En las últimas semanas las tropas ucranianas vienen conquistando importantes progresos en la recuperación de sus territorios invadidos por los rusos.
Este jueves, el ejército ucraniano informó de avances de hasta 1,7 kilómetros por parte de las tropas de Kiev en distintas zonas de los alrededores de Bakhmut en las últimas 24 horas.
Ante esta situación y el derribo de siete misiles Kinzhal, que Vladimir Putin vendía como invencibles, los medios rusos han comenzado a implementar una estrategia para preparar a los ciudadanos de ese país para una eventual derrota del Kremlin en la guerra.
“Los programas de entrevistas y los noticieros federales rusos destacan toda la ayuda militar occidental que ha recibido Ucrania”, dijo al medio Newsweek Kateryna Stepanenko, del Instituto para el Estudio de la Guerra. “Realmente resaltan la cantidad de tropas entrenadas por los países de la OTAN y la cantidad de sistemas de armas suministrados por Occidente”, agregó.
En este sentido, al parecer, la estrategia mediática que estaría implementando el Kremlin es venderles a los ciudadanos la idea de que Rusia no tuvo éxito en el campo de batalla debido al desproporcionado apoyo de la OTAN a los ucranianos.
Esto tendría la finalidad de no reconocer que la ambición de Putin, que condujo a su país a una guerra cruel, ha fracasado rotundamente.
“Gran parte de la discusión en la televisión rusa se centra en donde es más probable que Ucrania centre sus operaciones de contraofensiva”, dijo Stepanenko. “Están hablando de los drones de reconocimiento de Ucrania, están mostrando muchas imágenes de los ataques ucranianos en Luhansk usando los misiles Storm Shadow que recibieron recientemente del Reino Unido, están exagerando la amenaza para Crimea y están aprovechando agresivamente el miedo de los rusos a la OTAN y su miedo a los llamados ‘nazis’ en Kiev”, destacó.
Rusia no para de sumar fracasos en las últimas semanas. Si bien aún tiene tropas dentro de la ciudad de Bakhmut, los ucranianos han recuperado prácticamente las tres cuartas partes de la región, al tiempo que han denunciado que los rusos sólo se han dedicado a destruir la ciudad con su artillería.
Los mercenarios del Grupo Wagner abandonaron el frente de batalla y dijeron que se vieron obligados a hacerlo por la falta de apoyo del ministerio de la Defensa ruso. Además aseguraron que el ejército del Kremlin huyó del campo de batalla.
Todo esto ocurre mientras se espera una contraofensiva por parte de Ucrania con la intención de continuar recuperando espacios y lograr la tan anhelada paz en su país. Sin embargo, Rusia ha estado utilizando el miedo a la contraofensiva a su favor en los medios.
“Al mismo tiempo que están exagerando la amenaza, también están demostrando las acciones que está tomando Rusia para reducir la capacidad de Ucrania para lograr un gran avance”, explicó Stepanenko.
“Muy frecuentemente muestran las imágenes de los recientes ataques con misiles rusos, que afirman que destruyeron las instalaciones militares ucranianas, y les dicen a los espectadores en casa que estos eventos al menos han retrasado la contraofensiva”, agregó.
“Si resulta que Ucrania no puede avanzar, la propaganda del Kremlin podrá retroceder en la línea de que fueron los ataques con misiles rusos y los preparativos defensivos los que salvaron el día”, dijo la integrante del Instituto para el Estudio de la Guerra. “Pero si de hecho terminan siendo fallas militares rusas, mientras esas fallas no sean catastróficas, la población no será sorprendida como sucedió en septiembre pasado después de la liberación ucraniana de la región de Kharkiv”.
Todos los mensajes que se transmiten en la televisión rusa deben ser previamente autorizados por los jerarcas del Kremlin. “Se está comunicando la narrativa de que Ucrania ahora representa una amenaza militar legítima para Rusia, un marcado contraste con la idea de que las fuerzas rusas aún podrían apoderarse de Kiev en tres días si realmente lo desearan”, publicó Newsweek.
“Ya ha habido una especie de filtración en la que cualquiera que pudiera decir algo impredecible fue sacado del aire hace mucho tiempo”, dijo a Newsweek Mikhail Sinelnikov-Orishak, un analista político ruso que anteriormente era un invitado frecuente en los programas de entrevistas de un canal federal ruso. “Sí, hay cabezas parlantes que hacen declaraciones pesimistas sobre el estado de las cosas en el campo de batalla, pero nadie capaz de analizar la raíz del problema es invitado al estudio”.
“Incluso los patriotas endurecidos están confesando que es probable que la contraofensiva ucraniana tenga éxito hasta cierto punto, pero la advertencia que insertan es que aún no será fatal para el esfuerzo de guerra ruso”, dijo Sinelnikov-Orishak.
“Argumentan que Ucrania ha prometido en exceso sus perspectivas de éxito, tanto a su propio pueblo como a sus socios occidentales, y que cuando las ganancias de Ucrania en el campo de batalla resulten ser menores de lo que se esperaba, será tan desmoralizador para Kiev que el resultado final será una especie de victoria rusa”, agregó. “Los programas de entrevistas se han convertido en una especie de sesión de terapia psicológica televisada”.
Todo esto demuestra que el Kremlin se perfila en una suerte de aceptación pasiva de su derrota en la sangrienta operación militar lanzada en febrero del año pasado.
“Si la propaganda rusa tuviera la capacidad de movilización, entonces no sería tan difícil para los militares encontrar voluntarios dispuestos a firmar contratos”, señaló Sinelnikov-Orishak. “Sin embargo, incluso si las tropas rusas son empujadas hacia las fronteras del 24 de febrero de 2022 y la lucha termina allí, se dirá dentro de Rusia que hemos ‘desmilitarizado’ a Ucrania y, por lo tanto, evitamos que lancen ataques a gran escala en territorio ruso”.
“Mientras la contraofensiva ucraniana no conduzca a una derrota convincente del ejército ruso”, añadió, “la mayoría de los rusos seguirán convencidos de que todo esto era necesario”.
Todo esto no se traduce en que los medios rusos estén pintando un panorama color de rosa. En cambio, simplemente están transmitiendo la imagen más optimista posible en medio de las circuntacias desfavorables para Putin.
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