El Ministerio de Defensa de Ucrania denunció que Rusia emplea fósforo blanco en sus ataques sobre las zonas no ocupadas de la localidad de Bakhmut, uno de los puntos más calientes del conflicto desde hace meses.
La cartera de Defensa publicó un video en su cuenta de Twitter perteneciente a un drone de vigilancia en el que se aprecian varios edificios en llamas y nubes de focos blancos que iluminan el cielo nocturno. Las imágenes corresponden a la zona del centro de la ciudad -precisamente el lado oeste- y el fuego se centra en las cercanías de un hospital infantil.
“Hay más que suficiente fósforo. Los rusos están bombardeando áreas ocupadas de Bakhmut con munición incendiaria. Arderán en el infierno”, escribieron desde el Ministerio y agregaron que “el enemigo sigue destruyendo la ciudad y nosotros continuamos defendiéndola”.
No se ha podido determinar, sin embargo, la fecha de este ataque.
El uso de fósforo blanco en la guerra no está prohibido pero su empleo en zonas de población civil sí es considerado un crimen de guerra por las graves consecuencias que implica.
Este producto se incendia al entrar en contacto con el aire y genera un fuego que se propaga con gran rapidez y facilidad. También, alcanza temperaturas de hasta 800 grados casi de inmediato y es muy difícil de sofocar.
La ONG Human Rights Watch advirtió, a su vez, que esta sustancia química es “notoria por la gravedad de las lesiones que causa” y señaló, por otro lado, que es extremadamente pegajosa, difícil de quitar y hasta puede volver a encenderse al quitarse los vendajes.
“Las quemaduras por fósforo blanco son desagradables porque no son de un fuego tradicional así que, si se añade agua, pueden empeorar”, comentó por su parte Brian Castner, investigador de crímenes de guerra de Amnistía Internacional especializado en bombas y balas.
Rusia ya había sido acusado de recurrir a este producto en sus ataques en el pasado, inclusive desde los inicios de la guerra, durante el sitio de Mariupol, y posteriormente sobre la ciudad de Kramatorsk.
Si bien Moscú “tiene una variedad de municiones incendiarias que podría usar”, según Sam Cranny Evans, analista militar en el London Royal United Services Institute, nunca ha admitido estas denuncias. El secretario de prensa del Kremlin, Dmitry Peskov, defendió en todo momento que su país “nunca ha violado las convenciones internacionales”.
Tanto Rusia como Ucrania forman parte -desde 1981- de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales de las Naciones Unidas, en el que se estableció la prohibición del uso de armas incendiarias en áreas civiles. Sin embargo, el fósforo blanco no está vetado en el documento ya que está permitido en espacios abiertos con el fin de ocultar movimientos militares.
Es por ello que Rusia podría resguardarse de estas denuncias ya que, por los feroces enfrentamientos que han habido en Bakhmut, la ciudad ha quedado casi desértica. No obstante, sí permanecen allí asentamientos militares.
Castner explicó su preocupación sobre esta excepción de la Convención ya que -asegura- “Rusia destruye todo, bloque por bloque, sin prestar atención a si se trata de un objetivo civil o militar”.
HRW precisó que su empleo data de, por lo menos, los últimos 15 años, en los que se “ha utilizado repetidamente” en conflictos como los de las fuerzas de Estados Unidos contra combatientes del Estado Islámico en Irak y Siria.
La denuncia del Ministerio de Defensa se dio en un momento clave de la guerra en el que Ucrania alista su contraofensiva y luego de que, en las últimas horas, se anunciaran importantes cambios de las tropas enemigas en Bakhmut.
La víspera, el jefe del Grupo Wagner, anunció que el próximo 10 de mayo abandonaría el frente de batalla en la zona debido a la falta de municiones a cargo del Kremlin,
“En nombre de los combatientes de Wagner y de su comandancia, el 10 de mayo de 2023 estaremos obligados a entregar las posiciones en la ciudad de Bakhmut a las unidades del Ministerio de Defensa y a reubicar a los combatientes en la retaguardia para lamernos las heridas”, dijo Yevgueni Prigozhin en un video publicado en su canal de Telegram.
“Con la falta de municiones, (los oficiales) están condenados a una muerte inútil”, apuntó contra el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov; al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú; y al comandante en jefe, Vladimir Putin.
Asimismo, este sábado, Prigozhin deslizó la posibilidad de que las posiciones sean ocupadas por tropas chechenas. “Ya estoy contactando a sus representantes para que a las 00.000 hora local del 10 de mayo -exactamente en el momento en que, según nuestros cálculos, agotaremos por completo nuestro potencial de combate- los compañeros tomen nuestro lugar y continúen el asalto a Bakhmut”, agradeció al líder del país, Ramzán Kadírov tras su oferta.
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