El presidente de la Duma o Cámara Baja de Rusia, Viacheslav Volodin, exigió hoy el uso de armas capaces de “detener y destruir” el liderazgo de Kiev, al considerar que el intento de asesinato del presidente ruso, Vladimir Putin, denunciado este miércoles por el Kremlin, “es un ataque a Rusia”.
“Exigiremos el uso de armas capaces de detener y destruir el régimen terrorista de Kiev”, escribió Volodin en su canal de Telegram, en el que también instó a calificar de “organización terrorista” al país vecino, en el que la propia Rusia inició hace quince meses una campaña militar.
El presidente de la Duma sostuvo que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, está “a la par de otros terroristas internacionales” por haber ordenado supuestamente “ataques terroristas” contra la residencia oficial de Putin en el corazón de Moscú.
“Los políticos de los países occidentales que están inyectando armas al régimen de Zelenski deben darse cuenta de que se han convertido no solo en patrocinadores, sino también en cómplices directos de actividades terroristas”, arremetió Volodin, quien sostuvo que “no puede haber negociaciones” con Kiev.
El líder del partido Rusia Justa, Serguéi Mirónov, consideró a su vez en un comunicado que el supuesto ataque ucraniano contra el Kremlin es un “casus belli” para “una guerra de verdad y la eliminación de la élite terrorista de Ucrania”.
Kiev niega estar involucrada
Kiev dijo que no tenía “nada que ver” con el supuesto ataque y sugirió que era un “montaje” de Moscú.
“Ucrania no tiene nada que ver con los ataques con drones contra el Kremlin”, declaró el portavoz presidencial Mikhaylo Podolyak. “Tales informes escenificados por Rusia deben ser considerados únicamente como un intento de preparar un fondo de información para un ataque terrorista a gran escala contra Ucrania”, dijo.
En la misma línea, Estados Unidos dijo que toma con suma precaución las declaraciones de Rusia.
“Vi la información. No puedo validarla, no lo sabemos”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en un evento en Washington. “Tomaría cualquier cosa que salga del Kremlin con mucho cuidado”, agregó.
Rusia declaró que había derribado dos aviones no tripulados que apuntaban a la residencia del presidente Vladimir Putin en el Kremlin, en lo que calificó de intento de asesinato “terrorista” ucraniano.
La operación fue descrita como “un acto terrorista planeado y un atentado contra la vida del Presidente de la Federación Rusa”.
Moscú aseguró que Putin no resultó herido y que no hubo víctimas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Putin estaba trabajando en su residencia cerca de Moscú el miércoles y que seguiría participando en un desfile programado para el Día de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial en la Plaza Roja la próxima semana como estaba previsto.
Moscú ha prometido que el desfile, fundamental para el gobierno de Putin, se celebrará con normalidad.
Rusia anunció el incidente tras una serie de extraordinarios ataques de sabotaje en vísperas de las celebraciones de la fiesta más importante del país, el 9 de mayo, que conmemora la victoria soviética sobre los nazis.
En los últimos cinco días han descarrilado dos trenes a causa de explosiones, se han incendiado depósitos de petróleo en Crimea y sus alrededores y han volado líneas eléctricas cerca de San Petersburgo.
Las autoridades rusas informaron de que en la noche del martes al miércoles se produjo un gran incendio en un depósito de combustible cercano al puente que comunica con Crimea, anexionada por Rusia.
Una fuente de los servicios de emergencia fue citada por la agencia de noticias TASS diciendo que el incendio había sido causado por un avión no tripulado.
Por eso el alcalde de Moscú anunció la prohibición de los vuelos no autorizados de drones sobre la capital rusa.
En un comunicado, el alcalde Sergei Sobyanin dijo que se prohibirían los vuelos de drones a menos que se obtuviera un permiso especial de las “autoridades gubernamentales”.
Seguir leyendo: