Cada vez están más expuestas las múltiples sedes de las comisarías secretas que el Partido Comunista Chino ha instalado en diversos países del mundo con la intención de controlar, espiar y perseguir a la diáspora que ha huido de la represión del régimen de Beijing, o al menos eso es lo que se sabe hasta el momento.
En el 2018 China no tuvo inconvenientes en reconocer que había instalado “estaciones de servicio policial” en varias ciudades del mundo, con la intención de supuestamente ayudar a los ciudadanos chinos con su tramites legales y “recopilar inteligencia” de sus compatriotas en el extranjero.
Otra de las funciones de estas “estaciones” sería la de “persuadir a regresar”, a los ciudadanos chinos en el extranjero, acusados de ser sospechosos de crímenes, que habrían eludido los procesos formales de extradición.
Sin embargo, recientes investigaciones de la organización Safeguard Defenders, encargada de velar los derechos humanos, han descubierto que las comisarías tienen una función más amplia que simplemente perseguir delincuentes y facilitar trámites administrativos.
“Descubrimos que la tarea principal de las estaciones es realmente controlar, por así decirlo, esas comunidades más grandes (de chinos) en el extranjero, esas comunidades muy silenciosas donde los disidentes podrían estar gestándose, pero no las personas que nosotros en Occidente consideraríamos activistas”, dijo Laura Harth, directora de campaña de la ONG.
Las denuncias de persecución contra ciudadanos que China considera delincuentes, en algunos casos por oponerse a régimen, ya venían creciendo en los meses recientes.
En su momento, Moritz Rudolf, miembro de la Facultad de Derecho de Yale y quien además, está investigando las implicaciones del ascenso de China en el orden legal internacional, dijo que estas estaciones policiales, también eran una pequeña parte de las ambiciones mucho más amplias de Beijing para hacer cumplir sus leyes fuera de su territorio, según publicó el medio británico, Financial Times.
“Desde 2019, China ha estado aprobando más leyes con aplicaciones extraterritoriales, un comportamiento normal para una potencia emergente. China trata de ponerse al día con los EEUU, pero ni siquiera está cerca cuando se trata de hacer cumplir sus leyes nacionales en el extranjero, particularmente en Europa”, denunció Rudolf.
Las autoridades estadounidenses han venido abordando el problema, y el Departamento de Justicia presentó este mes los primeros cargos penales relacionados con las instalaciones de la policía secreta del PCCh en el extranjero.
“Estados Unidos obviamente tuvo un poco de ventaja, no en las estaciones de policía en sí, sino en las investigaciones y enjuiciamientos de la represión transnacional proveniente de la República Popular China”, dijo Harth al medio estadounidense Newsweek.
Harth agregó que los investigadores estadounidenses han podido adoptar un enfoque interdepartamental que hasta ahora ha resultado difícil de alcanzar en Europa.
Para la directora de campaña de Safeguard Defenders, los países europeos están haciendo muy poco para abordar las comisarías secretas del Partido Comunista Chino.
La ONG con sede en España, ha dicho que las naciones europeas se están poniendo al día, pero insistió que deben hacer más para detener las operaciones de influencia del PCCh en el continente y alertó que las estaciones de policía secreta son solo “la punta del iceberg”.
Harth describió que en Europa hay al menos 50 estaciones policiales chinas regadas por el continente, y que los países donde tienen mayor maniobra de ejecución son España, Alemania, Países Bajos, Francia y el sur de Italia. También dijo que por lo que han descubierto hasta ahora, la presencia en el Reino Unido no es demasiado grande.
“Es probable que haya algunos que no hayamos encontrado”, dijo Harth.
Sin embargo dijo añadió que “las estaciones son sólo uno de los proxies que las autoridades de la República Popular China están utilizando para perseguir a las personas en el extranjero”. Además agregó que, “son sólo una forma muy descarada y sensacionalista de las autoridades en China, pero refleja lo que está sucediendo en general”.
“Esto reitera este gran énfasis que hemos visto desde que el presidente Xi Jinping llegó al poder, tanto en el control interno como en el control de las comunidades en el extranjero, la importancia de esas comunidades en el extranjero para el ‘gran rejuvenecimiento de la nación’”, denunció Harth.
Safeguard Defenders ve muy poco probable que el régimen de Beijing reduzca sus operaciones en el extranjero. “Han estado haciendo un montón de cosas y no muestran ningún signo de querer parar. Todo el lenguaje que están usando sugiere que aumentarán este tipo de operaciones. No se llamarán ‘comisarías’. Creo que serán así de inteligentes. Pero las actividades continuarán sin cesar, si es que no aumentarán”, advirtió.
Harth insistió durante sus declaraciones a Newsweek que la respuesta de Europa a la extralimitación china debe empezar por mapear todas las organizaciones del Frente Unido.
“Incluso eso no va a ser suficiente, todos estos grupos están involucrados en actividades de influencia, actividades de interferencia, actividades represivas, etcétera”, advirtió.
La activista se declaró asombrada en cuanto a la pasividad de los países europeros en cuando a su capacidad de acción contra las operaciones de estas estaciones policiales en su territorio.
“Se trata de abordar la represión transnacional, pero también se trata de proteger sus instituciones. Se trata básicamente de educar a todo su establecimiento. Se trata de contrarrestar la interferencia extranjera. Entonces, me sorprende por qué los gobiernos no son más proactivos. Realmente no lo entiendo”, concluyó.
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