El presidente francés, Emmanuel Macron, presidió este lunes los actos solemnes por el Día de la Victoria, que conmemora la victoria aliada contra la Alemania nazi, en medio de fuertes medidas de seguridad para impedir que hubiera manifestaciones y caceroladas en los alrededores.
“La República francesa no es, por definición, ni mala ni nefasta, es necesaria, vital, justa”, señaló Macron recordando a los líderes de la Resistencia francesa en su discurso de la jornada, que de nuevo tuvo como trasfondo la división social y el descontento generados por la aprobación de la polémica reforma de las pensiones.
Los actos solemnes comenzaron en París, donde el jefe de Estado homenajeó al general Charles de Gaulle depositando una corona de flores ante su estatua de la Plaza Clemenceau, antes de ascender en coche por la Avenida de los Campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo.
Allí presidió el tradicional encendido de la llama de la tumba del soldado desconocido, que recuerda a los muertos en la defensa de Francia.
Multitud de personalidades, como la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, o el ex presidente Nicolas Sarkozy, estuvieron presentes en esa ceremonia, pero poco público la acompañó en unas calles que estuvieron custodiadas por un fuerte dispositivo de seguridad.
Para limitar el impacto de las protestas y caceroladas que vienen acompañando las salidas de los miembros del Gobierno desde la promulgación de la reforma de pensiones en abril, las fuerzas de seguridad habían establecido un perímetro de 200 metros en los que se prohibieron las manifestaciones, pese a las críticas emitidas por sindicatos y oposición.
Algo similar ocurrió en la segunda parte de la agenda de Macron por este Día de la Victoria, durante la tarde, cuando se desplazó a Lyon para rendir homenaje a uno de los líderes históricos de la Resistencia francesa, Jean Moulin, y a las víctimas de los crímenes nazis.
Los sindicatos fracasaron en su intento de recurrir la medida impuesta por la Prefectura (Delegación del Gobierno) para impedir igualmente las manifestaciones en el perímetro de la prisión de Montluc, donde estuvo preso Moulin y sede central de los actos oficiales.
Eso no impidió que varios cientos de manifestantes organizaran una concentración en el centro de la ciudad, según informaron los medios locales, para recordar el malestar con el Gobierno por el retraso de la edad de jubilación mínima.
En la prisión de Moulin, Macron realizó una visita y pronunció un discurso de homenaje a Moulin y a la Resistencia, en el que hizo un guiño a los sindicatos pese al conflictivo momento actual.
En concreto, recordó cómo “los dos grandes sindicatos de la Francia republicana” formaron parte de la oposición interior a los nazis.
El Día de la Victoria celebra cada año el triunfo del bloque aliado sobre la Alemania nazi y el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
(Con información de EFE)
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