La Inteligencia militar británica ve la cancelación de varios de los actos y desfiles tradicionales por el Día de la Victoria, el próximo 9 de mayo, como una muestra de la debilidad de Rusia.
En su última evaluación sobre el conflicto, el Ministerio de Defensa británico subrayó que Moscú teme quedar expuesto a posibles ataques con aviones no tripulados, como ocurrió esta semana contra el Kremlin, en un momento en que su capacidad de defensa está limitada.
“El momento del ataque con vehículos aéreos no tripulados en el Kremlin unos días antes del Día de la Victoria muestra la creciente vulnerabilidad de Rusia a este tipo de ataques y es casi seguro que ha aumentado la percepción de amenaza de los líderes ursos sobre los eventos del Día de la Victoria”, escribieron.
A raíz de esto, seis regiones del país -entre ellas, la Crimea ocupada y 21 ciudades- han cancelado sus desfiles alegando “motivos de seguridad” y, recientemente, se sumó a la lista la recepción del presidente ruso, Vladimir Putin, después del desfile -que se realizó por última vez en 2019.
“Es probable que la celebración del Día de la Victoria en Moscú se lleve a cabo pero en menor escala” y con un importante refuerzo en las medidas de seguridad, agregaron desde la cartera de Defensa británica.
El gobernador de Saratov -a 600 kilómetros de la frontera- anunció este martes que sus calles no se vestirían de fiesta, en línea con el anuncio de abril de su homólogo en Crimea que comunicó que junto con “la ciudad héroe de Sebastopol se tomó la decisión de no llevar a cabo (...) el desfile militar del 9 de mayo”.
Por su parte, las autoridades de Kursk, Bélgorod, Voronezh, Oryol y Pskov habían difundido su decisión tiempo antes.
Se sumaron a la lista de cancelaciones la tradicional Marcha del Regimiento Inmortal, en la que familiares exhiben fotografías de veteranos fallecidos durante la Segunda Guerra Mundial, y los Juegos Internacionales del Ejército.
El Día de la Victoria conmemora la victoria soviética sobre la Alemania nazi en 1945 y se ha convertido en una pieza central de la visión de Vladimir Putin de la identidad rusa. Inclusive, los desfiles son, para el Kremlin, la oportunidad perfecta para hacer alarde del poderío militar de la Rusia moderna.
Sin embargo, la fecha parece no llegar en un momento en el que Moscú tenga mucho que exponer.
La prolongada guerra en Ucrania, cuyos resultados no han sido los esperados, y que se ha extendido más de lo previsto -incluso más de lo que el país puede afrontar en óptimas condiciones- han obligado a Putin a moverse con más prudencia.
“Somos conscientes de que el régimen de Kiev, que está detrás de una serie de ataques terroristas, planea continuar su línea. Todos nuestros servicios especiales hacen todo lo necesario para garantizar la seguridad”, comentó este martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en referencia al intento de ataque con drones al Kremlin durante la noche, con el objetivo de asesinar al Presidente.
“Esta noche el régimen de Kiev intentó golpear con vehículos aéreos no tripulados la residencia del presidente de la Federación de Rusia”, indicaron y subrayan que se trató de un “acto terrorista” impulsado por Ucrania y los aliados.
(Con información de Europa Press)
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