En medio de la campaña para las elecciones del 28-M en España, Pedro Sánchez se llevó una mala sorpresa

Las encuestas para los comicios municipales y autonómicos ya reflejan el “efecto Bildu”: el partido vasco, aliado del presidente español, ha incluido ex terroristas de ETA en sus listas

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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, durante el mitin que ofreció este domingo en Santa Cruz de Tenerife con motivo de las próximas elecciones del 28M.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, durante el mitin que ofreció este domingo en Santa Cruz de Tenerife con motivo de las próximas elecciones del 28M.

Suele hablarse del “cisne negro”. Un hecho perturbador e inesperado capaz de provocar consecuencias importantes a gran escala y sobre el que sólo puede encontrarse explicación una vez suscitado. Un cisne negro puede modificar radicalmente, una vez presente, aquellas señales que parecían difíciles de cambiar un contexto determinado. Ese dato novedoso, esa estrategia o ese acontecimiento que nadie tenía en el radar, de repente, surgió y condiciona la campaña en España.

Recién estrenados los primeros mítines para convencer a los votantes frente a la autonómicas y municipales del 28 M (28 de mayo), los sondeos electorales ya han empezado a reflejar el impacto de la irrupción de las listas de EH Bildu que llevan entre sus candidatos a ex terroristas de la ETA. A tal punto, que la decisión del movimiento vasco, socio parlamentario del Partido Socialista (PSOE), ha provocado un sismo para las previsiones de campaña de Pedro Sánchez.

Euskal Herria Bildu (“Unir Euskal Herria” en euskera) es una coalición de partidos independentistas y nacionalistas vascos. Fundado en 2012, tiene cuatro diputados en el parlamento y su jefe político es un ex miembro de ETA, Arnaldo Otegi.

Para el Presidente del Gobierno, que confió que la sorpresa de mayo a su favor sería la repentina convocatoria del presidente Joe Biden a la Casa Blanca, justo el día en que empezaba oficialmente la campaña electoral, esta situación lo tomó por sorpresa. El hecho inesperado de mayo no ha sido la amigable charla con el inquilino de Washington, sino cómo queda el gobierno parado frente a la postura de uno de los partidos que está en la dirección del Estado.

La coalición política vasca ha puesto a ex etarras, siete de los cuales han sido condenados por asesinato, en algunas de sus 300 listas para las elecciones municipales del País Vasco y Navarra. Este hecho es el que más debate ocupa en los medios políticos españoles y se ha montado como principal en la recién estrenada campaña.

Si bien son elecciones locales y autonómicas, no se desvinculan en incidencias sobre las próximas generales, por lo cual esta sorpresa de Bildu es mala para el PSOE, buena para la derecha y neutra para Unidas Podemos, según las primeras encuestas que se realizan observando la evolución de la opinión pública sobre los temas que marcan la agenda electoral.

Siete días después de que estallara esta “nueva crisis”, el equipo de campaña con sede La Moncloa, que decidió al principio ignorar la polémica con la esperanza de que el asunto se disolviera, ahora asegura que la derecha siente frustración y que siempre que va a perder un elección saca el tema de ETA.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto político le ha pedido al presidente que “rompa claramente, de forma solemne y pública” con Bildu.  “No se puede estar a cualquier precio en la Presidencia del Gobierno”, ha advertido.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto político le ha pedido al presidente que “rompa claramente, de forma solemne y pública” con Bildu. “No se puede estar a cualquier precio en la Presidencia del Gobierno”, ha advertido.

“Ya lo sabemos, lo hemos vivido, cada vez que la derecha no ha tenido nada que ofrecer a España y a los españoles y cada vez que dan por perdidas las elecciones siempre utilizan el mismo argumento, que es el de ETA”, esboza Pedro Sánchez, segunda explicación luega de la ensayada en Washington a la salida de su encuentro con Biden.

Pero algunos “barones” del partido socialista tambien quieren desmarcarse. El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, fue uno de los primeros en reaccionar. Consideró que el planteamiento de EH Bildu constituía un “insulto a la democracia” y un “grave daño a las víctimas del terrorismo”.

Otra voz fue la de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Considerada una funcionaria clave en el equipo de La Moncloa, Calviño negó que el gobierno tenga un pacto con Bildu. Para ella no supone acuerdo alguno que el partido vasco facilite con su voto la investidura de Pedro Sánchez, la ley de vivienda o la ley de memoria democrática.

En la vereda opuesta el líder del opositor Partido Popular (PP), de centroderecha, Alberto Núñez Feijóo, sostuvo que no sólo es una indecencia tener a ex etarras en las listas de EH Bildu, sino que también es una indecencia que el PSOE cuente con el apoyo del partido independentista vasco en el Parlamento para aprobar leyes centrales para el sanchismo.

Feijóo incluso ha subido el tono contra el gobierno en las últimas horas. El presidente de los populares, máximo rival de Sánchez en las generales, le ha pedido al presidente que “rompa claramente, de forma solemne y pública” con Bildu. Además, insta a la Fiscalía del Estado a impedir que puedan concurrir en listas electorales.

“No se puede estar a cualquier precio en la Presidencia del Gobierno”, ha advertido Feijóo.

Cuando la politica en su conjunto gana terreno contra el “pacto estructural” que sostiene a Sánchez en la legislatura, y de la que sigue dependiendo para mantenerse en el poder tras las generales, el presidente del Gobierno apura anuncios electorales que superan los 13.000 millones de euros. Sánchez ha querido que su campaña se concentre en sus iniciativas favoritas: el déficit habitacional, la ley de vivienda o las generosas medidas para jóvenes y jubilados.

La Moncloa tiene una agenda con desembolsos multimillonarios. Los anuncios de gobierno, en tiempos electorales, cuentan con 6.500 millones euros de respaldados con fondos europeos e ingresos del Estado. Otros 4.500 aprobados por el Parlamento en los Presupuestos de 2023 que restan por ejecución.

Nadie sabe si esta inesperada asociación de Sánchez con los ex terroristas que lleva Bildu en sus listas será capaz de terminar con su aspiración reeleccionista. Los intentos de disipar críticas irán hacia la retórica de los “hechos”: Yo no anuncio, yo hago”, dijo Sánchez sobre su gestión en un último acto de campaña.

El reparto será para todos y todas. Desde becas por millones para jóvenes para beneficiarse de descuentos o hasta cine a dos euros para los mayores de 65 años, que supondrá una inversión de 10 millones.

También quienes han hablado son las víctimas del terrorismo de ETA. Entre los familiares algunas reacciones fueron contundentes. Daniel Portero, presidente de la organización Dignidad y Justicia, pidió a la Fiscalía de la Audiencia Nacional que comprobara si esta iniciativa cumplía con lo dispuesto en la ley de partidos políticos.

Finalmente, los siete etarras con delitos de sangre que Bildu ha presentado en sus listas para el 28-M han renunciado y no concurrirán con el partido de Otegi a las elecciones. Así, los condenados no asumirán, en ningún caso, concejalías en los municipios tras los comicios.

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