El martes por la noche, un hombre se acercó a las puertas del palacio de Buckingham y pidió hablar con un soldado. Cuando fue rechazado, comenzó a arrojar cartuchos de escopeta en los terrenos del palacio.
El subcomisionado adjunto de la policía metropolitana de Londres, Ade Adelekan, dijo que el hombre fue registrado y se encontró un cuchillo plegable. Lo arrestaron por posesión de un cuchillo y municiones.
La policía dijo que el enfrentamiento no estaba siendo tratado como relacionado con el terrorismo. No hubo disparos, y nadie resultó herido.
Pero la tensión en las calles londinenses es visible con el aumento de policías que patrullan sus calles, a días de la coronación de Carlos III, que tendrá lugar el 6 de mayo de 2023 a las 11 de la mañana, hora de Londres, en la Abadía de Westminster.
Más de 11.000 policías serán deplegados para la coronación, el mayor evento ceremonial realizado en la capital británica en 70 años.
Asistirán unos 100 jefes de estado, además de un sinfín de espectadores del Reino Unido y turistas que ya empezaron a llegar y hasta acampar para reservarse un lugar con buena vista para ser parte de la multitud presente durante la procesión.
El ministro de Seguridad, Tom Tugendhat, dijo este miércoles a Times Radio que el evento va a ser una de las operaciones de seguridad más importantes que el país haya realizado: “La policía está, por decirlo suavemente, por todas partes, y nuestra inteligencia y otras fuerzas de seguridad son extremadamente conscientes del desafío que enfrentamos”.
Según señaló Tugendhat a Sky News, la preparación de las fuerzas quedó demostrada luego de la rápida actuación con el hombre en Buckingham Palace, y la posterior explosión controlada que realizaron cuando hayaron un bolso sospechoso -el hombre les había dicho a los oficiales que manejaran su mochila con cuidado-.
Sin embargo, por las prácticas invasivas que se usarán durante el evento y el alto costo para los contribuyentes británicos, las críticas no tardaron en llegar.
Grupos defensores de los derechos humanos acusaban a las autoridades de sofocar las libertades civiles en su intento de asegurar que los eventos transcurrieran sin contratiempos.
De los más de 11.000 que estarán presentes, se espera que más de 9.000 sean agentes de policía, mientras que otros 2.500 serán miembros especialistas en derecho de las fuerzas del orden, incluida la policía marítima, expertos en explosivos y agentes de vigilancia.
La Policía Metropolitana usará tecnología de reconocimiento facial en el centro de Londres para detectar criminales buscados entre la multitud. Big Brother Watch, un grupo de campaña de privacidad, tildó a está táctica como “Orwelliana”.
Se han realizado previamente pruebas limitadas de reconocimiento facial en el Reino Unido, pero inmediatamente generó un debate sobre su intrusividad y su falta de precisión.
“Los cientos de miles de personas inocentes que asisten a este evento histórico no deben ser tratados como sospechosos en una rueda de reconocimiento y sujetos a controles biométricos de identidad policial”, dijo Madeleine Stone, oficial legal y de políticas de Big Brother Watch.
Medios locales han estimado el costo de este operativo de seguridad masivo en unas 250 millones de libras esterlinas.
El subcomisionado adjunto Ade Adelekan dijo que no había información de inteligencia sobre ninguna amenaza específica para el evento, por lo que el mayor problema seguramente sea causado por grupos antimonárquicos, que planean manifestaciones en Trafalgar Square y a lo largo de la ruta de la procesión.
Hay antecedentes recientes: activistas climáticos causaron disturbios durante el Jubileo de Platino de la difunta reina Isabel en junio, y otros manifestantes arrojaron huevos a Carlos desde detrás de las vayas cuando ya era rey.
Pero una nueva ley aprobada esta semana otorga a la policía poderes adicionales para lidiar con estas eventualidades. Las nuevas medidas permiten que la policía registre a los manifestantes en busca de artículos, incluidos candados y pegamento, e impone penas de hasta 12 meses de prisión para los manifestantes que bloqueen carreteras o interfieran con la “infraestructura nacional”.
“Lo que no defenderemos y lo que no permitiremos es que nadie cometa actos delictivos en nombre de la protesta”, dijo Adelekan. “Bajaremos muy rápidamente para intervenir, para asegurarnos de que las personas que se dedican a sus asuntos normales y que solo quieren disfrutar de la coronación no sean interferidas”.
Un grupo de activistas llamado Republic dijo que había recibido una carta del Ministerio del Interior que establecía los nuevos poderes policiales, pero que iban a protestar igual a pesar de una medida que “podría interpretarse como intimidación”.
Graham Smith, su líder, aseguró en un comunicado de prensa que el grupo se reunió con la policía y les dijeron que no tenían preocupaciones sobre sus planes: “Republic no se dejará intimidar y protestaremos en Trafalgar Square y a lo largo de la ruta de la procesión de coronación el sábado”.
Cientos de manifestantes antimonárquicos planean corear “No es mi rey” durante la procesión, luego de que haya sido anunciado que los británicos estarán llamados por primera vez a jurar lealtad al rey Carlos III durante su ceremonia de coronación.
Según The Mirror, una operación importante para detener a los activistas verá un gran número de oficiales armados en las calles, francotiradores en los tejados y drones policiales que vigilen a las multitudes en busca de actividades sospechosas.
En ese sentido, el portavoz del primer ministro Rishi Sunak dijo que el “derecho a protestar es fundamental”, pero la policía informó que su tolerancia “será baja” para “cualquier interrupción, ya sea a través de protestas o de otro tipo”.
Tugendhat dijo que la presencia de tantos dignatarios extranjeros también hizo que mantener la seguridad para la coronación sea “una operación policial muy compleja, una operación de inteligencia muy compleja”.
Fuentes del Ministerio del Interior informaron también que se ha elaborado un horario especial de control de tráfico aéreo para los dignatarios que vuelan. La seguridad se reforzará en los lugares de aterrizaje a partir del jueves. Esto se produce en medio de temores de que los manifestantes por el cambio climático puedan apuntar a las llegadas de aviones privados.
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