En Francia, como en otros lugares del mundo, el 1° de mayo es sinónimo de grandes manifestaciones con reivindicaciones laborales. Pero en el país europeo también existe otra tradición ligada a los celtas, Carlos IX y la colaboración con la Alemania nazi
Cada 1° de mayo, se puede ver en las esquinas de las grandes ciudades, las salidas del metro o al borde de las carreteras de toda Francia a improvisado vendedores ambulantes de lirio del valle, o muguet. Se comercializan por ramitas o en potecitos, a veces acompañado de una rosa, y se regala a las mujeres de su familia o de su entorno.
En tiempos normales, para el 1 de mayo, el 31% de las ramitas vendidas en Francia se compran en una floristería, el 25% en los supermercados, el 11% en los mercados, el 9% en los viveros, el 4% en las granjas y el 20% en otros lugares, especialmente en la calle, según Kantar.
Los vínculos entre el 1° de mayo y el lirio del valle se remontan a viejos tiempos. En la antigua Roma, las celebraciones en honor de Flora, la diosa de las flores, tenían su apogeo el primer día de mayo. Los celtas celebraban el comienzo del verano ese mismo día, bailando alrededor de un árbol para ahuyentar a los espíritus malignos, y creían que el lirio del valle traía suerte.
En 1560, el rey francés Carlos IX, visitando la región de la Drôme (sudeste) con su madre, Catalina de Médicis, recibió el muguet de parte del caballero Louis de Girard de Maisonforte, cosechado en su jardín de Saint-Paul-Trois-Châteaux. El rey decidió entonces dar la flor a las damas de la corte cada año a partir del 1° de mayo de 1561. Fue allí donde nació la costumbre.
El 1° de mayo de 1895, el cantante francés Félix Mayol llegó a París y su amiga Jenny Cook le dio un ramo de lirio del valle. Puso la flor en su solapa en su primer concierto en la sala Concert Parisien. La serie de conciertos fue un éxito, y Mayol transformó el muguet en su emblema. Muy popular en ese momento, el cantante relanzó la tradición.
El también 1° de mayo de 1900, durante una fiesta organizada por grandes diseñadores parisinos, todas las mujeres recibieron un ramo de flores, y los diseñadores comenzaron a ofrecer flores a sus clientas cada año. Christian Dior incluso hizo del muguet el emblema de su marca.
Pero la flor sólo se asoció con el Día de los Trabajadores recién bajo el gobierno de Vichy, el régimen que colaboró con la Alemania nazi. El 24 de abril de 1941, el mariscal Pétain oficializó el 1° de mayo como “Festival del Trabajo y la Conciliación Social”. La rosa roja, símbolo del Día de los Trabajadores desde 1891 y muy ligada a la izquierda, fue entonces reemplazada por el menos connotado muguet.
Publicado originalmente por RFI
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