Desde el pasado mes de diciembre cuando el gobierno de Azerbaiyán decidió bloquear el corredor de Lachin -único paso entre Armenia y Nagorno Karabaj-, no para de aumentar la tensión entre Bakú y Ereván. Una situación que, previo a ese bloqueo, venía manteniendo cierta estabilidad tras el acuerdo firmado por las partes, con la mediación de Rusia, después de la guerra de 2020. Sin embargo, en las últimas semanas volvió a crecer la posibilidad de una escalada del conflicto. Por eso, Occidente viene trabajando con armenios y azeríes para llegar a un acuerdo y rebajar las tensiones.
El primero que habló de avances “tangibles” entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave de Nagorno Karabaj fue Estados Unidos, a través de su secretario de Estado, Antony Blinken. La Unión Europea (UE), en tanto, acordó para este domingo un encuentro en Bruselas entre los líderes de ambos países, Nikol Pashinian e Ilham Aliyev, quienes serán recibidos por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Hasta el pasado mes de febrero Ruben Vardanyan se desempeñaba como ministro de Estado de Artsaj, nombre oficial de esta república independiente de mayoría armenia. A poco de haber dejado el gobierno del presidente Arayik Harutyunyan, el funcionario dialogó con un grupo de medios argentinos, entre ellos Infobae, sobre la situación en esa región del Cáucaso Sur y las acciones diplomáticas iniciadas por Occidente.
“No conozco los detalles, pero tengo una opinión muy firme sobre esta situación. No creo en ningún acuerdo de paz si sólo se firma por escrito, y no es un mecanismo”, remarcó.
Consideró, además, que sería difícil lograr un acuerdo de paz duradero, “ya que en el fondo el gobierno de Armenia no puede representar al pueblo de Artsaj porque nosotros mismos decidimos nuestra independencia de Azerbaiyán”: “Fue una decisión de las personas que han vivido en nuestra patria, y no del gobierno armenio”.
“Por eso, no tengo grandes expectativas de esta negociación”, subrayó Vardanyan. Y agregó: “No hay sustancia, no hay mecanismo de control de quién y cómo ambas partes mantendrán lo que se firme”.
Al respecto, recordó que Azerbaiyán violó en reiteradas oportunidades lo firmado el 9 de noviembre de 2020 tras la guerra con Armenia: “¿Cómo podemos creer que cualquier documento de paz puede ser real si no respeta ninguna decisión o norma internacional?”.
Adelantó, por su parte, que un acuerdo firme y duradero no se hará “sin que la gente de Artsaj tome su propia decisión sobre cómo quiere vivir”.
“Realmente no veo ninguna posibilidad de paz cuando una de las partes no detiene su agresión; y dice ‘no nos importan sus derechos, no nos importa su gobierno’. Así que no creo que haya buenas condiciones para la paz todavía, por desgracia”, concluyó.
Días atrás el secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armen Grigoryan, habló de estos primeros pasos hacia un posible acuerdo o entendimiento para rebajar las tensiones en Nagorno Karabaj. Ante la consulta de la prensa local de sí Ereván está dispuesto a firmar un tratado de paz con Bakú bajo el auspicio de Occidente o Rusia, respondió: “En cuanto a la firma final del acuerdo de paz, no se ha decidido de ninguna forma en este momento. Lo firmaremos allí donde haya oportunidad de avanzar y llegar a un acuerdo definitivo”.
Respecto al hecho de que se modifique el título de “tratado de paz” por el de “acuerdo sobre la normalización de las relaciones”, dijo: “El título no es tan importante, lo importante es el contenido. Hay varias cuestiones importantes; y si somos capaces de encontrar soluciones en torno a esas cuestiones, no importa cuál sea el título”.
Grigoryan apuntó que “Stepanakert -capital de Artsaj- y Bakú deben debatir cuestiones de derechos y seguridad”.
El primer paso se dará este domingo, en la capital de Bélgica. Según el comunicado difundido esta semana por la UE, Pashinian y Aliyev acordaron también reunirse con los dirigentes de Francia y Alemania al margen de una cumbre europea que se celebrará en Moldavia el próximo 1 de junio. Además, se comprometieron a reunirse en Bruselas “con la frecuencia necesaria para abordar la evolución de la situación sobre el terreno”.
El pasado jueves 4 de mayo, Blinken comentó que Armenia y Azerbaiyán “discutieron sobre algunos temas muy difíciles”, logrando “un avance tangible hacia un acuerdo de paz duradero”, tras cuatro días de conversaciones a puertas cerradas entre los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países.
“Espero que (ambas partes) vean, como yo, que hay un acuerdo a la vista, al alcance de la mano. Lograr ese acuerdo sería, creo, no solo histórico, sino que beneficiaría profundamente a los pueblos de Azerbaiyán y Armenia (...) Nada de esto es fácil, pero el compromiso, la determinación de seguir adelante para abordar los temas desafiantes restantes es real”, aseveró el jefe de la diplomacia norteamericana.
A la espera de cómo se desarrollarán estos acercamientos y mientras persiste la tensión, la población de Nagorno Karabaj sigue sufriendo las consecuencias del bloqueo impuesto por Bakú. Situación que se volvió aún más crítica tras el cierre del corredor de Lachin en diciembre pasado. Esa política de Aliyev provocó una fuerte escasez de alimentos y medicinas, y sometió a la gente a sufrir un “duro invierno” prácticamente sin acceso al gas y la energía.
Vardanyan dijo que Bakú lo que busca es llevar a cabo “una limpieza étnica y expulsarnos del lugar en el que hemos vivido durante miles de años”.
“Destruir Artsaj no es destruir sólo un pequeño lugar donde viven 120.000 personas, sino que es un lugar donde se encuentra uno de los patrimonios más importantes para la cultura y la religión. Esto es algo que la gente debe tener en cuenta”, aseguró. Y advirtió que, pese a la amenaza y asedio de las tropas azeríes, el pueblo de Nagorno Karabaj es un pueblo “muy fuerte”: “La gente realmente sabe cómo luchar y defender su propia patria. Cuando estás en crisis tienes tres opciones: salir corriendo intentando escapar del problema y te paralizas, no hacer nada o luchar. La gente no quiere salir de su casa”.
Armenia y Azerbaiyán llegan a la reunión en Bruselas tras horas de tensión luego de que el pasado jueves se acusaran mutuamente de ataques en la frontera. El Ministerio de Defensa armenio reportó tres militares heridos por un ataque azerí con artillería y morteros.
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