Francia vive este lunes un 1 de mayo nuevas protestas masivas contra la reforma de las pensiones, en un contexto de inquietud por la inflación, que provocó huelgas y manifestaciones en el mundo en los últimos meses.
La segunda economía de la Unión Europea (UE) centra desde enero la atención internacional por las multitudinarias protestas contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años que el presidente liberal Emmanuel Macron aprobó por decreto.
Las tradicionales manifestaciones del 1 de mayo, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, se ven como un nuevo episodio en la saga contra la impopular reforma de Macron. Las ollas que tanto han molestado al mandatario y su gobierno -llegaron a confiscarlas para evitar el ruido durante una visita del mandatario al sur de, país- se ven otra vez en las calles de las ciudades donde se rechaza la nueva norma.
Laurent Berger, líder del sindicato francés CFDT, habló en la radio France Info de una jornada “histórica”, con todos los sindicatos unidos por primera vez desde 2009, y dijo esperar hasta 1,5 millones de manifestantes.
”Este 1 de mayo también sirve para decir que queremos que se pongan en la agenda nuestras aspiraciones: alzas salariales, igualdad entre mujeres y hombres, mejora de las condiciones laborales y considerar los temas ambientales”, dijo su par de la CGT, Sophie Binet, en la cadena France 2.
La reforma de las pensiones en Francia ha puesto en entredicho la importancia dada al trabajo en la vida de los ciudadanos, tras la pandemia de covid y sus confinamientos, y en plena inquietud sobre la crisis climática.
”El covid fue una especie de revelación y crisis del trabajo, un cuestionamiento ético al peso del mismo”, resumió el sociólogo Marc Loriol en la radio France Inter en enero, días después del inicio del conflicto social en Francia.
Pero a esto se le sumó las preocupaciones a nivel global por el poder adquisitivo, ante el aumento de precios de la alimentación y de la energía provocado a raíz de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
El Reino Unido, donde la inflación supera el 10%, vive por ejemplo una oleada de movimientos sociales desde hace varios meses para pedir un aumento de los salarios, tanto en los servicios públicos como en el sector privado.
Manifestaciones o huelgas sectoriales también se registraron en otros países europeos como Alemania, Letonia o Portugal, y en otras naciones del mundo como Canadá o Argentina para reclamar un mayor salario ante el aumento del costo de la vida.
Invitación
Los sindicatos en Francia están decididos a continuar la lucha contra una reforma “injusta” que consideran que castiga a las mujeres que interrumpieron su carrera para cuidar de los hijos, y para quienes empezaron a trabajar muy jóvenes.
Sus miradas están puestas en el Consejo Constitucional que el miércoles debe decidir si valida un pedido de la oposición de izquierda para organizar un referéndum que limite la edad de jubilación a 62 años. El organismo ya rechazo una primera propuesta similar.
Macron, que defiende la reforma como una manera de evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, busca por su parte relanzar su segundo mandato hasta 2027. Pero en sus visitas por Francia no deja de tener caceroladas y abucheos.
Uno de los puntos de su hoja de ruta para superar la crisis social actual es negociar una mejora de las condiciones laborales y, en este sentido, su primera ministra, Élisabeth Borne, quiere reunirse con los sindicatos en los próximos días.
Pero estos encuentros podrían quebrar la unidad sindical. Berger, del sindicato moderado CFDT, dijo que acudiría a la cita si se le invita, mientras que Binet, de linea más dura, subrayó que lo decidirán “juntos” el martes por la mañana.
(con información de AFP)
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