mayo a Japón, según detalló en rueda de prensa el vicedirector de la Oficina de Coordinación Política del Ejecutivo surcoreano, Park Ku-yeon.
A Yoo le acompañarán 19 expertos en radiación y fisión nuclear y otro experto en radiación en el medio marino, según detalló Park.
El equipo permanecerá en Japón seis días para revisar el funcionamiento del sistema para filtrar isótopos radiactivos del agua contaminada de la central, el plan para verter el agua al Pacífico o la capacidad de las autoridades niponas para analizar concentraciones de materiales radiactivos.
La delegación se reunirá primero con representantes de la operadora de la planta, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), y después pasará a revisar el funcionamiento de Sistema de Procesamiento Avanzado de Líquidos (ALPS por sus siglas en inglés) instalado en la central desde hace casi una década.
Además de los expertos gubernamentales, también se formará un grupo separado de una decena expertos civiles para apoyar las actividades del equipo.
Puesto que el plan anunciado por Tokio para arrojar parte del agua que se acumula en la central al mar preocupa desde hace tiempo a Seúl por sus posibles efectos sobre el fondo y las poblaciones marinas, la visita de esta delegación fue acordada durante la cumbre que celebraron a principio de mayo en Seúl el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro nipón, Fumio Kishida.
Desde entonces diplomáticos de ambos países han negociado el formato y las condiciones de la visita.
La planta, que sufrió la fusión parcial de varios reactores debido al terremoto y tsunami que arrasaron Japón en marzo de 2011, acumula 1,3 millones de toneladas de agua -la que se utiliza para seguir enfriando los reactores y la que se cuela en los mismos a través del subsuelo- tratada por ALPS en un millar de tanques.
En 2021 Tokio anunció que era inevitable verter parte de ese agua al mar, un proceso que arrancará entre primavera y verano y que durará varias décadas.
Desde entonces el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) realiza inspecciones sobre el terreno para evaluar todo el proceso y tiene previsto publicar un informe final a finales de junio.
(Con información de EFE y Europa Press)
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